Juarense que siguió su vocación al sacerdocio luego de una carrera professional, será ordenado diácono en Estrasburgo, Francia, el próximo 24 de septiembre…
Después de cinco años de formación en la Universidad de Estrasburgo, Francia, el seminarista Adrián Flores recibirá la ordenación diaconal el próximo sábado 24 de septiembre, en una misa a celebrarse en el país galo.
“Dios me vio, tuvo compasión de mí y me llamó. Yo respondí y le sigo respondiendo todos los días aunque a veces sea muy difícil, pero sé que el está conmigo”, dijo Adrián, quien ha estado las recientes semanas en Ciudad Juárez para visitar su terruño antes de la ordenación diaconal.
Llamado al servicio
El llamado vocacional de Adrián inició en la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón donde era parte del grupo de Confirmaciones y tuvo un contacto directo con los jóvenes y las realidades de la sociedad.
Cursaba en ese tiempo la carrera de Ingeniería Mecatrónica, pero su inquietud por el sacerdocio se había incrustado fuertemente en su corazón.
Cuando compartió esa inquietud con sus padres, ellos le aconsejaron concluir su carrera, y luego discernir.
“Ha sido de los mejores consejos porque el terminar mi carrera me ayudó a descubrir un mundo fuera, fue encontrarme más conmigo mismo y encontrar una parte de lo que soy”, expresó Adrián.
En la universidad, el joven estudiante logró una beca de intercambio y cursó un año de su carrera en Francia, tiempo en el que solicitó el acompañamiento de un sacerdote francés, pues su inquietud al sacerdocio prevalecía.
Un largo caminar
Luego de concluir su carrera, ya en Ciudad Juárez , Adrián ingresó al Seminario Conciliar. Era 2012 y tenía 24 años cuando comenzó el Curso Introductorio, pero como había vivido la experiencia de estudiar fuera, pensó en formarse en el sacerdocio también en el extranjero.
Habló con el entonces obispo Renato Ascencio León, quien accedió a que fuera a estudiar a Estrasburgo, Francia.
Estar en Francia
Adrían explicó que en la Universidad de Estrasburgo se estudia la Filosofia como licenciatura, y la Teología como maestría.
“Terminé mi primer año de maestría (teología). Al final de estos cinco años de estudio, sucede lo que es el año diaconal: se vive un año de formación, más la experiencia pastoral con estudios universitarios y al final ocurre la ordenación sacerdotal”, explicó.
Retos en Francia
El futuro diácono compartió con Presencia que uno de los retos que ha enfrentado en Francia es hacer algo nuevo cada día enmedio de una cultura diferente. Reveló que orar a Dios en francés es diferente que hacerlo en español.
“Ahí nos damos cuenta que Dios habla todos los idiomas y principalmente en el lenguaje del amor …es un reto y lo sigue siendo el estar lejos de la casa, de la familia de los amigos, lejos de donde nació la vocación”, expresó.
Siendo el único alumno extranjero del grupo de 17 seminaristas, Adrían ha tenido la gracia de encontrar una gran apertura en el corazón de los franceses.
“Dicen que son muy fríos los europeos, el francés es muy acogedor, abre las puertas de su corazón, la generosidad se desborda” puntualizó.
Próximo a ordenarse
Para Adrián es un motivo de gran alegría su próxima ordenación diaconal, que se realizará en Estrasburgo, Francia el próximo 24 de septiembre.
“Supe lo de esta fecha desde hace tiempo, eso me permite meditarlo, vivirlo más en lo profundo del corazón”, compartió el entrevistado.
“Para mí es algo muy bonito porque la vocación está confirmada, la Iglesia me llama a este ministerio, a vivirlo al máximo y entregarse como el Señor se entrega todos los días a nosotros”, agregó.
Explicó que será ordenado diácono por la Diócesis de Ciudad Juárez, pero el obispo don José Guadalupe debió enviar una carta en la que delega al obispo de Estrasburgo, Francia para que imponga las manos sobre el Nuevo diácono.
Y será en Francia donde Adrián ejerza su diaconado transitorio, mientras concluye su formación al sacerdocio.
Adrián regresará a Ciudad Juárez el verano de 2017 y “si Dios quiere y el señor obispo así lo desea”, será ordenado sacerdote en esta diócesis.
Pide oraciones
Muy consciente del paso que va a dar en su vida, Adrián asegura que nunca le importó cambiar la ingeniería por el sacerdocio.
“La vocación es abandonarse en el amor infinito que Dios nos tiene, antes que nada es un paso de confianza, que se da en el amor, en el abandono, en Dios que es misericordioso”, dijo el seminarista, quien siempre está pendiente de su diócesis.
“Amo a mi diócesis, siempre la tengo presente y les pido que se acuerden de mí, que me tengan en sus oraciones, sobre todo el día de mi ordenación (24 de septiembre)”, puntualizó.
Frase…
“Dios me vió, tuvo compasión de mí y me llamó. Yo respondí y le sigo respondiendo todos los días aunque a veces sea muy difícil, pero sé que el está conmigo”.
Adrián Flores/ próximo diácono.