- Estaremos encerradas en el cuerpo, pero somos libres en el espíritu, dice religiosa clarisa capuchina, una monja de claustro en Ciudad Juárez que nos aconseja cómo seguir confinados, hasta que la autoridad lo establezca.
Sor Abril Ramírez, CCCR
Muchas personas creen que la cuarentena por el Covid 19 no nos afecta. pues piensan: “las Hermanas Clarisas Capuchinas son de clausura, ya están acostumbradas al aislamiento”. Quizás tienen razón, pero quiero aclarar que entre este aislamiento social por la crisis sanitaria y el retiro del mundo como forma de vida, hay una diferencia muy grande llamada libertad.
Me explico: Nuestra Madre fundadora Santa Clara de Asís nos dice: “Como si nuestra clausura dependiera de los muros o de la puerta, esto no es así. La verdadera clausura está en nuestro corazón y de nosotras depende si dejamos entrar a los infieles o no”. Esto quiere decir que las monjas que vivimos en esterinconcito de nuestra diócesis llamado monasterio, optamos por ello y nos vamos adaptando. Al principio cuesta y más si lo ves como una privación. Pero descubriéndolo día a día, te das cuenta de que no es así.
Cuando yo iba a entrar, mi mamá me dijo que me volvería loca estando aquí encerrada todo el tiempo. Las primeras semanas sí le creí, hasta que entendí que esto lo hacemos por vocación y tomamos el aislamiento, clausura, retiro, encierro o como prefieran llamarlo, como un medio ascético que nos ayuda en nuestro comino a hacia una configuración con Cristo, sin descuidar los signos de los tiempos, para lo cual nos informamos.
Caminamos no paralelamente con el pueblo de Dios, sino entre los hermanos que sufren; y vamos, como dice la Venerable María Lorenza Longo: “Del grito del pobre al silencio de Dios”.
Como sostenedoras de los miembros vacilantes de la Iglesia, estamos llamadas no sólo a orar por sus necesidades sino a vivirlas “porque, si sufres con Él, con Él reinarás; si lloras Él, con Él gozarás… (2cta Cl 21).
Un tiempo de prueba
Sabemos que nuestro pueblo sufre y por ello hemos incrementado nuestras oraciones y compartimos lo que la gente generosa nos da. Vemos que este es un tiempo de prueba. Aunque nuestra clausura no ha cambiado, sí percibimos el dolor y sufrimiento de muchos que han perdido algún ser querido, su trabajo o que incluso empiezan a perder la esperanza en que esto mejorará.
Estamos acostumbradas, mejor dicho adaptadas a la clausura voluntaria, pero a lo que no estamos acostumbradas es a que nuestros templos y calles estén vacíos.
En la actualidad todos pasamos por esta crisis, por lo mismo, juntos, con la gracia del Buen Dios saldremos victoriosos. Así que por ello comparto estos consejos para vivir en el “encierro”, y espero que quienes los leen no sólo los lleven a cabo en estos días que faltan de la cuarentena, sino que sean parte del diario vivir (en especial del 26).
Diez consejos para la última etapa de la cuarentena por Covid 19:
- No más Likes a la cuarentena.
Ya habrás notado que el tema del Covid19 se ha hecho viral. Por mi parte, lo primero que aconsejo es que nos libraremos de esto, pues aunque hay que tener los pies en el suelo, no debemos convertir esto en el centro de nuestras vidas.
- Redescúbrete.
Nuestro Redentor Divino, al iniciar su Pasión se retiró de sus discípulos para hacer oración en el Huerto de los olivos. Al resucitar le dice a María Magdalena que aún no ha subido al Padre, es obvio que Nuestro Señor necesitaba un tiempo para Él, fue así como hasta después se manifiesta a sus discípulos. Entonces, vive este tiempo para rencontrarte y así que Dios manifieste su gloria en ti.
- Haz Silencio.
Creo que este es un momento favorable y una gran oportunidad de aprender a hacer silencio, desconéctate de todo (Redes sociales, televisión, hasta de tu refrigerador que hace ruido). Al principio te costará un poco, lo digo por experiencia, sin embargo la paciencia todo la alcanza. Empieza poco a poco y antes de que te des cuenta, hasta tus hijos serán amigos del silencio. Puedes hacer una hora de silencio por semana, e ir aumentando.
- Transforma aislamiento social a clausura voluntaria.
Esto sólo se logra en el amor. Nosotras optamos por esta forma de vida movidas por Dios ¿y tú?…Busca una motivación para este tiempo, no sólo el cuidado de tu salud y de los que te rodean, que es importante. Pero piensa, por ejemplo, en nuestros hermanos que sufren condenas injustas o los que son secuestrados y ofrece tu encierro por ellos.
- La oración
El aislamiento, como ya lo hemos mencionado, es un medio muy efectivo que si lo mezclamos con el silencio y logramos conectarnos con el Creador (que espera todos los días por ti) será una experiencia que no deberíamos dejar pasar. Con perseverancia, tu diálogo con Dios será cada día más pleno.
- Rosario creativo
La Dimensión Episcopal para laicos nos invita a rezar el Santo Rosario y a unirnos en esta devoción. Y si ya lo rezamos, nos llama a que invitemos a más personas que no la hacen, siendo creativos. Puedes formar grupos en las redes sociales, o representar los misterios con tus hijos para que ellos los vayan meditando y haciéndolos parte de su vida.
- Un tiempo de gracia.
Quizás en medio de este bombardeo de desesperanza y miedo podemos cambiar el enfoque. Puedes hacer una lista de los cosas buenas o positivas de esta pandemia, por ejemplo tu crecimiento en la paciencia y así otros aspectos que hayas descubierto o vayas descubriendo.
- Crece en tu fe
Hoy en día existen muchos medios para formarnos en nuestra fe. Nuestra Madre la Iglesia necesita soldados preparados. Pregunta, investiga sobre cursos y formaciones y ¡vámonos poniendo en marcha!
- Comparte.
Quizás este tiempo lo has aprovechado muy bien y hasta has aprendido cosas nuevas. Creo que es tiempo de compartirlas con los que te rodean ensenándoles y disfrutando tiempo juntos.
- Crea nuevas costumbres en familia.
Nosotras por ejemplo tenemos la costumbre de saludarnos por la mañana esto nació gracias a una de nuestras hermanas mayores que ya está gozando de Reino. Tal vez no sea nada extraordinario porque vivimos siempre juntas, pero a veces un simple saludo trasforma el día de las otras personas. También podrías iniciar una bonita devoción en familia. Recuerda que mayo es el mes de María y hay muchas devociones marianas.
Que sea nuestro nuevo Pentecostés
Para concluir te invito a leer los Hechos de los Apóstoles 2, 1-36. Es el pasaje de Pentecostés. Los discípulos tenían miedo, estaban en oración “encerrados a piedra y lodo”, no eran capaces de dar testimonio del resucitado, pero después de que les fue infundido el Espíritu Consolador, salieron llenos de gozo. Que este sea un Nuevo Pentecostés para nosotros y salgamos gozosos, transformados en el Señor, en alabanza de Cristo.