Pbro. Francisco Galo Sánchez, Párroco de NS del Carmen/ Siame
1.- Fiesta mexicana
Las posadas son celebraciones netamente mexicanas, es decir, se originaron en nuestro país. Ha sido una de las aportaciones religiosas que hemos realizado y de la cual nos debemos sentir orgullosos. La referencia más antigua se localiza en San Agustín de Acolman, Estado de México, a unos 40 kilómetros de la capital, rumbo a las Pirámides.
2.- Algo de historia
Los indígenas tenían unos festejos dedicados a Huitzilopochtli del 6 al 26 de diciembre, comenzando con ayunos y la coronación de su dios, entonces adornaban las casas y edificios con pequeñas banderas colocadas en los árboles y en el gran templo localizado en el centro de Tenochtitlan, izaban una gran bandera en su honor, por eso le llamaban: “el levantamiento de banderas”. Al llegar el solsticio de invierno se hacía una gran comida con una enorme fogata, aromatizando el ambiente. Para la noche del 24 se comenzaba el festejo hasta otro día, mientras en todas las casas se ofrecía una comida hecha con masa de maíz azul, mezclado con miel negra de maguey y se hacía un pequeño ídolo que representaba a su divinidad.
3.- Con los cristianos
Los frailes continuaron las fiestas con otros elementos: en lugar de banderas, pusieron estandartes con la Cruz, en vez de ídolos, pusieron a San José y la Virgen María como peregrinos, para ser llevados a las casas, Comenzaban el día 15 y el 24 celebraban una misa de media noche y una gran fiesta en honor a Jesucristo. También agregaron como elemento las velas encendidas, para mirar el camino.
4.- Tradición
Debido al desorden y paganismo, las posadas fueron prohibidas por la Iglesia en diferentes fechas (1788, 1796 y de 1808 a 1818), sin embargo, el cariño y la fe de la gente por celebrar a Nuestro Señor siguió haciéndose presente. Fueron los mismos fieles quienes mantuvieron la tradición.
5.- Su sentido
Así pues, las posadas son celebraciones religiosas cristianas para prepararnos al nacimiento de Jesús, por lo tanto, lo principal está en disponernos a recibirlo, y acrecentar nuestra amistad y seguimiento a Él. Jesucristo debe estar siempre en el centro de nuestra alegría…y de nuestras posadas.
6.- Lo importante
No olvidar el último día de las posadas acudir a Misa. El mejor festejo es la participación en la Eucaristía con Él, escuchar su Palabra que alimenta y recibirlo. Si no se puede acudir en la noche, otro día no debemos faltar.
No es nuestra fiesta, es la fiesta en su honor y debemos estar alegres.
7.- Guía para celebrar una posada
Para realizar posadas no hay ritos únicos, aunque nunca debería faltar lo cristiano. Caminar con las figuras de San José y María de casa en casa, es una valiosa ayuda. Esto como una manera muy sencilla de decir: “¡Prepárate, así como lo hicieron San José y la Virgen María!”.
Aquí presentamos una propuesta para realizar una posada en casa:
* Bienvenida. Es muy común que las Posadas se realicen en diferentes lugares cada noche, por lo que los anfitriones de la casa en turno deberán estar atentos a la llegada de los invitados, evitando distraerse con preparativos de última hora. Una buena recepción garantiza una mejor convivencia entre los participantes, pues se sentirán acogidos.
* Integración. Mientras se ameniza la recepción de los invitados con villancicos, la familia anfitriona puede repartir entre los asistentes hojas-guía con las letras de los mismos, lo que provocará que los asistentes comiencen a entonarlos y vayan perdiendo la timidez, creando así un ambiente de integración. Los villancicos son cantos que expresan la alegría de la comunidad cristiana, que espera y reconoce el nacimiento de Jesucristo.
* El rezo del Rosario. Orar con María durante los nueve días de las posadas es la mejor forma de prepararnos para la Navidad. Para rezar el Rosario adecuadamente, primero es necesario concientizar a los asistentes que esta práctica permite acompañar a los Peregrinos en su andar, pero también constituye una oportunidad para pedirle a María su intercesión por la unidad de la comunidad y de las familias presentes
* La Letanía. Al concluir el quinto misterio del Rosario se organiza una procesión con las imágenes de los Santos Peregrinos, mientras se canta la Letanía, que es una serie de invocaciones que se hacen a los santos y a la Virgen con la finalidad de alabarla en sus distintas advocaciones y pedirle que interceda por nosotros.
Con estas invocaciones, los participantes de la procesión –portando velas encendidas o luces de bengala que representan la luz de Cristo– acompañan a los Peregrinos en su caminar en busca de alojamiento.
Una sugerencia es que los Santos Peregrinos sean cargados por niños atendiendo a las palabras de Jesús: ‘Dejar que los niños se acerquen a mí’.
* Petición de Posada. Al llegar a la casa donde se habrá de pedir Posada, uno de los invitados puede hacer la lectura bíblica, ya sea la del día, con ayuda del misal mensual, o con textos sugeridos para las posadas (Ver propuestas de Maratón Lupe-Reyes Presencia 1357). Luego se hace una petición por alguna familia o sector específico de la comunidad.
Concluida esta reflexión, se da paso a la petición de Posada: dentro de la casa permanecen los anfitriones y fuera de ella los demás participantes. Cada uno de los grupos cantan sus correspondientes versos, al término de los cuales se abren las puertas de la casa para que ingresen los Peregrinos. La alegría y el júbilo debe ser notorios porque una familia ha abierto las puertas de su hogar a José y María”.
*La convivencia final. Dentro de la casa, el anfitrión reparte la comida (también puede ser de ‘traje’; es decir, que cada familia comparta algo) y el tradicional ponche. No se trata de bailes o derroche de comida y bebida, pues eso distorsionaría el sentido. Entre más sencillo y austero, es mejor.
Este debe ser el momento adecuado para la convivencia familiar y el espacio propicio para acabar con las diferencias, envidias o rencores entre la comunidad con la finalidad de llegar con el corazón limpio al encuentro de Nuestro Señor Jesucristo en Navidad
También como signo de gozo se pueden repartir dulces y romper una piñata, pero que esto no opaque lo principal, que es prepararnos para recibir a Jesús.
Lo más formativo sería dejar la piñata para el día final, como signo de gozo previo al nacimiento de Jesús.
* Los peregrinos. Mientras tanto, la imagen de María y José permanecen durante esa noche en la casa que sirvió de Posada, desde donde saldrán al día siguiente para llegar a su próxima morada.