Ana María Ibarra
Convencidos de la inocencia del sacerdote Aristeo Baca y sin perder la esperanza, fieles católicos de Ciudad Juárez y El Paso, Texas se reunieron pacíficamente el pasado sábado 6 de marzo para mostrar su apoyo al clérigo, después de que fue declarado culpable por los delitos de violación y abuso sexual agravado, en lo que ellos consideraron un juicio injusto.
Un grupo de aproximadamente 200 personas entre jóvenes, matrimonios y adultos mayores se dieron cita en la Mega Bandera alrededor de la 1:30 de la tarde, vestidos en su mayoría de blanco, portando pancartas con leyendas de apoyo.
“Nosotros creemos en la inocencia del padre Aristeo. Que se dé cuenta todo Ciudad Juárez que estamos con él”, dijo una de los fieles.
Por un lapso de media hora, los fieles, que procedían de distintas comunidades parroquiales y grupos laicales como Legión de María y Voluntarias Vicentinas, entre otros, gritaron consignas de apoyo.
“Yo sí te creo, Aristeo”, “Te queremos, Aristeo, te queremos”, “El padre Aristeo es inocente”, fueron gritos que salieron de los corazones abatidos por la condena del sacerdote, y provocaron tanto muestras de apoyo de parte de los automovilistas que leían sus pancartas, como insultos.
Pasadas las 2 de la tarde, Maclovio Murillo, abogado del sacerdote, arribó al lugar para dirigir unas palabras al contingente, inicialmente con un agradecimiento de parte del sacerdote ya sentenciado.
“El padre Aristeo sabe que están aquí y agradece su apoyo incondicional”, dijo.
Y continuó: “Que no quede duda que los fieles somos la Iglesia, no esperemos que nuestras autoridades eclesiales alcen la voz, por prudencia no pueden, pero eso no impide que nosotros salgamos y defendamos a nuestros sacerdotes. No tengamos miedo, convoquemos a toda la Iglesia”, dijo.
Los laicos congregados en torno a la defensa del sacerdote, expresaron su sentir: “que el juicio fue manipulado”.
“Con este fallo nos damos cuenta que cualquiera puede ser víctima de una calumnia como el padre Aristeo Baca, esto ha sido un juicio injusto que se tradujo en un linchamiento público oficializado. Y la sociedad lo ha creído”, abundó el abogado.
Invitó luego a la comunidad a seguir luchando y apoyando para que la justicia prevalezca.
Oración y acción
Luego se escucharon algunas alabanzas a través del aparato de sonido, y enseguida, la tanatóloga Manuela Murillo dirigió el rezo del Santo Rosario, invitando a los asistentes a pedir en cada misterio por los involucrados en el caso.
“La oración es la raíz del cristiano, la fe se tiene que reflejar en nuestros actos, no debemos quedarnos callados, estamos obligados a alzar la voz y la acción es el fruto de la oración. Oremos como si todo se tratara de Dios y actuemos como si todo se tratara de nosotros”, dijo Nelly.
En cada uno de los misterios, los orantes pidieron a Dios por la niña y su familia, por el padre Aristeo Baca, por todos los sacerdotes, por las autoridades y por toda la comunidad.
Los fieles oraron de rodillas o postrados, rostro en tierra o de pie y conmovidos hasta las lágrimas concluyeron este momento también fortalecidos por su fe y con la esperanza de que sus plegarias tengan respuesta de Dios y la demanda de un juicio justo sea escuchada.