Ana María Ibarra
Solidario y cercano, el padre Alfonso García, Vicario de Pastoral, presidió la misa dedicada a las víctimas de desaparición forzada, invitado por el padre Francisco García quien desde hace algunos años acompaña a las familias de mujeres desaparecidas.
La misa se realizó el pasado 3 de diciembre en la Misión de Guadalupe donde fueron colocadas las mantas con los rostros de las víctimas y se elevaron plegarias por cada una de ellas.
Familiares de personas desaparecidas elevaron su oración al iniciar la misa.
“Estamos pidiendo por nuestras desaparecidas, por las familias, por las madres. Te ruego, Madre, intercedas ante Dios nuestro Señor para que se encuentren bien. Pido nos sigas dando fuerzas para seguir adelante”, pidió la madre de Luz Angélica.
Por su parte, Daniel Alejandro, hermano de César Gonzalo, desaparecido en el 2011, expresó: “Te pedimos amado Jesús nos sigas acompañando. En este mes en que recordamos a nuestra Madre, pedimos por el corazón de las mamás, te pido que nos muestres tu rostro, el de la solidaridad, de la piedad”.
Después de estas peticiones, el padre Alfonso leyó los nombres de las personas desaparecidas y víctimas de feminicidio.
“Pedimos a Dios por ustedes, familias, víctimas de estas situaciones injustas”, expresó.
En su reflexión, el padre Alfonso dijo no ser ajeno a la situación y el dolor que viven las familias por la ausencia de sus seres queridos.
“Solo ustedes viven en carne propia el dolor de no saber de sus hijos desparecidos, de sus hijas desaparecidas. Solo Dios y ustedes los saben. Me siento contento de estar aquí porque puedo estar con ustedes”, expresó.
Jesús solidario
El padre Alfonso señaló que la Palabra muestra a un Jesús solidario, cercano con aquellos que experimentan el dolor.
“En esta Eucaristía nuestra súplica es decirle a Jesús que sane, que consuele a aquellos hijos que están lejos de sus familias, que están desaparecidos. Para Dios no están desaparecidos, Él está con ellos. Para Dios no nos podemos ni nos pueden esconder”, exclamó.
Recordando el tiempo litúrgico del Adviento, el sacerdote dijo que se debe recordar que Jesús ya viene.
“Dice Jesús que Él se acerca a través de las personas y de los acontecimientos, y a través de ustedes se acerca a la Iglesia. Aquí está Jesús consolando, animando. Oramos por todos nuestros hermanos desaparecidos, ausentes, que el Señor Jesús consuele su corazón y por aquellos que, como dice la oración por la paz, olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte”.
El padre Alfonso pidió también por las víctimas de feminicidio y sus familias.
“Hay mucho dolor y heridas abiertas, llagas frescas en nuestra ciudad y en el país. Esta Eucaristía es una súplica a Dios para que escuche nuestro clamor de justicia y paz, nos ayude a ser instrumentos de paz y que vayamos contagiando a aquellos que están indiferentes. Contagiemos de esperanza al mundo”.
Al finalizar la celebración, las madres de familia y demás familiares de personas desaparecidas agradecieron al padre Alfonso, a los seminaristas que cantaron y a quienes acudieron y los invitaron para que los acompañen cada mes.
FRASE…
«No nos dejen solas, ténganos en sus oraciones, porque sus oraciones son abrazos que nos fortalecen”.