Ana María Ibarra
Grupos con devoción mariana se reunieron en la parroquia Santo Tomás Apóstol para escuchar el testimonio de conversión y de amor a María Santísima del exactor y torero Manuel Capetillo.
Organizado por el movimiento Llama de Amor del Inmaculado Corazón de María, el pasado 3 de mayo se llevó a cabo el Noveno Encuentro Mariano 2025 con el objetivo de ir conociendo cada vez más a María Santísima y seguirse enamorando de ella.
Así lo compartió Adriana Mendoza, quien junto con Antonio Ramírez coordina este movimiento.
“Hicimos la invitación a todos los grupos marianos de la diócesis y a toda la comunidad para que participara de esta actividad que nos ayuda a que conozcamos más a nuestra Madre”, compartió Adriana.
Hasta el templo parroquial de Santo Tomás Apóstol se hicieron presentes aproximadamente 400 personas iniciando el encuentro con una misa presidida por el padre Manuel Bañuelos, coordinador del movimiento.
Además, asistieron los sacerdotes Jorge Pablo Lozano, párroco del templo sede; el padre Iván Flores, y el sacerdote franciscano, fray Mauricio Jesús Gómez.
Después de la celebración eucarística, los asistentes tuvieron un momento de oración y alabanza.
En esta ocasión, el encuentro contó con la presencia del exactor y torero Manuel Capetillo quien compartió su testimonio de conversión y de amor a la Virgen María.
“Ella fue la que me llevó a Jesús, ella hizo el camino y me dio la mano para que conociera a su Hijo. Ella, Reina de la Paz, nos dijo en el año 2019: queridos hijos les doy las gracias a Dios por cada uno de vosotros. Ella le da gracias a Dios por mí de manera en particular. Aquí no hay uno que no le esté dando las gracias a María por su hijo”, dijo el predicador.
El invitado presentó las promesas que la Santísima Virgen realiza a todos aquellos que rezan su santo Rosario, siendo él quien dirigió la oración.
Para concluir el encuentro, el padre Manuel Bañuelos expuso el Santísimo Sacramento para realizar la Hora Santa, pidiendo al Señor que acompañe e ilumine la experiencia de oración y de fe.
“Este es un momento de contemplar a Jesús y a nuestra Madre para pedirles que nos acompañen y nos den su orientación y su amor”, expresó el sacerdote.