Religiosas y religiosos de la diócesis celebraron la Navidad por anticipado, en una fraternal reunión…
Ana María Ibarra
Con la alegría de una vocación encarnada en Jesús, religiosas y religiosos de las distintas congregaciones presentes en la diócesis, celebraron la Navidad con una posada el pasado 10 de diciembre.
Dinámicas, cena y regalos fueron parte de esta singular fiesta donde la vida consagrada desbordó amor y fraternidad,
Pidieron posada
Uno de los salones de la parroquia de El Señor de la Misericordia fue el lugar elegido para congregar a quienes forman la Dimensión de Pastoral de la Vida Consagrada coordinada por el padre Gregorio López, de los Misioneros de la Natividad de María.
Fue el padre Gregorio, quien es también Vicario Episcopal de la Vida Consagrada, y el equipo de la dimensión, quienes dieron la bienvenida al resto de las religiosas y religiosos que fueron llegando al festejo.
“Nos une el Señor. Estamos con nuestros carismas para compartir. A lo largo de la historia de la Iglesia la vida consagrada ha sido importante. También en la diócesis es importante la labor que realizamos de acuerdo al carisma de nuestros fundadores. Bienvenidos y bienvenidas”, expresó el padre Gregorio.
Después de una oración, los consagrados participaron en una dinámica de bienvenida con preguntas y respuestas entre sí para conocerse e integrarse.
La fiesta continuó con la petición de la tradicional posada, utilizando las distintas entradas del recinto para hacer más dinámico el momento.
Momentos fraternos
Mostrando el rostro alegre de la vida consagrada, sin importar el color, hábito ni la edad, religiosas y religiosos participaron activos en cada una de las dinámicas.
Las risas, los abrazos, e incluso los desacuerdos en cada uno de los juegos, enmarcaron el momento divertido de la reunión.
Después de un rato de agitación y cansancio físico, se dispusieron a compartir los alimentos que ellos mismos llevaron para compartir. A la par que degustaron los platillos, charlaron de todo un poco, haciendo más fraterno el momento.
Al concluir el momento de la cena, continuaron con las dinámicas.
En esta ocasión las comunidades religiosas participaron villancicos, chistes y anécdotas. Llegado el momento de la despedida, se realizó el intercambio de regalos mediante una tómbola.
Antes de retirarse, se dieron algunos avisos y se realizó una evaluación y sin perder la alegría que los reunió y deseándose buenos deseos, religiosos y religiosas se retiraron del recinto.