En la misa de despedida, el obispo recordó a los fieles que lo importante es seguir a Jesús y los llamó a traducir la devoción en un testimonio vivo de Amor…
Diana Adriano
Después de un intenso programa de visitas con el fin de acercarla al mayor número de fieles posible en la Diócesis de Ciudad Juárez, la reliquia de primer grado de San Judas Tadeo se despidió la comunidad católica el pasado 25 de junio en la parroquia Santa Teresa de Jesús.
Ahí fue el último destino del resto físico del apostol San Judas, donde el obispo don José Guadalupe Torres Campos presidió la misa de despedida.
Como hemos publicado, la visita de un pedazo de hueso del brazo de san Judas a Ciudad Juárez, movilizó a cientos de fieles, quienes durante varios días, acudieron a distintas parroquias, donde se expusieron para su veneración.
Desde la parroquia San Judas Tadeo, anfitriona de la visita, San Ignacio de Loyola, en el Valle de Juárez, y luego Catedral, El Señor de la Misericordia, María Reina del Universo y Santa teresa de Jesús.
En esos templos, miles de fieles tuvieron oportunidad de orar, agradecer y pedir favores de intercesión por sus necesidades ante el llamado santo de las causas difíciles.

Seguir a Jesús
En su última parada en la diócesis, ante un templo a reventar, los fieles agradecieron en misa por el regalo de esta preciada visita, y el testimonio de fe que sucitó en el pueblo juarense.
“Queridos hermanos todos en el Señor, han sido días intensos durante la visita de la reliquia. Se ha rezado en muchos lugares, ha habido una gran afluencia de fieles que con devoción se acercaron a pedir, a agradecer, a tocar la reliquia con el corazón lleno de fe. Pero nuestra fe debe estar centrada en Dios, en Cristo. Él es el sentido de nuestra mirada, de nuestra fe, de nuestro amor. Es a Él a quien seguimos”, dijo con firmeza el obispo.
Recordó que los santos, como San Judas Tadeo no son el fin de nuestra fe, sino ejemplos vivos de seguimiento radical a Cristo.
Explicó que el mismo Jesús, después de orar, eligió a sus apóstoles —entre ellos Judas Tadeo— y los llamó a seguirlo. De la misma manera, hoy Dios sigue llamando a cada uno desde su vocación: como sacerdotes, religiosas, seminaristas, laicos comprometidos, “pero todos, por el Bautismo, somos hijos de Dios y estamos llamados a hacer el bien, a vivir en la paz y a evangelizar”.
El obispo invitó a la comunidad a no quedarse solo con la emoción del momento, sino a traducir esa devoción en una vida de testimonio, oración y compromiso.
“Jesús nos invita a estar con Él, a escucharlo, a aprender de Él. El verdadero discípulo está con Jesús, lo sigue, y también es enviado a anunciar el Evangelio, como lo hicieron los apóstoles después de Pentecostés.
El padre Jorge Iglesia, párroco de San Judas Tadeo y anfitrión de la visita, dijo sentirse satisfecho y emocionado por los frutos conseguidos durante la semana en que los restos del apóstol permanecieron.
Hizo un balance muy positivo de la esperada visita y encomendó a los fieles seguir la devoción siempre con la mirada puesta en Jesús.

En frase…
Así como la reliquia recorrió nuestra diócesis, así cada uno de nosotros debe recorrer su entorno -la familia, el trabajo, la escuela- llevando el mensaje del Evangelio.
Mons. J. Guadalupe Torres


































































