Claudia Iveth Robles
Desde hace 12 años, Gabriela Vásquez DaSilva una mujer originaria de Caracas, Venezuela, radica en Ciudad Juárez junto con su familia que llegó desde el país sudamericano al parecer para quedarse, pues a lo largo de estos años, ya han venido a esta tierra también sus padres, suegros y cuñados, con los que ya son 26 familiares radicados en la localidad.
Al recordar que vino con su esposo supuestamente sólo por una temporada de seis meses, luego eso se ha convertido en 12 años y medio de feliz estancia, aunque sin duda extrañan a sus otros familiares que quedan en Venezuela, así como la música y el ambiente que se pone en su país para las fiestas.
Gabriela compartió con Presencia cómo es la Navidad en Venezuela y cómo la celebran ahora en Ciudad Juárez.
Dijo que en su país, se escucha la tradicional “Parranda navideña”, la cual consiste en que en Nochebuena se reúnen las personas y una toca un instrumento llamado “cuatro” (como una guitarra de cuatro cuerdas) y todos comienzan a cantarle al niño Jesús.
“Van de casa en casa y cantan una canción muy tradicional ‘Gente de paz, ábranos la puerta que ya es Navidad’ y así van de puerta en puerta. La gente abre la puerta de su casa, te deja entrar y te ofrece un chocolate caliente”, dijo.
La parranda termina hasta que llegas a la Catedral o la Iglesia cercana. Hay una misa de gallo, que se celebra a las 9 o 10 de la noche y después de eso todo mundo se va a su casa a hacer la cena de la Navidad.
Tradición que se pierde
En Venezuela, recordó Gaby, es el Niño Jesús quien lleva regalos a los niños y el día 25 se celebra una misa en la que las familias acuden a dar gracias, y ahí mismo, en los patios de los templos se puede ver a todos los niños jugando con sus regalos navideños.
“Todas las Iglesias tienen un patio grande así que veías ahí lleno de niños patinando, en su bicicleta. Era el momento de hacer una fiesta, de dar gracias por la cena y por lo recibido.
lamentablemente eso se ha perdido por la inseguridad, y ahora todos lo hacen en su casa”, dijo.
Gabriela explicó que en Venezuela, el ambiente navideño comienza a sentirse desde noviembre, cuando las radiodifusoras cambian su música por la de temporada y algunos componen “Gaitas” (piezas de un género musical) alusivas a lo que se vivió en ese año.
Gaby recordó que con su familioa siempre organizaban para la Navidad conciertos musicales, salían a patinar, e iban a la playa el 24 de diciembre, cosa que aquí no pueden hacer.
“Dejábamos todo lo negativo en el mar, para recibir el año como Dios manda”, dijo.
Una cena muy tradicional
Sobre la comida navideña, Gabriela dijo que en Venezuela se usa un pan especial de jamón y en la cena del 24 se hacen “hayacas”, que es algo parecido al tamal, envuelto en hoja de plátano.
“La masa es hecha de maíz, se hace un caldo, como un consomé concentrado de pollo o res, que tenga bastante sabor y con esa agua sazonada con cebolla, ajo, chile morón, se amasa la harina”, explicó.
Dijo que las hayacas se rellenan con carne de res, pollo y con cerdo y como decoración llevan chile morrón, aceitunas rellenas, pasas y alcaparras.
Las hayacas se cuecen sumergidas en agua y cuando se sirven llevan como acompañamiento ensalada de pollo o un enrollado de pan de jamón, que es una masa parecida a la pizza, que se hornea.
Su fiesta en Juárez
Gaby y su familia se reúnen comunmente con otros venezolanos radicados en esta frontera. Este año, dijo Gaby, llegó una familia de Maracaibo de 6 integrantes y el papá y una hina son músicos, así que los invitarán a su festejo navideño.
“Son bienvenidos en la casa. Me decía el Señor ¿cómo vamos a tocar, si no tenemos un tambor y yo dije: ‘suena esa gaita porque suena’”, compartió al revelar que junto a sus familiares sumarán 32 venezolanos festejando en su casa el nacimiento de Jesús.
Y aunque a Gaby y a su familia les gustan las posadas mexicanas, dijo que ellos las harán también con un toque de “parranda navideña”.
“Le vamos a dar posada a nuestros invitados. Nos gusta esa parte del encender esas velas, salir y pedir posada y que te abran las puertas. Y cuando dicen ‘Mi casa es tu casa’ de verdad lo cumplen”, dijo Gaby.
“Para los niños es un gozo tener piñata, cenar en familia y poder compartir unidos y pidiendo todos por todos”, finalizó.