Ana María Ibarra
Después de vivir un novenario de preparación, la comunidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro celebró en grande su fiesta patronal. Primeramente, con una misa y una charla el día de la solemnidad, 27 de junio, y el domingo siguiente, 29 de junio con la primera misa dominical presidida por monseñor J. Guadalupe Torres Campos y una gran kermés.
Como preparación para celebrar a la Santísima Virgen en su advocación del Perpetuo Socorro, comunidad bajo el amparo de la María Santísima, realizó un novenario.
Cada día, la comunidad participó en una procesión con el Santísimo Sacramento y una misa, esto en distintos lugares del sector parroquial.

La preparación espiritual inició el día 17 de junio con una procesión que inició en el templo parroquial y concluyó con la Eucaristía celebrada en el lugar conocido por los colonos como Canchas Colinas.
Los siguientes días la comunidad se dirigió a las distintas capillas y parques que abarcan el sector de la parroquia como son la capilla El Señor de la Misericordia, Parque La Campesina, Parque Las huertas, capilla María Auxiliadora, capilla Santa Elena, capilla San Mateo y el Campo de fútbol Kilometro 29.
El día 27 de junio, solemnidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la comunidad se reunió nuevamente en el templo parroquial para participar en la Eucaristía y escuchar la charla María, Madre de la Esperanza, modelo de la vida cristiana.
El domingo 29 de junio, la comunidad parroquial celebró en un ambiente de fiesta, fraternidad y comunión.
La primera misa del día fue presidida por monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo diocesano, quien en su homilía resaltó que Dios ha querido proveer a sus hijos de todo lo que sea para su bien, incluso una Madre amorosa.
“Nos concede una Madre que intercede por nosotros, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, una presencia perpetua de Dios a través de nuestra Madre y el amor de nuestra Madre es perpetuo. Nos socorre y nos auxilia”, expresó el obispo.

A la luz de la liturgia de ese domingo, monseñor Torres señaló que los apóstoles que ese día se recordaron, San Pedro y San Pablo, aun en medio del rechazo, la lucha contra el pecado y las esclavitudes, siempre tuvieron fe en Jesús y cumplieron el mandato de anunciar su evangelio.
“Dios nos socorre, nos auxilia, nos protege, nos libera de las cadenas. Hoy hay otro tipo de oscuridades, de cárceles, vamos en la vida luchando. Vivimos en la sociedad guerras, muerte, asesinatos, y otras situaciones de pecado y el único que puede salvarnos es Dios.
Por eso nos envía a nuestra Madre Santísima, el perpetuo socorro que nos cuida”, afirmó.

El obispo dijo a la comunidad que su presencia en ese día domingo, día de fiesta demuestra la fe en Jesús y los motivó a profesar su fe de una manera sólida y bien cimentada.
“Amamos a Dios, seguimos a Cristo. Nuestra Madre, fiel al mandato de su hijo, nos mira y camina con nosotros. Hoy renovemos con la palabra, con la vida, con las obras, trabajando como parroquia, caminando juntos respondiéndole al Señor”, motivó.
Durante el resto del día, la comunidad celebró con la tradicional kermés que estuvo amenizada por grupos musicales.


































































