Aunque ha habido algunas modificaciones en la política migratoria de Estados Unidos, persiste una situación de peligro y muerte para los migrantes que buscan llegar a la Unión Americana en busca de un mejor futuro para ellos y sus hijos. Aquí el panorama que se avizora…
Ana María Ibarra
Un panorama nada favorable para la comunidad migrante es el que avizora el Servicio Jesuita a Migrantes en México si no se hacen cambios en las políticas migratorias de México y Estados Unidos.
Aunque ha habido algunas modificaciones en la política migratoria de Estados Unidos, persiste una situación de peligro y muerte para los migrantes que buscan llegar a la Unión Americana en busca de un mejor futuro para ellos y sus hijos.
Los que esperan asilo, desde México
María Elena Hernández, coordinadora del SJM en Ciudad Juárez, explicó que con la reactivación del programa MPP (Protocolos de Protección a Migrantes) han retornado cientos de personas por esta frontera para esperar su proceso de asilo en Estados Unidos.
«La mayoría de las personas que han sido retornadas bajo este programa son hombres solos, principalmente de nacionalidad nicaragüense, hondureña, cubana, colombiana y venezolana. La mayoría de ellos tiene situaciones de persecución por motivos políticos”, compartió.
Recordó que estos países enfrentan situaciones reconocidas por el gobierno de Estados Unidos como ‘situaciones de persecución’.
“Sus casos fueron aceptados para solicitar asilo, no obstante, la espera tiene que ser del lado mexicano. Estas personas no están recibiendo asesoría jurídica, no están siendo tampoco acompañadas psicológicamente por las autoridades mexicanas”, denunció.
Agregó que quienes hacen trabajo de acompañamiento son organizaciones de la sociedad civil y agencias internacionales como la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), ACNUR y UNICEF, entre otras.
Los expulsados
Añadió que han continuado las expulsiones por título 42 argumentando que los migrantes son un riesgo para la seguridad y la salud pública.
“Esta política migratoria ha expulsado cientos de personas y familias completas, e incluso ha separado a las familias”.
Explicó que existen casos de excepción por vulnerabilidades como alguna enfermedad grave, ser niña, niño o adolescente o ser una persona adulto mayor y bajo esos criterios han logrado ingresar algunos migrantes.
“No obstante las excepciones, cuando llegan del otro lado de la frontera no reciben la ayuda suficiente para mantenerse o para llevar su proceso legal, no hay suficientes programas sociales que les permitan sobrevivir del otro lado. Muchos se trasladan a otra ciudad para iniciar su proceso de asilo donde tienen familiares”.
Los haitianos
Caso aparte son los migrantes haitianos que comenzaron a llegar a Ciudad Juárez desde 2020, aunque más notoriamente a finales de 2021.
Por su relación con Casa Anunciación en Anapra y con el servicio a migrantes que coordina Cristina Coronado desde la Catedral de Ciudad Juárez, María Elena conoce que aproximadamente 100 familias de la comunidad haitiana en Juárez, reciben apoyo de la Iglesia o de organismos civiles.
“Todas las semanas se ofrece apoyo en especie. Nosotros hemos acompañado desde el área psicológica a varias personas de Haití, pero no tenemos un número exacto de cuántas familias se han establecido en Juárez. Sabemos que han ido en aumento y que Juárez es una ciudad donde no han sufrido tanta violencia o discriminación”.
Señaló que ante la discriminación que sufren en los albergues tanto por cuestiones de religión o por su origen étnico, los haitianos buscan establecerse por su cuenta rentando espacios, aunque sean compartidos con otras familias.
“También buscan trabajo por el tiempo que permanecen en Juárez, aunque no sea su intención quedarse aquí”, aclaró.
Albergues casi al tope
La entrevistada compartió que cerca de la línea fronteriza entre Juárez y El Paso, existen poco más de 20 albergues con capacidad para atender 3 mil personas.
“Son albergues de la sociedad civil. Está el Centro Integrador Leona Vicario con una capacidad para mil personas, aproximadamente, y que actualmente hay alrededor de 670 migrantes. Está también el albergue municipal con capacidad para unas 200 personas, a su máxima capacidad actualmente”, señaló.
En cuanto a los perfiles de las personas que llegan a Ciudad Juárez, María Elena compartió que casi el 30 por ciento son de origen mexicano y provienen de estados como Chiapas, Michoacán y Guerrero, donde la violencia ocasionada por el crimen organizado ha aumentado.
“Siguen huyendo en busca de protección internacional hacia Estados Unidos, pero por la aplicación del título 42, la falta de reconocimiento y de acompañamiento jurídico para solicitar asilo no pueden cruzar y permanecen en los albergues de Ciudad Juárez”.
Por una migración segura
Ante los lamentables sucesos en San Antonio, Texas, e incluso entre África y Europa, con decenas de personas que encontraron una horrible muerte en su camino migrante, María Elena consideró que estos sucesos no impactarán en el flujo de personas en situación de migración que vienen a esta frontera.
“Quizá lo que va a impactar sería la manera en la que se atiende a los migrantes. No estoy segura si vayan a hacer cambios por parte de la Guardia Nacional, el Ejército o el Instituto Nacional de Migración para reforzar o cambiar las políticas migratorias, pero el flujo en sí, no me parece que vaya a cambiar”.
La coordinadora del SJM consideró que la migración no se detendrá y es muy probable que el tema del desplazamiento de personas mexicanas continúe porque la violencia en México no ha logrado detenerse.
“Es probable también que siga el flujo de personas centroamericanas por las dificultades políticas y por los desastres naturales que han ocurrido en Centroamérica”.
Urge solución inmediata
María Elena dijo que es muy lastimoso que las personas sigan siendo tratadas como mercancía por las redes de tráfico de personas y alegó que es necesario investigar hasta qué punto hay una responsabilidad de los gobiernos, no sólo por omisión, sino también por acción, pues quizá hay hechos de corrupción por parte de las autoridades tanto de México como de Estados Unidos.
“¿Cómo puede pasar un tráiler lleno de personas y no darse cuenta que se está traficando con ellas y ellos? Es importante hacer una investigación exhaustiva para poder tener alguna garantía de no repetición y también castigar a quienes sean responsables de estas muertes”, dijo.
Agregó que la responsabilidad es de ambos gobiernos, México y Estados Unidos pues no se han generado políticas y técnicas que permitan una migración regular, legal y segura.
“Estas redes de tráfico se alimentan de la prohibición y de la ilegalidad, en la que han tratado el derecho garantizado de todas las personas a migrar y no se han establecido tampoco alternativas que hay que ir denunciando y empujando”.
María Elena señaló que son millones de personas en todo el mundo las que se ven obligadas a salir de sus países y buscar otras formas de vida, crecimiento y desarrollo personal con sus familias.
“Se tiene que atender de manera inmediata, brindar opciones y caminos de esperanza a las personas en sus países de origen”, puntualizó.