Diana Adriano
El 9 de agosto, los diáconos permanentes de la diócesis se reunieron para celebrar la Eucaristía en honor a su santo patrono, San Lorenzo, en un acto lleno de fe y espiritualidad.
La celebración contó con la participación de sacerdotes formadores de la Escuela de Diaconado Permanente, así como familiares y feligreses que acompañaron a los ministros en este significativo día.
Durante la ceremonia, nueve alumnos de la Escuela de Diaconado Permanente recibieron el ministerio del Lectorado. Al inicio de la Eucaristía, cada uno fue llamado por su nombre y presentado ante el señor obispo, quien presidió la celebración.
Este momento marcó un paso importante en la formación ministerial de los nuevos ministros, quienes a partir de ahora tendrán un papel más activo en la proclamación de la Palabra de Dios.
Sencillez y entrega
En su homilía, el obispo invitó a todos los presentes a la sencillez y a la entrega en clave de servicio, recordando que “si el grano de trigo sembrado en la tierra no queda infecundo, será fecundo”.
Subrayó la importancia de llevar una vida de fecundidad en todos los ámbitos: en el matrimonio, en la familia, como diáconos y en el testimonio coherente de la vida cristiana.
“Ese grano que se entrega y que muere, es el que da frutos en el amor y en la caridad”, señaló, exhortando a vivir con fidelidad y generosidad como San Lorenzo, modelo de servicio y dedicación.
Desde la Oración Colecta, se pidió a Dios todopoderoso que su ardiente amor resplandezca en la vida de cada creyente, en cada vocación, ya sea en el matrimonio, la familia, el episcopado, el presbiterado o el diaconado.
“Que se note el amor de Dios en nuestra vida y que la santidad y la gracia divina brillen en cada vocación”, concluyó el obispo, invitando a todos a ser administradores fieles del amor de Dios.
Renuevan su compromiso
Acto seguido, el padre Miguel Lorenzo Cisneros Rodríguez, responsable de la formación inicial de los aspirantes y de la formación permanente de los diáconos anunció el llamado a los diáconos permanentes, para renovar, frente al señor obispo, las promesas hechas en el día de su ordenación, reafirmando su adhesión a la Iglesia y su disponibilidad para servir según el mandato de Cristo.
“Han recibido el Sacramento del Orden para ser ejemplo de Cristo, siervo en medio del mundo. Recemos por nuestros diáconos, para que crezcan en la escucha de la Palabra, vivan la comunidad, participen con intensidad en la liturgia y se comprometan en la caridad”, expresó el padre Cisneros.
Asimismo, invitó a todos los presentes a disponerse con un corazón abierto y sagrado para acompañar este momento de compromiso renovado.
Actualmente en la diócesis hay 20 diáconos permanentes en activo, que prestan su servicio ministerial en diferentes parroquias.