Adoración Nocturna se reunió para vivir un momento de encuentro con el Señor a través de la Santa Misa…
Diana Adriano
En una emotiva muestra de fe y devoción, como ya es tradición, la Adoración Nocturna se congregó el pasado 17 de junio en el cerro Cristo del Curiel, ubicado a un costado del Camino Real, para vivir un momento de encuentro con el Señor a través de la Santa Misa.
La reunión, que comenzó por la tarde, atrajo a un grupo de adoradores provenientes de diferentes partes de la diócesis. Se vieron estandartes de Santo Tomás, San José de Lomas, Nuestra Señora del Carmen, El Señor de los Afligidos, Mártires Mexicanos, Doce Apóstoles, Santa Cecilia y San Francisco de Asís.
Los adoradores nocturnos son una comunidad creciente que busca fortalecer su conexión espiritual con Dios a través de la oración y la adoración en las horas de la noche.
La imponente figura del Cristo del Curiel, que se alza en lo alto de una colina, se convirtió en el punto de referencia para los adoradores nocturnos. Su presencia serena brindó un escenario propicio para la reflexión y la comunión con lo divino.
Dieron gracias
La celebración de la Santa Misa fue el punto central de la reunión. El padre Jaime Melchor, asesor de la Adoración Nocturna en la diócesis, ofició la Eucaristía y compartió palabras de aliento y guía espiritual con los asistentes.
El ambiente se llenó de fervor y recogimiento mientras los adoradores participaban en la liturgia, elevando sus voces en oración. El padre Jaimito, como es conocido, expresó: “Jesucristo, gracias por estar presente entre nosotros. Apreciamos tus mandamientos y te pedimos que nos fortalezcas”.
“Acógenos a todos y permite que vuelvan aquellos que viven separados de ti. Llámalos al puerto de la verdad, para que comprendan que sólo amándote plenamente pueden encontrar la verdadera felicidad”, agregó el presbítero.
El padre Melchor, en un gesto de profunda fe, prosiguió diciendo: “Señor, creemos firmemente que estás aquí presente en medio de nosotros. Humildemente nos postramos a tus pies, reconociendo tu divinidad y amor incondicional. Tú eres nuestra guía y fortaleza”.
El padre Jaime concluyó su mensaje con gratitud a Dios por todos los presentes y por el servicio de los Adoradores Nocturnos, no sin antes hacer un llamado a la perseverancia y fortaleza en la fe.
Acógenos a todos y permite que vuelvan aquellos que viven separados de ti. Llámalos al puerto de la verdad, para que comprendan que sólo amándote plenamente pueden encontrar la verdadera felicidad.
Pbro. Jaime Melchor/ Asesor diocesano de la Adoración Nocturna