Ana María Ibarra
En un evento sencillo, pero relevante, el pasado jueves 7 de abril se llevó a cabo la colocación de la primera piedra del Centro Comunitario Jesús de Nazareth que estará ubicado en el terreno que corresponde a la capilla Jesús de Nazareth, en la colonia Km 29, perteneciente a la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Ante las necesidades de las familias en esa área, y buscando hacer realidad el sueño del padre Raúl Vega (q.e.p.d), anterior párroco de la comunidad, el Comité de Damas del Club Rotario Ciudad Juárez impulsa este proyecto con el apoyo de los sacerdotes Víctor Ortega Vega y Luis Soriano, párroco y vicario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Km20).
Asistencia médica
Fueron la lejanía y la carencia de servicios lo que movió los corazones del padre Raúl y de la doctora Suky Quintana, presidenta del comité de damas, para idear el proyecto de un centro comunitario que contara con un dispensario médico y otros espacios de asistencia para las familias.
«Al padre Raúl le preocupaba y le frustraba no poder ayudar a niños, jóvenes, adultos mayores y jovencitas embarazadas ante alguna emergencia médica, y que a veces mueren sin atención», compartió la doctora Suky.
Agregó que con la muerte del padre Raúl el proyecto se detuvo, sin embargo, al ser nombrada presidenta del comité retomó este anhelo del sacerdote.
«No contábamos con la pandemia que nos frenó todo, pero eso no nos detuvo. Para mi sorpresa me pidieron ser presidenta otro año y aquí estamos, echando a andar este proyecto”, explicó la doctora Quintana, quien agradeció a la comunidad que ha participado activamente y ha acogido el proyecto como propio.
“Gracias padres Víctor y Luis por su labor tan hermosa. Este va a ser un refugio para las familias, será un baño de amor y de fe», abundó.
Sueño sacerdotal
Por su parte, el padre Víctor consideró ‘magnífico’ tener una obra como este centro comunitario, que se proyecta para cambiar la vida de la comunidad.
«Lleva el nombre de Jesús de Nazareth, quien se hizo hombre y vino a servir para cambiar la vida de la gente», dijo durante su participación en el evento.
Agregó que el padre Raúl fue un sacerdote cercano a su comunidad y su deseo era tener un espacio de ayuda para las familias de aquella zona, ubicada por la Carretera a Casas Grandes.
«Agradecemos a las damas rotarianas que hayan puesto su mirada en este punto. Tener un centro comunitario es una nueva vida para esta comunidad, dejará de ser solo un número y tendrá un nombre», dijo.
Después de las palabras del sacerdote, las damas del comité, sacerdotes, ingenieros y arquitectos encargados de la obra, tomaron las herramientas necesarias para colocar la primera piedra juntos.
Llenos de alegría por tan emotivo momento, los presentes convivieron unos momentos degustando algunos bocadillos y compartieron recuerdos de anécdotas vividas al lado del padre Raúl Vega.