Catequista de quinceañeras habla sobre los contenidos de la formación previo a la misa y fiesta de XV años, que sigue siendo una gran ilusión para las jóvenes…
Ana María Ibarra
Durante 25 años, María Laura Anaya ha catequizado a jóvenes quinceañeras en la parroquia La Sagrada Familia y aunque en este tiempo se ha percatado que la ilusión de las jovencitas al llegar a esta edad no ha cambiado, ha tenido que ampliar su material catequético ante los riesgos que hoy enfrentan las señoritas.
Para Laura, el tiempo y el contenido de la catequesis para quinceañeras es el adecuado, con temas básicos y sencillos. Sin embargo, dentro sus charlas las motiva para que se integren a un grupo juvenil y así continúen su formación cristiana.
Temática
Dentro de la temática que Laura imparte a las quinceañeras se encuentran el agradecimiento a Dios y la importancia de celebrar su misa de acción de gracias por sus XV años.
“Les hago ver que no es sólo un evento social, sino un deseo de corazón de venir y dar gracias a Dios por todo lo que les ha dado en estos 15 años. Analizamos un poco sus días, su vida, para que vean todo lo que les ha dado Dios en este tiempo”, compartió Laura.
Otro tema se refiere a las virtudes: el amor, la paciencia, la humildad, la caridad, el testimonio y el dar a conocer a Jesús.
“Les mostramos estas responsabilidades cristianas, analizamos cada una de ellas, escucho sus puntos de vista, compartimos. Vemos también la oración, que debe ser diaria, que Jesús debe ser nuestro mejor amigo. Les enseño el rezo del Rosario, hago un repaso de los sacramentos, especialmente la importancia de la Confesión”, agregó Laura.
Aunque la catequesis sólo es para la joven quinceañera, Laura compartió que en los 25 años que tiene a cargo, eventualmente han asistido los padrinos, los papás o el acompañante, alguno de quienes se quedan a escuchar.
Laura enseña también a las quinceañeras el rito de la misa, y la tarea de ellas es investigar si en la parroquia donde van a celebrar la misa se realiza ese rito, el cual, dijo, también es muy sencillo.
Cambios en el manual
En estos 25 años el material que Laura utiliza no es el mismo. Cuando inició como catequista, a los 19 años, le dieron un material platicado, y ante los cambios de párroco, ha habido cambios en la catequesis.
“Una vez me enviaron con una religiosa, que me dio un material para darles cosas diferentes. El padre Efrén me ha conducido con el material que les debo de dar. Hemos ido ajustando el material tratando que sea lo básico, pero que podamos sembrar en ellas la semillita del amor a Dios y para que se enamoren de María”, explicó la catequista.
Con el paso de los años, Laura ha tenido que incluir algunas otras reflexiones, por ejemplo en la cuestión de los vestidos de colores que empezaron a utilizarse en las fiestas.
“Cuando nos dimos cuenta de eso, empecé hacer mucho hincapie en que los colores deben ser pastel o blancos, no vestidos cortos ni con escote, que vistan con decoro, porque se empezó a salir de contexto, igual para las damas”, compartió.
Otro tema que tuvo que incluir en su manual fue el cuidado se sí mismas, ante los peligros que corren actualmente las jovencitas.
“Empecé a hablarles de los riesgos que corren, que deben cuidarse a sí mismas, y que deben respetarse”.
Sembrar la semilla
Aunque el material es muy sencillo, Laura lo considera apropiado, al igual que el tiempo de pláticas, que en su parroquia es de una hora, durante dos sábados. En este tiempo ella busca “sembrar la semilla” para que las jóvenes continúen luego su formación en un grupo juvenil.
“A veces junto las dos horas en un solo sábado y las chicas se me están durmiendo. Trato de hacerlo dinámico, que ellas participen, que estén atentas, pero como es mucho catecismo, es mejor una hora cada sábado”, afirmó.
En su experiencia, Laura ha visto a las señoritas participativas y abiertas, comparten sus experiencias personales con ella y aprovecha para darles un consejo.
“Es una experiencia enriquecedora. Ellas aprenden y yo aprendo mucho de ellas. Para mí ha sido algo muy bonito poder platicar con los jóvenes. De mi parte las invito a que hagan conciencia de lo importante que es continuar en un apostolado juvenil para aumenten sus conocimientos de fe, su amor a la virgen, su amor a Dios”, dijo.
Atenderlas con el corazón
En el tiempo que ha catequizado quinceañeras, Laura asegura que la ilusión y las inquietudes de las jóvenes a esa edad no han cambiado.
“Sigue latente la emoción de los 15 años, para ellas es algo importante, muy emotivo, es algo muy bonito que siempre va a seguir aunque vayan cambiando los tiempos. Cumplir 15 años es un cambio muy grande, les digo que es un alto en el camino para voltear a ver todo lo que Dios les ha dado, recapitular y dar gracias”, dijo.
Y agregó: “Aunque cambien los tiempos y hoy haya cuestiones más liberales, más información por la tecnología, sus inquietudes siguen siendo las mismas y tenemos que enseñarles lo mismo: los valores, las virtudes, el amor a la Virgen, rezar el Rosario. Tenemos que seguir trabajando con ellas, quizá ahora más”.
En este sentido, Laura invitó a los padres de familia a estar muy atentos y pendientes de sus hijas, escucharlas y dedicarles tiempo.
“La vida nos lleva a un ritmo muy rápido, el trabajo, las actividades de la casa, no tenemos el tiempo para dedicarles, para escuchar las inquietudes de nuestros hijos, y eso es muy importante: que los atendamos con el corazón”, invitó.
“A las niñas las invito a que no se suelten de María, que la busquen, es una gran intercesora como mamá, esposa, hija de Dios. Acérquense siempre a ella, busquen su amor y ámenla mucho”, finalizó.