Luis Alfredo Antúnez nació en esta diócesis, igual que su vocación…fue ordenado este mismo año en la congregación Cruzados de Cristo Rey, y hoy sirve en CDMX
Diana Adriano
El joven presbítero Luis Alfredo Antúnez Silva, celebró el pasado mes de junio su ordenación sacerdotal a los pies de la Virgen Guadalupe, en la Basílica, junto a otros ocho hermanos que como él sintieron el llamado de pertenecer a los Cruzados de Cristo Rey (CCR).
Proveniente de la comunidad de San Miguel Arcángel de la Diócesis de Ciudad Juárez, el nuevo sacerdote, compartió que fue en esta diócesis en la que encontró su vocación.
“Recuerdo que de niño me gustaba mucho ir a la parroquia. Tengo recuerdos de que me gustaba ir por que el coro y la música me encantaban, el ver como cantaban, como alababan a Dios en la misa y eso es un recuerdo muy bonito en el que veo una primera señal de que Dios me estaba llamando para algo”, compartió el padre Luis.
Su llamado a la vocación
El sacerdote religioso recordó que durante su adolescencia, en el 2007 se unió al grupo de Confirmaciones en la parroquia, casi obligado por su mamá. “La verdad, es que sin mi mamá, yo no hubiera encontrado la vocación o el llamado de Dios. Mi mamá fue ese empuje que me ayudó a encontrarme con Dios nuevamente.
Después de un tiempo, relató el presbítero, el ambiente le comenzó a gustar hasta el punto de quedarse como coordinador al concluir el curso, además de pertenecer al coro parroquial.
“En el inicio de mi vida parroquial, empecé poco a poco a sentir la inquietud vocacional, la inquietud hacia el sacerdocio. Yo no lo decía porque me daba miedo, y me enojaba mucho cuando alguien me decía, tú ya vas a ser sacerdote porque te la pasas mucho tiempo en la Iglesia”, dijo el padre Luis.
“A mí me gustaba mucho ir a las Horas Santas los días jueves y en la oración yo le decía a Dios; ‘dime qué me está pasando’ ¿Por qué siento esto tan extraño cuando estoy aquí?, me siento extraño, siento algo extraño en mi corazón, dime qué es…”, agregó.
Fue en otra Hora Santa cuando, mirando al Cristo de su parroquia, tomó la decisión de ser sacerdote.
“Ese Cristo a mí siempre me atrajo, me llamó mucho la atención porque yo veía sus manos, y verlas era señal de Jesús que me decía que quería que mis manos también sirvan para ayudarle y que sean consagradas. Entonces, ahí fue donde me decidí y dije, está bien, yo quiero ser sacerdote”, expresó el entrevistado sobre el crucifijo de su parroquia San Miguel Arcángel, el mismo, por cierto, usado para la Misa del Papa Francisco en Ciudad Juárez.
En ese entonces decidió compartirlo con el padre Daniel Payán (qepd), quien lo motivó a asistir al Seminario Conciliar, posteriormente el padre Gilberto Pérez, le hizo la misma invitación, pero él sentía que ese no era su lugar.
“Yo conocía de lejos a los CCR porque en ocasiones teníamos eventos en la parroquia del Espíritu Santo. Pero un día, sin conocerlo, me acerqué al padre Arturo Jiménez y decidí hablar con él. Ese día me enamoré del carisma de los CCR”, remarcó el padre Luis.
Su misa en Ciudad Juárez
Ya ordenado sacerdote, el padre Luis Alfredo Antúnez decidió celebrar una misa de acción de gracias, el 16 de julio, en la parroquia de San Miguel Arcángel, parroquia que vio nacer su vocación, y de este modo celebrar con la comunidad que aún lo recuerda con mucho cariño.
“La misa estuvo muy bonita, me acompañaron mis hermanos sacerdotes de CCR que se encuentran aquí en la diócesis, al igual que el padre Gilberto Pérez, al cual le tengo mucho cariño”, expresó el sacerdote.
Con voz entrecortada, el joven presbítero, dijo que al ver nuevamente a ese Cristo que se encuentra en la parroquia después de tantos años y ahora como sacerdote, fue una experiencia de mucho regocijo y alegría, pues mirándolo tomó la decisión de ser sacerdote.
“Me sentí muy querido por la comunidad, yo pensé que ya me había olvidado, pero veo que no es así, hasta me sorprendieron con un festejo al terminar la celebración. Sin duda, agradezco mucho a esta diócesis y a su gente por todo lo que han dejado en mi corazón”, concluyó.