Diana Adriano
En un emotivo encuentro, alumnos del Proyecto San José que cursan diferentes etapas escolares participaron en una misa de acción de gracias con motivo del inicio del ciclo escolar celebrada el pasado 11 de septiembre.
La celebración tuvo lugar en el salón de actos dedicado al Beato Carlo Acutis, ubicado dentro de las instalaciones de la institución educativa.
El padre Ramiro Rochín, párroco de Santa Cecilia, comunidad a la cual pertenece el Proyecto San José celebró la Eucaristía, marcada por momentos de reflexión, alegría y esperanza.
En la misa participaron también padres de familia y docentes, unidos en un espíritu de gratitud por la oportunidad de un nuevo ciclo escolar que seguramente estará lleno de aprendizaje y crecimiento.
Buenos estudiantes
Durante su homilía, el sacerdote instó a los jóvenes a ser buenos estudiantes, recordándoles la importancia de la dedicación, el esfuerzo y la perseverancia en su camino educativo. Les animó a cultivar valores como la responsabilidad, el respeto y la solidaridad, que son fundamentales para su desarrollo integral.
«Hoy damos inicio a un nuevo ciclo escolar, un momento de aprendizaje y crecimiento en la vida de estos niños. Pero también es un momento significativo en su camino de fe, ya que se preparan para la primera comunión y, con ella, la primera confesión», dijo el padre Ramiro.
Hizo hincapié en la pureza y sinceridad que caracteriza las confesiones de los niños, resaltando que «las mejores confesiones que existen, son las de los niños».
El sacerdote explicó que la gracia de Dios trabaja de manera especial en los corazones de los más jóvenes, permitiéndoles identificar sus errores y pecados con una claridad sorprendente.
En ese contexto, compartió esta anécdota:
«En específico, me acuerdo de una niña que, al hacer su confesión, dijo que cuando los demás no hacían lo que ella quería, se enojaba. Si bien sabemos que muchos adultos también luchan con este pecado, ninguno lo ha expresado con esta claridad. Hay mucha gente manipuladora que está buscando que los demás hagan lo que ellos quieren, pero nadie tiene derecho de obligar a los demás a hacer algo que no queremos, porque Dios nos hizo libres», expuso.
El padre Ramiro instó a todos los presentes a reflexionar sobre la importancia de respetar la libertad de los demás y de dejar que Dios sea el guía en sus vidas. «No nos sueltes de tu mano, Señor», expresó con fervor.
El sacerdote concluyó diciendo que los estudiantes del Proyecto San José se embarcan en un nuevo ciclo escolar con la certeza de que, “con esfuerzo y dedicación, alcanzarán sus metas y contribuirán al crecimiento de la sociedad”.
Para saber…
El Proyecto San José fue fundado por Juan Carlos y Araceli Enríquez, quienes han trabajado incansablemente para impulsar el desarrollo educativo de los niños y adolescentes que viven en la zona norponiente de la ciudad.