Ana María Ibarra
Contentas y agradecidas quedaron las familias que se vieron beneficiadas con despensa, juguetes y ropa durante el evento ‘Adviento en salida’ realizado el pasado 23 de diciembre y organizado por el ministerio de caridad de la parroquia Dios Padre.
En solidaridad
‘Adviento en salida’ se realizó en una de las zonas del sector parroquial con más necesidad, específicamente en el área que corresponde a la capilla Santo Niño de Atocha.
Fue en una cancha localizada en el sector donde servidores de los distintos grupos parroquiales y pequeñas comunidades llegaron para ofrecer a las familias un momento de esparcimiento con juegos, música, chocolate caliente, tamales y donas, pero además de reflexión sobre el verdadero sentido de la Navidad: el nacimiento del Hijo de Dios.
“Nos da gusto estar con ustedes. Gracias a la comunidad de Dios Padre por visitar a esta comunidad que pertenece a la capilla Santo Niño”, expresó el padre Juan Carlos López, párroco.
El padre Istibal Valenzuela, vicario parroquial, reflexionó con las familias sobre la importancia de escuchar la Palabra de Dios e hizo la invitación para que durante el tiempo de Navidad pudieran escuchar esa Palabra en casa y en familia.
Con su amiga Camila, una marioneta, el sacerdote siguió reflexionado sobre el amor de Dios.
“Dios ha querido darnos su amor a través de su Hijo. Que nuestros hogares sean templo de Dios”, invitó.
Posada y regalos
Después de ese momento, se entonó el canto de posada con los niños presentes, siendo el mismo padre Istibal y su marioneta Camila quienes ayudaron a dirigir ese momento.
Al concluir, les fueron repartidas donas, chocolate y tamales, y mediante juegos, los niños recibieron juguetes.
Un momento emotivo fue una actuación que los jóvenes servidores presentaron, narrando la vida de Jesús desde su nacimiento hasta su Resurrección.
Al concluir la representación, se hicieron preguntas a los niños sobre lo que observaron y sintieron. Con su respuesta, lo pequeños recibieron bonitos regalos, entre ellos bicicletas que montaron alegres.
Algunos servidores entregaron a los niños dulces y bolsas con ropa, mientras que las madres de familia hicieron fila para recibir una despensa.
También fueron entregados zapatos y botas a quienes lo solicitaron.
Las familias se retiraron con las manos llenas y el corazón agradecido, mientras que los servidores, a pesar del cansancio de esa mañana, quedaron satisfechos por haber servido a quienes más lo necesitan.