Diana Adriano
En un ambiente lleno de alegría y agradecimiento a Dios, la Casa Sacerdotal San Juan XXIII celebró el pasado 15 de septiembre una fiesta mexicana y una misa de acción de gracias en honor a los sacerdotes inquilinos que en septiembre celebran su aniversario como hombres consagrados.
“Agradecimos el regalo del sacerdocio de seis hermanos sacerdotes que viven en esta comunidad. Cada uno de ellos ha dedicado su vida al servicio de la fe y la comunidad, y sus años de sacerdocio son un testimonio de su compromiso y devoción”, dijo la hermana Teresa Ramírez Rincón, una de las tres religiosas Oblatas de Santa Marta que apoya en la obra.
Los sacerdotes homenajeados en esta celebración son: Jesús Lozoya, Javier Gómez, Galo Sánchez, Roberto Ríos , Guillermo Sías y Jesús Ramírez, éste último por quien se ofrecieron oraciones especiales debido a su delicado estado de salud.
La comunidad se unió para conmemorar este importante evento en la vida de los clérigos, y participó en el vibrante festejo al estilo mexicano para celebrar el Grito de Independencia.
Momento de gratitud
La misa de acción de gracias, celebrada en el salón adaptado como capilla dentro del recinto, fue un momento de reflexión y gratitud hacia Dios por la vocación sacerdotal.
Durante la homilía, el padre Javier Gómez, destacó la importancia de la dedicación y la entrega de estos hombres de fe en su labor pastoral y su contribución a la comunidad religiosa y al bienestar de la sociedad.
“Hoy, al celebrar estos aniversarios, recordamos que el sacerdocio es un regalo que se vive día a día, con sus alegrías y desafíos”, expresó el sacerdote.
“Pero también es un llamado que transforma nuestras vidas y nos permite servir a los demás de una manera única. Sigamos adelante con gratitud en nuestros corazones y la firme determinación de seguir siendo instrumentos de la paz y la misericordia de Dios en el mundo”, añadió.
Fiesta mexicana
Tras la misa, los asistentes se congregaron en el patio y el comedor central, decorado con motivos patrios mexicanos, para dar inicio al festejo del Grito de Independencia.
La comunidad sacerdotal y los invitados compartieron momentos de camaradería y fraternidad en un ambiente festivo y lleno de alegría.
El evento continuó con una cena mexicana que incluyó platillos típicos como tacos, pozole, elotes, entre otros. La música y el folclore mexicano llenaron el ambiente, y los sacerdotes disfrutaron del mariachi mientras compartían anécdotas y vivencias en un espíritu de fraternidad.
El padre Guillermo Sías, director de la Casa Sacerdotal, expresó su gratitud a todos los sacerdotes inquilinos y a la comunidad que se unió a la celebración.