Ana María Ibarra
Del 2 al 6 de octubre sacerdotes de la diócesis vivieron sus ejercicios espirituales en Nuevo Casas Grandes, donde recibieron sabias reflexiones de monseñor Mauricio Urrea, obispo de la Diócesis de Parral. Con un doctorado en filosofía, monseñor Urrea habló al clero sobre la eximia humanidad del sacerdote, es decir como personas ilustres.
“Monseñor nos habló sobre cómo tenemos que ser esos hombres eximios en humanidad para ser también eximios en la espiritualidad”, compartió el padre Salvador Magallanes, presidente del consejo presbiteral.
Otro tema que monseñor Mauricio expuso fue sobre la importancia del acompañamiento a los matrimonios ya que, dijo el padre Salvador, la vida matrimonial es una base muy clara y fundamental para eliminar el individualismo.
«Enfatizó que la pareja matrimonial bien constituida puede ayudarnos a resolver o evitar muchos problemas sociales que se están suscitando, muchos de los cuales se dan por lo quebradizo de las relaciones matrimoniales”.
Asimismo, el sacerdote compartió que el guía de sus ejercicios espirituales anuales les compartió que el hombre tiene que manifestarse y participar en el ámbito social, y comprometerse para obtener la transformación y el cambio que tanto se añora.