Diana Adriano
El pasado 22 de mayo, el Movimiento Encuentro Matrimonial Mundial celebró 45 años de presencia en la diócesis, con una misa de acción de gracias desde la capilla central del Seminario Conciliar de Ciudad Juárez.
Llenos de júbilo, las 90 familias y matrimonios activos al servicio de esta diócesis se congregaron para vivir esta celebración acompañados de los padres Alberto Meléndez, Julián Badillo, Antonio González, Jesús Salinas y Martín Magallanes, quienes acompañan al movimiento en la ciudad.
Movidos por el Espíritu
Después de la lectura del Evangelio, el padre Toño compartió con todos los matrimonios cómo el Espíritu Santo es el que los ha guiado durante todo este tiempo.
“¡Somos la Iglesia!, es una de las proclamaciones más fuertes del Encuentro Matrimonial. Somos gente que cree en Dios y se reúne para alabarlo y darle gracias…somos la Iglesia de Jesucristo que sigue procurando alimentarse de la Palabra de Dios y hace el esfuerzo para amar cada día”, expresó el presbítero.
Acto seguido, el padre Jesús Salinas compartió el sentimiento de alegría y entusiasmo por esta gran fiesta, por la que escribió un poema que recitó durante la celebración.
El joven presbítero Víctor Pineda, vicario de El Señor de la Misericordia, también estuvo presente en este festejo y compartió su testimonio de cómo su familia llegó al EMM desde el aniversario 22 del movimiento.
“En el nombre de todos los rostros que han pasado por el EMM, estamos aquí dando gracias a Dios, como verdadera Iglesia. Esperamos llegar a los 50 con alegría y fuerza”, dijo el padre Víctor.
El padre Martín Magallanes fue el último en tomar la palabra y con entusiasmo motivó a los presentes a seguir caminando por la edificación del Reino de Dios en la tierra.
“Gracias al EMM y a esas personas que iniciaron ese primer Fin de Semana aquí en la ciudad, y los que están aquí luchando por mejorar y cambiar el mundo”, concluyó el sacerdote.
Al finalizar la misa, los presentes pasaron al comedor del Seminario, en el que les esperaba un gran festín con motivo de su aniversario.
Tienen 39 años en EMM
Víctor y Tere Jurado tienen 45 años de casados y hace 39 que vivieron su Fin De Semana, en el cual se hicieron conscientes de que habían caído en una rutina de trabajo, prisas, falta de comunicación, reclamos, y actitudes defensivas, cada uno pensando que el otro estaba mal … su relación había quedado en último lugar.
“Esa experiencia significó un cambio total en nuestras vidas. Fue entrar a un mundo mucho mejor. Pudimos vivir nuestra relación de manera diferente. Pudimos empezar a comunicarnos, escucharnos y a conocernos realmente, a profundidad, tanto individualmente como de manera mutua”, expresó el matrimonio que desde entonces emplea las herramientas valiosas que enseña el EMM.
“Seguimos teniendo problemas, pero ahora los enfrentamos de manera diferente. Ahora podemos hablar de nosotros mismos, de nuestro interior, en lugar de solo buscar culpar al otro, haciéndonos responsables cada uno al 100% de nuestra relación”, dijo Tere.
A lo largo de los años, esta pareja experimenta cómo su amor se renueva y revitaliza,
“Vivimos más enamorados, pero con un amor mucho más maduro, más comprometido y generoso, con una conciencia más clara y sensible de la presencia de Dios en nuestra forma de amarnos”, señaló el matrimonio.
Tere y Víctor están profundamente agradecidos con el Señor y con el EMM, y con enormes deseos de compartir esta riqueza y este amor con todos.
“Ojalá se animen muchos matrimonios más a vivir y experimentar este nuevo estilo de vida”, concluyeron los entrevistados.
Para saber…
En marzo de 1977 el obispo Manuel Talamás Camandari autorizó que Encuentro Matrimonial Mundial se estableciera oficialmente como grupo apostólico independiente en la diócesis.
Quico y Lety Montes -presente en el festejo-, y el Padre Vicente Machado fue el primer equipo coordinador diocesano.
El 20, 21 y 22 de mayo de 1977 se dio por primera vez la experiencia del Fin de Semana de Encuentro Matrimonial Mundial en la ciudad. A la fecha se han compartido 169 Fines de Semana, transformando la vida de cientos de matrimonios y familias en 45 años de permanencia en la comunidad.