Hace unos días presentamos la historia de Jorge Ortega, quien dejó su maestría para ingresar a la Compañía de Jesús. Hoy Luis Sánchez, otro juarense que inició el pre noviciado jesuita, nos comparte su experiencia…
Ana María Ibarra
Luis Rodolfo Sánchez Meléndez, de la comunidad de San Mateo, ingresó a la Compañía de Jesús el lunes 31 de julio –fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de ese instituto religioso al que pertenece el Papa Francisco– para realizar su primer año como prenovicio, hacer un apostolado y seguir un proceso de discernimiento y oración.
Diocesano o religioso
Con 24 años y una carrera trunca en administración de empresas, Luis Rodolfo compartió
que su búsqueda para descubrir el plan de Dios en su vida inició hace nueve años, cuando asistió a dos preseminarios.
“Había vivido dos preseminarios hace nueve años, pero no tenía la experiencia de tener un amigo sacerdote cercano. Hace cuatro años llegó el padre Omar y se hizo amigo. Este hecho, de conocer un sacerdote, su alegría, su ser humano, empezó a despertar en mí la inquietud por el sacerdocio”, dijo.
Con la inquietud más latente, Luis comenzó a cuestionarse qué tipo de sacerdote quería ser, si diocesano o religioso, y si era religioso, de cuál comunidad.
“Empecé a buscar más sobre los carismas y sobre las distintas congregaciones. A los jesuitas los conocí hace poco más de ocho años, cuando me invitaron a misionar con ellos, pero no pude ir y les perdí la pista”, recordó.
Añadió que hace poco comenzó a asistir a los campamentos jesuitas que realizan en el Teresiano y ahí volvió a sentirse atraído por su carisma.
“Con los temas fui tomando conocimiento del carisma, pero más que nada me enamoré de su alma misionera, de su carisma, que es la educación, de cómo el jesuita permanece en el mundo, eso me gustó”, expresó.
Tomar la decisión
Luis acudió a unos ejercicios espirituales jesuitas para laicos y experimentó la manera en la que los religiosos utilizan el discernimiento en la vida diaria.
“Fue una impresión ver cómo palpas a Dios en esos ejercicios, que lo puedes palpar no nada más en los ejercicios ignacianos, pero la manera en que los jesuitas los elaboran es impresionante. Fue ahí donde me enamoré aún más del carisma y donde tomé la decisión de ser jesuita”, compartió.
Luis asistió después a los ejercicios vocacionales. Junto a él se presentaron 35 jóvenes –entre ellos Jorge Luis Ortega, también de la comunidad de San Mateo–, 15 enfocados a la vocación sacerdotal y el resto para discernir sobre qué carrera estudiar.
“De ese grupo sólo nosotros, Jorge y yo, fuimos elegidos para continuar con el discernimiento”, dijo entusiasmado y aún sorprendido.
Al ser elegidos, Luis informó a su familia, que dijo, está contenta.
“Mi familia no se imaginaba que me iría de casa por ese motivo. Están un poco tristes, pero porque no estaban preparados para esa decisión. Siento su apoyo muy bonito y eso nos ha unido mucho más como familia”, afirmó.
Libre y sin miedo
Luis dijo que después de ese proceso de seguimiento, el ingresar al prenoviciado es adquirir una libertad, aunque se llegue a pensar que una vocación como el sacerdocio, la vida religiosa o incluso comprometerse al matrimonio es amarrarse o limitarse.
“Pero no es así, cuando realmente dices ‘sí’ a Dios, en cualquiera que sea tu vocación, se adquiere una libertad. Me siento muy libre, muy tranquilo, emocionado, con nervios, pero alegre. No sabemos qué viene, pero estoy contento porque sé que tomé la decisión correcta de acompañar a Jesús”, afirmó.
A su vez, Jorge dijo que Dios siempre llama a diferentes causas, motivos y vocaciones, y lo que hace falta son respuestas a ese llamado, sea a la vida de matrimonio, sacerdotal o religiosa.
“A veces tenemos miedo de decirle ‘sí’ a Dios. Los invito a que realmente Él sea el centro de nuestra vida, en todo lo que hagamos y en ese sentido aprender a escuchar a Dios y a responderle porque cuando Él nos habla es que nos está respondiendo a lo que le pedimos. Pidamos valor y generosidad para responder al llamado que nos hace”, finalizó Jorge.
Elección de apostolado
Después de haber sido aceptados en la Compañía de Jesús, el pasado mes de abril Jorge y Luis tuvieron un seguimiento de parte de los jesuitas para continuar con el discernimiento vocacional.
“Semanalmente nos escribieron, nos mandaron trabajo de oración para seguir en el trabajo de discernimiento, sobre todo para estar en contacto y al pendiente de nosotros”, dijo Jorge.
Recién ingresados al prenoviciado, ambos irán 11 días a Cuernavaca, Morelos, a un taller de inducción donde los jesuitas los conocerán más de cerca, además de presentarles los diferentes apostolados que hay en México.
“Ahí se toma la decisión de a cuál apostolado nos mandan. Será un año de apostolado y discernimiento en oración. Si todo sigue bien son dos años de noviciado, otro de apostolado y después la formación de filosofía y teología”, compartió Jorge.
Frase…
“Estoy contento porque viene una experiencia muy padre en este año de prenoviciado. No será tiempo perdido sea un sí total o sea un no, será un tiempo ganado porque ya nos aventamos a experimentar, a buscar y ojalá y si lleguemos a ese sacerdocio anhelado”
Luis Rodolfo Sánchez Meléndez