Luego de ser su administrador parroquial, el padre César Campa pasó a ser párroco de La Asunción de María en una misa que presidió el obispo de Ciudad Juárez.
Claudia Iveth Robles
En su tercer aniversario sacerdotal, el pasado miércoles 22 de marzo, el padre Cesar Campa tomo posesión como párroco de la parroquia La Asunción de María, en la que fungió dos años como administrador parroquial.
En una misa presidida por el obispo don José Guadalupe Torres Campos y concelebrada por decenas de sacerdotes que acompañaron con entusiasmo al padre Cesar Campa, se realizaron los signos de la entrega formal de la parroquia.
Inicialmente el padre Jorge González, secretario canciller, leyó el decreto en el cual se nombra al padre Cesar Campa como el nuevo párroco.
Luego vino la homilía del obispo don José Guadalupe Torres Campos, quien motivó al padre César a seguir adelante con entrega y con amor en la atención a los fieles de la comunidad.
“El sacerdote cree en el amor del Padre, en el amor infinito de Cristo, el Señor y cree en la fuerza santificadora del Espíritu Santo…un párroco es un pastor, a quien Dios le confia cuidar una comunidad, pastorearla a través de la enseñanza”, dijo el prelado.
Expresó que el párroco es maestro de la Palabra, porque la proclama, la enseña, la vive y enseña a la comunidad a encarnarse en ella.
Dijo que a ejemplo de Cristo, maestro, el párroco alimenta a su pueblo a través de la Palabra y los Sacramentos y la guía, en el camino hacie el Padre.
Signos de la toma de posesión
Al término de la homilia, el Nuevo párroco visitó los lugares santos del templo: la pila bautismal, el confesionario, el Sagrario, y finalmente besó el altar para luego tomar posesión de la sede.
Luego, dirigió un sentido mensaje a la comunidad:
“Dios tiene su tiempo y creo que este fue el tiempo propicio para que el señor obispo me confirmara como párroco. A veces Dios me hace esperar, pero cuando Dios me hace esperar. me recompensa infinitamente”, dijo.
El sacerdote agradeció al obispo don Guadalupe por la confianza que en él depositó, y recordó a don Renato, quien lo ordenó sacerdote y le asignó dirigir la parroquia, en el encargo que luego confirmó don Guadalupe.
Al final de la Eucaristía de toma de posesión, el obispo, sacerdotes y comunidad participaron en un ameno convivio.