Esta es la segunda parte de la entrevista con la hermana Nereida Vargas Almeida, Superiora General de las Misioneras de María Dolorosa, con motivo del 75 aniversario de esta congregación cien por ciento juarense.
Ana María Ibarra
En una búsqueda por atender mejor las necesidaddes que vislumbró su fundador, monseñor Baudelio Pelayo, hace 75 años, hoy las consagradas siguen trabajando arduamente, pero en la búsqueda de nuevsas estructuras y esquemas que les permitan enfrentar adecuadamente los cambios que ha sufrido la sociedad.
Así lo explica en entrevista la superiora general, hermana Nereida Vargas, MMD.
-¿Cuáles serían los momentos clave de esta congregación a lo largo de su historia?
El primer momento clave es cuando el Espíritu Santo actuó en la persona de nuestro padre fundador, monseñor baudelio Pelayo, al darle ese carisma especial y que él quiso compartirlo con un grupo de mujeres. Otro momento clave es cuando nuestro padre invitó a una religiosa de otra congregación para dar el empuje religioso a nuestra congregación, porque él no era religioso y no sabía lo que era la vida religiosa. La hermana aceptó y salió de aquella congregación y estuvo con nosotras un tiempo, es aquí donde viene otro momento clave que es la ruptura entre la hermana y nuestro padre y llega la interrogante de qué será de la congregación que recién iniciaba y de esta forma, después de esa ruptura, monseñor Pelayo tomó la iniciativa de la formación. El espíritu misionero que nos inculcó y que tenemos es nuestro carisma que va dando cambios conforme pasan los años. El carisma es el mismo, pero las maneras y formas están en constante cambio.
En este cambio, un punto clave ha sido la formación. En un principio la formación se daba aquí en Juárez por sacerdotes de la diócesis, pero fue cambiada a Guadalajara para una mejora, ya que es una formación Inter congregacional. Todas las postulantes, todas las novicias, todas las junioras de todas las congregaciones acuden a ese instituto donde se imparte la base de la formación y después cada congregación toma su carisma.
-¿Cómo se encuentran en cuanto a vocaciones?
Ahorita somos 47 religiosas y ni la mitad estamos activas. Estamos prácticamente en la Ciudad del Niño y en el Asilo de Ancianos, en la Tarahumara, en el Terrero, en Tabasco y en Guadalajara. Tenemos once hermanas en la casa de retiro, entre ellas está la hermana Gracia Torres que tiene 96 años y es una de las fundadoras, estará cumpliendo junto con la congregación, 75 años de vida consagrada. Ella fue también la primera religiosa que salió de misión y fue a la zona serrana del Estado.
En cuanto las vocaciones, hay promoción, las hermanas van a las parroquias y promueven y ahora con los medios de comunicación, con las redes es más factible. Claro que es difícil, porque es primero acompañar humanamente a la joven , ya que no crecen en familias como antes y no tienen bases cristianas.
Contamos con una postulante, una novicia y una juniora. Hay muchas jóvenes que están inquietas vocacionalmente, pero no dan una respuesta. El panorama lo vemos oscuro, pero sabemos que esto es de Dios y tenemos mucha esperanza. Es un reto porque sabemos que no es lo mismo con estas nuevas chicas ni será lo mismo en nuestros conceptos comunitarios ni religiosos ni académicos. La persona ha cambiado y ese es un reto.
Tenemos muchos laicos ayudando. Las hermanas ya no pueden hacer lo que hacían antes, por eso se abrió esta rama de laicos asociados que su misión es compartir nuestro carisma donde estén y donde se desenvuelven. Algunos son colaboradores en las instituciones.
-¿Qué quieren decirle a la comunidad, como congregación, en este especial aniversario?
Primeramente, nuestro agradecimiento profundo a toda la comunidad porque sabemos que sin ellos nuestras obras y nuestra misión no podrían ser. Decirles que oren por nosotras y por la vida consagrada en general. Estamos en una transición, de otra manera de concebirnos, no de grandes instituciones sino de pequeñas comunidades que comparten la vida, lo fraterno y en comunión con todo el pueblo, con toda la comunidad. Queremos compartirles y decirles que sabemos que la congregación es conocida y muy querida por las instituciones. Les agradecemos porque son quienes nos sostienen, el pueblo ayuda bastante y reconozco que nuestro trabajo es de calidad y es cómo respondernos mutuamente.
Quiero compartirles que estamos en una revisión profunda de estas instituciones tan queridas por el pueblo, de reestructuración de una búsqueda de cómo servir de otra manera y en las cuales necesitamos también de su ayuda porque nosotras ya no podemos. Sabemos que no lo hemos hecho solas, siempre ha estado la ayuda, pero ahorita no es solamente ayuda material sino de personal en un voluntariado.
El asilo tiene una capacidad para más de 100 ancianos, pero por la pandemia y la falta de personal, mientras estemos en revisión, solo podemos atender a 40 huéspedes. Igualmente, atendemos de 35 a 40 niños en la Ciudad del Niño, ya no podemos más, pero su capacidad es para 150 pequeños.
Es necesario que la comunidad sepa que nosotras no somos las responsables ni de los niños ni de los ancianos. Hay que hacer conciencia de la importancia de las familias. Es necesario que los niños, las niñas y adolescentes crezcan dentro de sus familias, y que las familias se hagan responsables de las personas adultas. Nuestra labor es solo un servicio que hacemos con amor ante las necesidades que nuestro fundador observó y que nosotras seguimos viendo, pero toda la comunidad somos responsables.
Para saber…
Fue el 15 de septiembre de 1974 cuando la congregación Hermanas Misioneras de María Dolorosa fue fundada en Ciudad Juárez.
Su principal carisma es apoyar a las personas de bajos recursos.
La congregación actualmente cuenta con 47 religiosas.
Las hermanas se encuentran divididas en 10 comunidades que trabajan en Ciudad Juárez, Namiquipa, Guadalajara, Tabasco, la Sierra Tarahumara y Perú.
Estas son algunas de sus obras
*Asilo de Ancianos, Senecú, atiende a 45 adultos mayores, (Atienden 10 religiosas y equipo de enfermeros.
*Ciudad del Niño tiene capacidad para 140 niños, pero hoy atiende solamente a 34 niños y niñas. Cuenta con 14 casitas, pero solo están ocupadas cuatro de ellas. (Atienden 6 religiosas y un grupo de voluntarias).
*La Escuela primaria en la Ciudad del Niño cuenta con 6 maestros y un director.