El 26 de septiembre es el Día Mundial de la Prevención del embarazo no planificado en adolescentes…Aquí un vistazo a lo que ocurre en este tema…
Ana María Ibarra
“Linda”, cuyo nombre real se mantiene en reserva, es una adolescente de 17 años con ocho meses de embarazo. Éste sería su segundo hijo, pero lamentablemente perdió a su primer bebé a los tres meses de gestación.
Entrevistada en las instalaciones de Vifac, “Linda” compartió tímidamente su historia y aunque, dijo, no tener otras aspiraciones más que ser ama de casa, reconoció que no recomendaría a otras menores un embarazo a corta edad.
Testimonio
“Linda” es una joven migrante de Michoacán. Llegó junto con sus papás y sus hermanos a esta frontera el pasado 02 de agosto ya que su pareja fue reclutado por el crimen organizado.
“A los 15 años me fugué de la casa de mis papás y me fui con mi novio. Al poco tiempo fuimos a pedir perdón. Mi mamá me dijo que no me embarazara y me cuidé un año, pero resulté embarazada, aunque no me di cuenta porque mi período no era regular. Duré tres meses sin la regla y un día comencé a sangrar. Tuve un aborto”, compartió.
Después del aborto, a los seis meses, se embarazó nuevamente. “Linda” señaló que en ocasiones se le hace difícil su embarazo aunque no ha tenido ningún síntoma propio de su estado.
Compartió que en el momento en que se fue a vivir con su novio trabajaba en una empaquetadora, sólo había terminado su educación primaria, pero no está en sus planes volver a estudiar.
Sin embargo reconoció que a su edad no es conveniente ser mamá por lo que quisiera esperar un tiempo para volver a tener un hijo.
“En este momento no le recomiendo a las muchachas embarazarse. A la vez me arrepiento, pero ya ni modo. Tengo una hermana de doce años y le diría que no se case tan chiquilla”, dijo.
Embarazos y enfermedades tempranas
Como “Linda” existen un gran número de adolescentes con embarazos tempranos, fenómeno que va a la alza, según compartió Blanca Amezaga, directora de Vifac, quien, aunque no cuenta con datos recientes, dijo que desde el año 2019 el número de embarazos en adolescentes ha aumentado.
“En Vifac, hace cuatro años atrás eran muy pocos los casos de adolescentes embarazadas que nos llegaba entre los 16 y 18 años, eran una o dos. Ahorita, más del 80% de la capacidad de la casa son menores de edad. Incluso llegué a tener puras menores de edad”, compartió Blanca.
Para comprender este fenómeno, Blanca hizo un análisis sobre las conductas de los adolescentes referente a la sexualidad, tomando en cuenta lo que han logrado detectar en las escuelas donde imparten los talleres del proyecto “Formando Corazones”.
“Los adolescentes tienen una apertura, y no sana, a la sexualidad. Piensan, en el nombre de la libertad, que son experiencias que van ganando al tener relaciones sexuales. Con este fenómeno de la alta en embarazos en adolescentes, están aumentando las prácticas sexuales no naturales”, señaló.
Sobre lo anterior, Blanca dijo tener referencia de algunas enfermedades que se están presentando en los adolescentes que anteriormente solo se diagnosticaba en adultos como son el cáncer de garganta y problemas con el recto.
“Por el miedo de quedar embarazadas están haciendo estas prácticas. Para ellos es natural y normal tener relaciones sexuales a temprana edad. Esto sucede por falta de límites y porque los papás no saben cómo hablar con los hijos de sexualidad”, refirió.
Alarman abortos
Ante las relaciones prematuras, los embarazos no planeados son algo alarmante, sin embargo, explicó, el querer interrumpir estos embarazos es aún más alarmante.
“Sabemos que se introducen una y mil cosas vía vaginal para interrumpir el embarazo, tanto pastillas como ganchos, medicamentos o tés, o las pastillas que ya todos conocemos. Las que llegan a tener un poco más de temor llegan con el embarazo a su casa. En la mayoría de los casos los papás aceptan el embarazo, pero en otros casos no y las corren de la casa”.
Muchos papás, agregó Blanca, por la vergüenza sacan a sus hijas de la escuela y la adolescente termina sola, en su casa, llevando su embarazo.
“En Vifac nos llegan jovencitas con cinco o seis meses de embarazo y sin ninguna atención médica, con un nivel de desnutrición grave por no tener los cuidados adecuados”.
Para Blanca, los factores que influyen en los embarazos a temprana edad es el exceso de información negativa y la falta de información positiva sobre la sexualidad, incluyendo la falta de comunicación de los padres de familia con sus hijos.
“La comunicación es primordial. Nosotros como padres debemos platicar con nuestros hijos y ellos a su vez deben enterarse de todo lo referente a la sexualidad y los embarazos, pero por nosotros y no por boca de sus iguales. En este momento hay niños de siete u ocho años viendo pornografía en casa y los papás no se dan cuenta”, lamentó.
Hacerse presente en la adolescencia
Desde una perspectiva cristiana, Vifac lleva programas de prevención a las escuelas.
“Es un programa integral, con formación en virtudes y valores humanos. También lo llevamos con las muchachas que están en nuestra casa. Lo valores los conocemos todos, pero no los llevamos a cabo en nuestra vida”.
Por otra parte, en la casa de atención a mujeres embarazadas, se les da el mensaje del amor de Dios.
“Independientemente de la religión o condición social de ellas, tenemos que converger en un punto que es Dios. Con este Dios que nos ama podemos fortalecernos y salir adelante a través del incremento de la fe, de la persona en un crecimiento personal”.
Y agregó: “El principal objetivo de Formando Corazones es fortalecer la inteligencia y la voluntad de los niños, las niñas y adolescentes para que sean mejores personas y puedan aprender el difícil arte de amar, que es entregar la vida por el otro”.
Los retos que Vifac enfrenta para lograr llevar a cabo su misión de prevención de embarazos adolescentes, además de lo económico, dijo Blanca, es la falta de continuidad que dan las familias a sus hijos ante el trabajo y labor de Vifac.
“El principal problema es que las adolescentes no traen una formación, la diferencia cultural y también el proceso de integración. Tenemos que romper con esos paradigmas para que logren integrarse. Esto en el caso de la casa Vifac”.
Afectaciones por la pandemia
En cuanto a las escuelas, Blanca señaló que una dificultad es que en este tiempo de pandemia no han podido hacerse presente.
“Hemos trabajado por medio de zoom, por medio de videos pregrabados, pero no es lo mismo”.
Como comunidad y sociedad, señaló Blanca, se debe fortalecer la familia y concretar la comunicación para que los mismos padres se encarguen de la formación de los hijos.
“Los padres se enfocan a los niños pequeños y cuando están en la secundaria los empiezan a dejar solos y es a esa edad cuando empieza la curiosidad de la sexualidad. Muchos de los vicios comienzan a esta edad”, sentenció.
Y finalizó diciendo: “Es necesario educarnos como padres para poder ayudar a nuestros hijos. Cada etapa del niño es importante, pero en la adolescencia hay que estar más presentes”.