El obispo Sigifredo Noriega Barceló, a un mes de cumplir 69 años, compartió con sus fieles y colaboradores en la Diócesis de Zacatecas que le fue confirmado su contagio de COVID-19.
«Después de saludarles quiero compartir con ustedes que el jueves (3 de septiembre) me dieron la noticia de que he pasado a ser parte de los enfermos COVID».
De este modo, el obispo se identificó con los más de 5 mil 500 zacatecanos con resultados positivos del contagio: «De pronto miré a todos lados y me pregunté: Por qué yo, por qué ahora».
Más tarde, el obispo escribió una reflexión íntima sobre su condición de vulnerabilidad como la de todos los seres humanos ante la pandemia y la tituló: «Compartiendo la esperanza en las salas de espera del COVID-19«.
«Escucucho por teléfono la voz del mensajo… Al grano, has dado positivo. Detengo la respiración para probarme que respiro normalmente. Guardo un silencio vacío, distraído, sin profundidad, sin tiempo…»
Noriega Barceló, quien ha cumplido ocho años como obispo de Zacatecas, ha mostrado solidaridad con el personal médico en la atención de la ciudadanía con COVID-19 y ha fomentado acciones de asistencia humanitaria. También no dejó de acercarse de manera virtual con las comunidades católicas y sociales del Estado.
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«No hallo por dónde empezar. Intento otra vez… parece que los sentimientos, emociones y pensamientos intentan bloquear las calles y avenidas del razonamiento… Empiezo hurgando en la memoria de los últimos días tratando de buscar responder a las preguntas iniciales: dónde, quién, cómo, cuándo, cuánto tiempo».
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El obispo compartió los primeros momentos de incertidumbre y cómo el miedo se colaba entre sus pensamientos: «Me desierto en la madrugada con la mente en blanco, los ojos secos y un futuro incierto, quizá tenebroso».
Noriega, sin embargo, comparte parte de la ruta hacia la fe y la esperanza: «Pido luz al que es Luz… contemplo al Señor y Maestro orante, sudando, negociante, muy humano, demasiado humano […] Me siento confortado, consolado, dispuesto a aceptar lo que el Huerto de mis olivos podía llegar a ser: padecer al estilo y de la mano de Jesús, compadecerme al estilo de Jesús y abrir los brazos para abrazar a todos los dolientes, compañeros de camino […] acepté no ser la víctima 5552 en Zacatecas».
A continuación, el texto íntegro de la reflexión pastoral del obispo Sigifredo Noriega: