Diana Adriano
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado se celebra este 2024 bajo el lema «Dios camina con su pueblo» e invita a la reflexión sobre la grave y creciente problemática que enfrentan los migrantes a nivel global.
En este contexto, el padre Francisco Bueno, director de Casa del Migrante, compartió un panorama de la situación actual en la institución que dirige.
Flujo cambiante
El sacerdote señaló que la labor en Casa del Migrante es constante, con atención los siete días de la semana.
A pesar de las variaciones en el flujo migratorio debido a las políticas de México y Estados Unidos, la casa ha seguido recibiendo a más personas que en años anteriores. Aunque la rotación es alta y la cantidad de migrantes rara vez supera las 200 personas, el flujo es constante y cambiante, reflejando la complejidad de la situación migratoria.
Este año, la jornada recuerda que la migración no es solo un fenómeno político o social, sino un reto humano que requiere acompañamiento, solidaridad y comprensión desde la fe.
Los retos
Por otra parte, el padre Francisco destacó los desafíos que enfrenta la institución ante la llegada de migrantes con problemáticas cada vez más complejas.
“También ha sido de muchos retos al interior de la casa. La gente ha llegado con problemáticas muy fuertes, han sido víctimas de muchos tipos de violencia y los casos que están llegando son de alto impacto en ellos”, señaló.
El padre Francisco explicó que esta situación ha implicado un enfoque más personalizado en la atención “ y llevarles hacia las asesorías que cada uno de ellos requiere».
Otro reto importante ha sido el económico.
“Al ser 200 personas, nosotros tenemos que dar el mismo servicio de alimentación, todo lo que es higiene personal, material de limpieza», detalló y recordó que ninguno de los servicios que ahí se ofrece, tiene costo para los migrantes.
“No se les cobra ni se les pide ningún donativo, esto con la intención de que pueda ser un lugar donde no encuentren otro tipo de estrés. Porque muchos de ellos no traen ni 20 pesos”, aclaró.
A pesar de los retos, el director de la obra diocesana de atención a migrantes, se mantiene confiado en que la Providencia y el amor de Dios permitirán que la casa siga siendo un refugio para quienes más lo necesitan.
“La idea es que sigamos de la misma manera, aunque ha sido un reto seguir manteniendo a flote la casa”, reconoció.
Niños migrantes
Asimismo, el padre Francisco, ofreció un panorama sobre la composición demográfica de los migrantes que llegan a la institución.
“Del total, yo consideraría que el 40% son niños, niñas y adolescentes. Un 25% mujeres y el resto, hombres», explicó el sacerdote.
Destacó que la mayoría de las familias llegan completas: «Llegan familias que son mamá o papá, a veces son ambos y 3, 4 o 5 hijos; eso amplía mucho esta población».
Esta situación, informó, refleja no solo el crecimiento de la migración familiar, sino también la vulnerabilidad a la que se enfrentan los menores en su búsqueda de un futuro más seguro.
Necesidades de CMJRZ
Es de resaltar que el trabajo en la Casa del Migrante no ha sido sencillo, ante los nuevos retos que constantemente aparecen a la vista: Nuevas leyes, desastres naturales y la creciente ola de violencia por el narcotráfico, desata nuevos éxodos que llaman al cuidado no sólo físico, sino espiritual de aquellos que dejan la patria, en busca de paz y nuevas oportunidades.
Ante ello, el director de la Casa del Migrante expresó:
“Es indispensable abrir nuestro corazón ante estos viajes llenos de esperanza que nos recuerdan que “nosotros somos ciudadanos del cielo. Allí está oculta nuestra recompensa, en el servicio a los demás, en el sacrificio por el bienestar del otro, por la evangelización a aquellos que necesitan palabras de amor y de verdad”.
Por ello, quiso hacer un llamado a las parroquias y comunidades religiosas, para que se unan a colaborar en esta encomienda, y descubrir en este sentido, que como dice el papa: “los pobres nos salvan, porque nos permiten encontrarnos con el rostro del Señor”.
Un listado
Para continuar con su labor, Casa del Migrante en Juárez necesita con mayor frecuencia ndonaciones en especie de material limpieza tanto personal, como para sus instalaciones: jabón, dentífrico, desodorante, shampoo, limpiador multiusos, etc. Donaciones de alimentos y embutidos como: huevo, café, salchicha, frijol, arroz, agua, etc.
También se puede colaborar con donaciones económicas a las cuentas de la Casa del Migrante.