Diana Adriano
Como se sabe, muchas son las medidas que implementa el Gobierno en la actualidad para bajar la tasa de embarazos adolescentes, sin embargo, en estas medidas sólo consideran “cómo tener una sexualidad activa segura”, como la promoción del uso de métodos anticonceptivos, sin considerar una óptica de la moral cristiana.
Fátima Anaya, educadora y miembro del equipo de Método de Ovulación Billings explicó que la Iglesia Católica no se opone a las clases sobre sexualidad en las escuelas, sin embargo, resaltó que la enseñaza no sólo se debe enfocar en lo sexo-genital, sino debe ser integral. Aquí su reflexión.
Lo secular: sexualidad sexo-genital
Fátima explicó que según datos oficiales, en México el 23% de las y los adolescentes inician su vida sexual entre los 12 y los 19 años.
“Las autoridades de salud apuestan a la prevención de embarazos en adolescentes a través de campañas anticonceptivas, que se caracterizan por publicidad en medios de comunicación y entrega gratuita de condones y anticonceptivos”, dijo.
“Se parte de una concepción de la sexualidad sexo-genital y no integral. La cultura actual propicia que nuestros menores sean bombardeados con contenidos sexuales no apropiados a su edad, lo que fomenta una hipersexualización de nuestros niños y adolescentes, y como consecuencia inicien sus relaciones sexuales a temprana edad.”
Expuso que si se aborda la sexualidad únicamente desde la dimensión sexo-genital, sólo se presenta como un “peligro” quedar embarazada o contraer una enfermedad de transmisión sexual, y para el caso del embarazo, lamentablemente se ha impulsado en los últimos años el aborto como la solución a esta situación.
“Los números de embarazos en adolescentes van en aumento, lo que nos hace concluir que las estrategias gubernamentales actuales que fomentan la anticoncepción y la ‘píldora del día después’ no consiguen alcanzar sus objetivos”, señaló Fátima.
Citó un estudio dirigido por Dr. John Jemmott de la Universidad de Pensilvania, que encontró que los programas de educación que fomentan la abstinencia obtienen resultados notoriamente superiores en el retraso de la actividad sexual de los adolescentes, en contraste con aquellos que se basan en fomentar el uso de anticonceptivos.
Iglesia: sexualidad integral
Por otra parte, expuso que la Iglesia Cátolica, como madre y maestra, se preocupa por los embarazos en adolescentes, dadas las circunstancias y riesgos que conlleva en todos los aspectos. Pero a diferencia de la propuesta secular, la Iglesia lleva a las causas y raíces profundas, como la educación integral de la sexualidad y la castidad.
“La Iglesia busca no sólo informar, sino formar a las familias, fomentando que vivan su sexualidad a plenitud en el momento y las circunstancias de vida adecuadas”, dijo.
Del mismo modo, recordó que el documento “Sexualidad humana: verdad y significado (Orientaciones educativas en familia)” del Pontificio Consejo para la Familia menciona, en referencia a la educación sexual que “la escuela, que por su parte se ha mostrado disponible para desarrollar programas de educación sexual, lo ha hecho frecuentemente sustituyendo a la familia y en general con fórmulas puramente informativas. A veces se llega a una verdadera deformación de las conciencias. Los mismos padres, a causa de las dificultades y por la propia falta de preparación, han renunciado en muchos casos a su tarea en este campo o han querido delegarla a otros.”
En dicho documento se proponen algunas líneas-guía de carácter pastoral para las familias.
Castidad
En referencia a la castidad menciona que “La educación de los hijos a la castidad mira a tres objetivos: a) conservar en la familia un clima positivo de amor, de virtud y de respeto a los dones de Dios, particularmente al don de la vida;9 b) ayudar gradualmente a los hijos a comprender el valor de la sexualidad y de la castidad y sostener su desarrollo con el consejo, el ejemplo y la oración; c) ayudarles a comprender y a descubrir la propia vocación al matrimonio o a la virginidad dedicada al Reino de los cielos en armonía y en el respeto de sus aptitudes, inclinaciones y dones del Espíritu”
“El texto mencionado enfatiza que los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, y en este campo tienen una competencia fundamental, además de que nunca deben sentirse solos en esta tarea. La Iglesia los sostiene y los estimula en el cumplimiento de su misión”, añadió la entrevistada.
En frase…
La Iglesia, en relación con el embarazo adolescente, exhorta a los padres para que, convencidos del apoyo de Dios, tengan confianza en sus derechos y en sus deberes en orden a la educación de sus hijos, y la lleven a cabo con sabiduría y responsabilidad.