Ana María Ibarra
Llenos de alegría y de esperanza por la llegada del Salvador, bienhechores y beneficiarios del Banco de Comida, ubicado en un cerrito al poniente de la ciudad, recibieron a don José Guadalupe Torres Campos, obispo diocesano, quien celebró la eucaristía con ellos y bendijo sus instalaciones el pasado 22 de diciembre.
Visiblemente contento, el obispo celebró la misa acompañado por el sacerdote jesuita Nathan O´Halloran, quien desde niño ha tenido contacto con la gente que acude a recibir asistencia en el Banco de Comida en Ciudad Juárez.
Amor fraterno
A la luz del acontecimiento de la Salvación, el obispo reflexionó la manera en la que ésta se actualiza por medio del Banco de Comida y a través del amor fraterno, la caridad y la solidaridad hacia los más necesitados, especialmente hacia los enfermos.
“Nos toca agradecerle a Dios los dones y su amor que nos da a través de circunstancias y personas. Estamos hoy aquí no sólo para dar gracias, sino también para consagrar nuestra vida, nuestra familia y con fe amar y servir al prójimo, al hermano que sufre y que está enfermo”, expresó el obispo.
Agradecido por la invitación, el obispo resaltó la generosidad de quienes ofrecen su apoyo a los más necesitados del sector a través del Banco de Comida.
“Es para mí un gozo estar aquí. El espacio es extraordinario, así como la generosidad de ustedes”, dijo el obispo.
Agradecidos con su pastor
Agradecidos por la presencia del obispo, la comunidad del Banco de Comida se mostró alegre y llena de esperanza.
“Su presencia nos llena de impulso para seguir adelante en lo que nos toca”, expresó un joven de la comunidad.
Al concluir la celebración, el obispo fue invitado a conocer las instalaciones, mismas que bendijo y puso en manos de Dios para que continúen siendo lugar de ayuda para la gente.
Después del recorrido, se ofreció una comida para todos los presentes, quienes llenos de entusiasmo saludaron a monseñor Torres y aprovecharon para tomar la foto con él, mostrando de esta manera su cariño y agradecimiento.
Servicio al necesitado
El Banco de Comida fue establecido por el sacerdote Richard Thomas en 1979, quien buscó de esta manera atender a los más necesitados de Ciudad Juárez, explicó Ramona Marrufo, coordinadora de la obra, quien aclaró que todos los servicios que se ofrecen son gratuitos.
“Los martes hay doctores y dentistas que atienden gratuitamente. Aquí les damos el medicamento, pero también hacemos oración por los enfermos y hemos visto muchos milagros. Muchas veces, antes de entrar con el médico ya la gente entra sintiéndose muy bien”, afirmó la entrevistada.
Los voluntarios del Banco de Comida visitan todos los viernes a 40 enfermos a quienes se les lleva una despensa y se hace oración por ellos.
“Personas de la comunidad de ‘Las Alas’ en El Paso, vienen para acompañarnos y hacer oración por los enfermos. Visitamos también la cárcel del Distrito Aldama, la ‘cárcel de Piedra’ y el Hospital Civil Psiquiátrico. Tenemos un kínder que está en proceso de cambio a Montessori y contamos con un programa de construcción de casas para las personas más necesitadas”, compartió Ramona.
Bienhechores del mundo
Ante la necesidad del sector donde habitan familias de bajos recursos, el Banco de Comida cuenta con una bodega donde se preparan más de 200 despensas, de las cuales son repartidas de la siguiente forma: 100 cada lunes, 95 los viernes, y 40 destinadas a los enfermos.
“Ofrecemos comida los viernes en el área del kínder y los martes a los enfermos que vienen a los consultorios”, explicó Ramona.
Ante la pregunta expresa de cómo se mantiene el Banco de Comida, Ramona dijo: “El padre Thomas decía que si somos fieles al Señor, Él proveerá. Nuestros bienhechores son de El Paso, Texas y de otras partes del mundo. Dios toca el corazón de las personas para que nos ayuden”.
“Nos sentimos muy bendecidos con la presencia del señor obispo y nos motiva a continuar la obra que el padre Thomas empezó. Estamos muy felices. Confiar en el Señor es nuestra esperanza. Invito a la gente a que ofrezcamos nuestro ser a nuestro Señor, Él multiplica nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestros gozos”, finalizó.