Diana Adriano
En el marco del cuarto evento Sublime, realizado los pasado 2 y 3 de diciembre, la parroquia Santísimo Sacramento se transformó en un espacio impregnado de espiritualidad y devoción.
El evento, convertido en una tradición anual, atrajo a fieles de todas partes de la diócesis, ansiosos por sumergirse en una experiencia única de adoración.
Pedro Salas, coordinador del Grupo de Renovación en la comunidad, explicó la esencia del evento:
“Invitamos a los hermanos a que vengan a vivir y tengan ese encuentro con Cristo por medio de la alabanza, pero sobre todo, de una adoración profunda para poder tocar el Cielo», dijo.
El programa del evento abarcó momentos de alabanza ferviente y de reflexión profunda.
Inmersos en una atmósfera de comunión espiritual, los participantes experimentaron un renuevo de su fe y se sintieron inspirados a llevar consigo la esencia de este evento a sus vidas cotidianas, expresó el entrevistado.
Tras destacar la importancia de continuar fortaleciendo la fe a través de eventos como Sublime, el entrevistado expresó su gratitud hacia todos los participantes.
Fervor
En un ambiente de fervor, la jornada, inició con palabras del padre Jefferson Alexander Erazo, oriundo de Ecuador y miembro de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes, quien impartió el tema principal sobre la Adoración Eucarística y cómo Dios sana a través de ella.
Visiblemente emocionados y agradecidos, los asistentes se sumergieron en el mensaje compartido por el sacerdote invitado.
Asimismo, el domingo la parroquia se preparó para recibir al padre Eliezel Martínez, quien encabezó la Hora Santa como culminación del segundo día del evento.
“Es importante tener estos encuentros que nos llevan por medio de la alabanza y la adoración a vivir y buscar una manera buena para tener ese contacto con el Señor», expresó el entrevistado.
Subrayó cómo estos eventos se convierten en momentos propicios para buscar al Señor de manera significativa, utilizando la alabanza y adoración como un vehículo para la conexión espiritual.