Desde hace 53 años, en el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, sus ocho rectores y los diversos sacerdotes integrantes del equipo de formadores han acompañado el llamado de vocación miles de hombres y formado a cerca de 100 sacerdotes…Aquí la segunda parte de su historia.
Guadalupe Santiago Quijada/ Responsable del proyecto de organización del Archivo Histórico Hugo Blanco Miranda
Segunda Parte
Formación religiosa y pastoral
El presbítero y rector, Hugo Blanco Miranda, recibió a los primeros 52 alumnos aspirantes a sacerdotes, 30 de nivel secundaria y 22 de preparatoria, en el edificio del Seminario aún sin concluir. Se proporcionaba educación escolar y se enseñaba a leer y a escribir a quienes los requirieran. Las parroquias eran los lugares para la promoción vocacional. El primer equipo de formación espiritual y religiosa estuvo integrado: por el padre de origen estadounidense, de la diócesis de Cuernavaca, Mauricio Clemmons; los sacerdotes Julio Tinoco y Cayetano Rosas, este último misionero de la Natividad de María. También se integraron los curas Juan M. García y Luis Calahorra Martínez, de la diócesis de Zaragoza, España. De manera posterior, al terminar los cursos académicos, y el aprendizaje dominio del idioma latín, los seminaristas debían ir al Seminario en Montezuma, Nuevo Mexico a concluir su formación sacerdotal.
El entonces Seminario Regional del Norte, creció y se consolidó, y a los pocos años, por acuerdo entre los obispos Adalberto Almeida y Manuel Talamás y monseñor Enríquez, entre 1970 y 1987, los integrantes del equipo de formadores religiosos asumieron la tarea de formar de manera completa e integral (académica, espiritual y personal) a seminaristas y próximos sacerdotes de la región. Llegaban jóvenes de Chihuahua, del vicariato apostólico de la Tarahumara, y de las prelaturas de Madera y de Torreón y Del Salto.
Para la celebración, estuvieron presentes arzobispos y obispos del estado de Chihuahua y sacerdotes de las diversas diócesis de la región. Durante esta etapa los sacerdotes se formaron con las ideas inspiradas en el Concilio Vaticano II, se impulsó el Plan Diocesano de Renovación Pastoral en la que los sacerdotes participaban en el diseño de su experiencia de educación y compromiso con la comunidad católica y que tuvo como base una curia diocesana con una opción preferencial por los pobres y con un compromiso con la justicia social, con la democracia y con los derechos civiles de iglesia.
En 1987 se continuó con la formación académica y espiritual que se impartía en el Seminario Menor, se prolongó la formación de Filosofía, pero los seminaristas para concluir sus estudios y ordenarse como sacerdotes aún tenían que acudir al Seminario de Monterrey, a estudiar Teología.
Otros obispos
A la llegada del obispo coadjutor Juan Sandoval Iñiguez, en julio de 1992, se reestructuró la formación sacerdotal, se fortaleció la educación del Seminario Menor, pero se cerró la facultad de filosofía. Los antiguos alumnos tuvieron que ir a otros seminarios a concluir su enseñanza académica y espiritual a otros seminarios.
En 1994, con el tercer obispo, don Renato Ascencio León, tomó impulso la formación y especialización sacerdotal. Un año después de su llegada, en 1995, se construyeron los edificios para la apertura de las facultades de Filosofía y Teología y con ello la posibilidad de recibir la formación sacerdotal completa en Ciudad Juárez, y se promovió que tanto sacerdotes como seminaristas acudieran a Roma a educarse en la facultad de Ciencias Sagradas. Además, en septiembre de 1995, se terminó e inauguró el edificio de la biblioteca para mejorar la educación de los futuros sacerdotes. De igual forma, después de siete años de haberse suspendido la realización de las kermeses éstas se reactivaron, y en 2010 se empezó la promoción de lucha libre con la participación de sacerdotes con máscara y sin sotana.
En la actualidad
En febrero de 2015, el auditorio del Seminario Manuel Talamás Camandari, fue remodelado y para celebrarlo se realizaron actividades culturales durante varios días. Asimismo, a finales de ese mismo año, cuando se confirmó la noticia que el papa Francisco vendría a Ciudad Juárez en febrero de 2016 y que eligió el Seminario para descansar y tomar sus alimentos durante sus breves horas de estancia, se empezaron algunas obras de remozamiento del edificio: se creó un nuevo acceso al edificio; se cambió el piso del vestíbulo; se construyó una imagen denominada El Cristo de la Unidad que muestra a Jesús crucificado y a María unidos; se reforestaron los jardines y se habilitó una alcoba para el descanso del pontífice.
En 2015, por iniciativa del actual rector del Seminario, el presbítero Juan Manuel Orona, un grupo de especialistas empezaron a organizar y dar formar al Archivo Histórico del Seminario, con el propósito de que sacerdotes, seminaristas y la comunidad interesada conozcan parte de su memoria histórica, pero sobre todo para que los religiosos recuperen y escriban su propia historia.
Como parte del proyecto de organización del Archivo Histórico se pudo rescatar algunos objetos y libros que pertenecieron a don Manuel Talamás Camandari y algunos documentos que emitió. Sin duda alguna, este acervo permitirá un conocimiento más amplio acerca de la organización del Seminario, de la formación académica y espiritual de los sacerdotes y del proyecto social y pastoral de la iglesia Católica.
Desde hace 53 años, en el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, sus ocho rectores y los diversos sacerdotes integrantes del equipo de formadores han acompañado el llamado de vocación miles de hombres y formado a cerca de 100 sacerdotes dedicados a evangelizar a través de la administración de sacramentos, a realizar obras sociales diversas y a acompañar a los miles de fieles católicos juarenses.