Ana María Ibarra
Reflexionar sobre la esperanza en tiempos difíciles fue la temática de los ejercicios espirituales de Cuaresma que tuvieron los sacerdotes de la diócesis del 26 al 28 de marzo en las instalaciones de Casa Sacerdotal San Juan XXIII. Los ejercicios fueron impartidos por el padre José Marcos Alba Romo, misionero del Espíritu Santo, radicado actualmente en Jesús María, San Luis Potosí.
Esperanza necesaria
Como un aporte al Año Jubilar de la Esperanza, el sacerdote compartió con sacerdotes de la diócesis la importancia de la esperanza en tiempos difíciles que se está viviendo y que toca todos los aspectos de la vida: familia, cultura, educación, política, economía, ecología, e incluso la religión.
“Todo está en crisis y para eso necesitamos la esperanza como fuerza que nos ayude a no rendirnos, a salir adelante, luchando a pesar de todo”, dijo en entrevista el padre José Marcos.
En la reflexión, el sacerdote compartió con los asistentes algunos rasgos y características que se necesitan para ser hombres y mensajeros de esperanza en un mundo, quebrantado y necesitado.
“Estamos mencionando algunas pautas para reavivar nuestra esperanza, si es que está medio apagada, o hacerla crecer más”, mencionó.
Comunicar esperanza
Con la conciencia de que el mundo atraviesa por un momento complejo, el sacerdote señaló que esto lleva a la gente a no ponerse en camino, sino que se queda estacionada, con una tristeza resignada, por lo tanto, es importante que los sacerdotes vivan en la esperanza.
“La esperanza es una fuerza que ayuda en la vida a seguir avanzando. Si nosotros como sacerdotes logramos comunicar a las personas, a las comunidades, que tenemos a nuestro cargo ese ambiente de esperanza para luchar juntos y seguir avanzando, es una bendición no solo para la Iglesia, sino para el mundo”.
La Cuaresma es tiempo propicio para convertirnos a la esperanza y eso implica ser consciente de nuestros desencantos, para dejar que el Señor nos renueve esta virtud.
“Es la tercera vez que estoy con el presbiterio y todas las veces me he sentido acogido”, dijo el padre José Marcos.
A la comunidad diocesana, invitó: “Como diócesis, caminen en la esperanza, sean conscientes del momento que vivimos. Es importante estar atentos a la realidad y ver las cosas que no corresponden al sueño que Dios tiene de nosotros. Que el señor los renueve en esa conciencia y en darse cuenta de la semilla que tienen y esa esperanza puede dar frutos en la Iglesia”.