Ana María Ibarra
Orar para que todos los padres que lloran la muerte de un hijo o una hija “encuentren apoyo en la comunidad y obtengan del Espíritu consolador la paz del corazón’, es la intención del papa Francisco para este mes de noviembre.
Hugo Alfredo Herrera es uno de esos padres, quien después del llanto y el dolor por la muerte de su hija Claudia, encontró un grupo de apoyo, donde además adquirió herramientas para aprender a vivir sin su ser querido. Ahora, él ayuda a otros a lograr esa paz en el alma.
Enojado con Dios
Su hija Claudia padeció cáncer. Pero cuando lo tuvo controlado gracias a tratamientos y a la oración de su comunidad parroquial, Hugo mantuvo la esperanza de que ella superaría la enfermedad y viviría muchos años más.
Sin embargo, al quedar embarazada todo se complicó.
“Cuando ella nos dio la noticia de que estaba embarazada sabíamos que se estaba exponiendo. Ella lo anunció en enero y el 31 de junio de 2011, murió”, recordó el padre de familia.
Un mes antes de que su hija falleciera, le hicieron una cesárea para que naciera el niño, con seis meses de gestación. El niño sobrevivió y ahora tiene 12 años.
A partir de la muerte de su hija, a Hugo y a su esposa les surgieron muchas preguntas. Eran servidores en la parroquia Nuestra Señora de la Paz, participaban en la Hora Santa cantando en el coro y en el Movimiento de la Renovación.
“Creí que viviría porque tenía muchas oraciones en la comunidad de Nuestra Señora de la Paz. Inclusive, cuando la sacamos del hospital, porque ella lo pidió, fue jueves, día de asamblea, y la hicieron afuera de mi casa, oraron por ella y pensé que la libraría, pero el resultado fue otro”, compartió el entrevistado.
El dolor que sintió llevó a Hugo a enojarse con Dios. No entendía cómo es que, si él servía en su Iglesia, su hija hubiera muerto.
“Me sentía desesperado, sin saber qué hacer. Como un boxeador al que mandan a la lona”, dijo.
Vivir el duelo
Aunque por un tiempo, Hugo permaneció cerrado a toda posibilidad de apoyo, finalmente él y su esposa acudieron a un grupo de sanación de duelo.
“Nos percatamos que en el grupo todos éramos padres que habíamos perdido un hijo o una hija, de distintas edades y distintas muertes. Mi hija tenía 31 años cuando murió, otros habían perdido bebés recién nacidos, otros no nacidos; algunos por muerte violenta, accidente o enfermedad”, explicó.
Así, Hugo y otras dos personas decidieron que el grupo fuera solamente para padres en duelo y adoptaron el nombre Renacer, ya que otros países existen estos grupos.
“Ahí adquirimos herramientas para saber vivir sin la persona amada, no para superar el duelo, porque no se supera”, señaló.
Con ese taller, que repitió dos veces más, Hugo reconoció y vivió cada una de las etapas del duelo, e incluso descubrió que no se había dado la oportunidad de vivir el duelo por la muerte de sus padres.
“Ellos tenían mucho tiempo viviendo en la Ciudad de México. Cuando fallecieron, hice de cuenta que seguían allá y así me la pasé hasta que un día tuve que ir a una reunión con mis hermanos y fui a visitar la cripta donde están mi papá y mi mamá. Entendí de golpe que había sido verdad, que ellos ya no estaban”, admitió.
Pérdida difícil
Negación, enojo, tristeza profunda y culpa, fueron las etapas que tuvo pasar Hugo para llegar a la aceptación de la muerte de su hija, y reconoció que no fue fácil atravesar por cada una de ellas.
“Aun con el féretro expuesto, no me caía el veinte, como se dice. Era como estar acompañado por ella, porque ahí estaba, aunque no viva. En ocasiones creí verla en una ferretería, pero era una persona parecida a ella. Poco a poco fuimos entendiendo que ya no estaba. Es un golpe muy fuerte, se siente que será eterno, se mueve la fe, pero con el tiempo que tenemos en el servicio, me di cuenta de que es mejor tener a Dios como amigo”, externó.
Sanar…para ayudar
Conforme Hugo fue participando en el grupo Renacer, llegaron a él muchas enseñanzas.
“La muerte de mi hija Claudia me enseñó que no se puede uno morir con sus muertos. Si Dios nos deja la vida es para hacer muchas cosas y qué mejor que hacerlas por los demás hermanos”, enfatizó.
Al entender lo anterior, Hugo aceptó la invitación para tomar un diplomado de tanatología y se unió a impartir talleres de duelo.
“Ya no estoy en las asambleas, pero esta tarea la considero como mi ministerio. Es algo que me apasiona y quiero que aquel que esté sufriendo, ya no sufra; quiero enseñarle el camino para salir adelante”, dijo.
Padres en duelo…dónde recibir ayuda
Renacer es un grupo ya establecido para padres que han perdido un hijo. Tiene aproximadamente once años reuniéndose en el Parque Central todos los jueves. Además, los lunes, Hugo imparte taller duelo para todo tipo de pérdida.
“Aquí nos dieron la oportunidad de tener un espacio. Se ha batallado, pero aquí estamos. También tenemos ahora un taller de duelo dirigido a todo tipo de pérdida con temas que ayudan a conocerse más a uno mismo y saber que puedes hacer muchas cosas todavía y que puedes aprender a vivir sin la persona amada”, señaló.
Si bien el taller de duelo que Hugo actualmente imparte ya va avanzado, en el mes de diciembre se impartirá un taller especial.
“Navidad sin ti es un taller para ayudarnos a pasar Navidad sin nuestros seres queridos. No es fácil, pero soy testigo de que se puede vivir sin la persona que murió. Es cierto que le extrañamos, que van a venir días difíciles, pero si tomas el taller te llevarás todas las herramientas para lograrlo y te garantizo que serás otra persona”, motivó.
Y para concluir, añadió: “Con el taller te vas a conocer un poquito más y sabrás distinguir dónde se sienten las emociones; podrás trabajarlas y así podrás salir adelante. No se trata de superar, se trata de aprender a vivir sin la persona amada y esa es la mayor bendición”.
Centro San José
Duelos y pérdidas es un taller que se imparte en el Centro San José, activo en la parroquia Todos los Santos desde hace seis años. El taller consta de once sesiones semanales de dos horas cada una.
“Es para cualquier tipo de pérdida: seres queridos, salud, trabajo, mascotas y bienes materiales. Tenemos seis años en la parroquia Todos los Santos, tres años en la parroquia Corpus Christi y un año y medio en San Isidro, en el Valle de Juárez. Estamos cerrando con un grupo en la comunidad de El Millón”, compartió Joaquina Vidaña, coordinadora.
Si bien el taller es para todo tipo de pérdida, dentro del mismo se forman pequeños grupos con participantes que comparten el mismo duelo.
Joaquina informó que se realizan dos talleres por año, uno en febrero y otro en agosto, y no tiene ningún costo.
Se pide a los interesados estar al pendiente en las redes sociales y avisos de las parroquias mencionadas, así como en Periódico Presencia.
Grupo Renacer
Todos los jueves
De 6:00 a 8:00 de la noche
En el Parque Central Poniente
Salón J
Taller de duelo y próximo taller “Navidad sin ti”
Para fechas y horarios estar al pendiente en periódico Presencia
Más información al 656 556 1491