Presentamos la reflexión y acción de la Palabra de Dios para el V Domingo de la Cuaresma 2021 (próximo 21 de marzo), con ayuda de integrantes del Instituto Bíblico San Jerónimo que nos guían en la lectio divina…
Jorge Sánchez/ Instituto Bíblico San Jerónimo
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 12, 20-33
Entre los que habían llegado a Jerusalén para dar culto a Dios con ocasión de la fiesta, había algunos griegos. Estos se acercaron a Felipe, que era natural de Betsaida de Galilea, y le dijeron: –Señor, queremos ver a Jesús. Felipe se lo dijo a Andrés, y los dos juntos se lo hicieron saber a Jesús. Jesús contestó: –Ha llegado la hora en que Dios va a glorificar al Hijo del hombre. Yo les aseguro que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante. Quien aprecie su vida terrena, la perderá; en cambio, quien sepa desprenderse de ella, la conservará para la vida eterna. Si alguien quiere servirme, que me siga; correrá la misma suerte que yo. Todo aquel que me sirva será honrado por mi Padre.
Me encuentro profundamente angustiado; pero ¿qué es lo que puedo decir? ¿Padre, líbrame de esta hora? De ningún modo; porque he venido precisamente para aceptar esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces se oyó esta voz venida del cielo: –Yo lo he glorificado y volveré a glorificarlo. De los que estaban presentes, unos creyeron que había sido un trueno; otros decían: –Le ha hablado un ángel. Jesús explicó: –Esta voz se ha dejado oír no por mí, sino por ustedes. Es ahora cuando el mundo va a ser juzgado; es ahora cuando el que tiraniza a este mundo va a ser arrojado fuera. Y yo una vez que haya sido elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Con esta afirmación, Jesús quiso dar a entender la forma en que iba a morir.
(Texto tomado de la Biblia de América)
Breve Estudio Bíblico.
Para el quinto domingo de Cuaresma, la primera lectura (Jeremías 31, 31-34) es quizás una de las partes más importante del libro del Profeta Jeremías, aquí se anuncia que habrá un nuevo pacto; este no se basa en reglas externas sino en una relación personal entre Dios y su pueblo. Además, este pacto no quedará grabado en piedra sino en el corazón del hombre. También, en boca del profeta, Dios ofrece un gran consuelo a su pueblo, pues ofrece en esta nueva alianza el perdón y olvido de los pecados. En la segunda lectura (Hebreos 5, 7-9) se nos habla del aprendizaje a través del sufrimiento, que llevó al Señor a la perfección y así “se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen”.
En el Evangelio San Juan nos narra cómo Jesús les dice a Felipe y Andrés que su hora ha llegado; hora en la cual será glorificado y esto será a través de su muerte y resurrección; será obediente, obediente hasta el máximo sufrimiento. En este pasaje de la Escritura Dios deja oír su voz y asegura que su Hijo será glorificado. Jesús hace suya la parábola de la semilla de mostaza refiriéndose a su muerte y la consecuencia de su resurrección: atraerá a muchos hacia Él. No podemos olvidar que este aviso que da sobre su hora (Kairós), fue con motivo de la pregunta de unos griegos que querían verle, y el Señor aprovecha también para incluirlos en su Buena Nueva al decir que quien quiera servirle, que le siga y será honrado por el Padre.
Meditar la Palabra
Después de haber leído el texto del evangelio hagámonos las siguientes preguntas:
¿Quiénes quieren ver a Jesús?
¿Cuál fue la respuesta de Jesús?
¿Qué parábola utiliza Jesús para anunciar que su hora a llegado?
¿De qué manera Jesús nos ofrece vida eterna?
¿Cuál es la consecuencia de servir a Jesús?
La voz de Dios se hizo escuchar ¿qué les dijo a los que estaban ahí?
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
¿Soy en esta Cuaresma como los griegos que desean ver y conocer a Jesús?
¿Estoy consciente que el llamado a servir y seguir a Jesús hoy va dirigido a mí?
¿Le creo a Dios cuando dice que él ha glorificado a su Hijo?
¿Deseas la vida eterna y compartir la gloria de Jesús?
¿Estás dispuesto a un cambio en tu vida que te haga estar cerca de Jesús?
Si es así te preguntarás ¿quién me conducirá? ¿quién me lo hará ver? Esto te llevará a querer escuchar su Palabra, a buscarlo en la Sagrada Escritura, en los sacramentos, en el amor que damos al prójimo.
Responder a la Palabra de Dios
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Hoy quiero verte, quiero conocerte más Señor, te pido este día entres a mi corazón en donde has escrito tu ley, quiero ser parte de la promesa, quiero ser parte de tu pueblo, ayúdame, dame la fuerza y valor que necesito para servirte, para seguirte. Envía sobre mí tu Santo Espíritu para que a través de los sacramentos obtenga tu perdón sabiendo que no tendrás en cuenta mis pecados, sino tu amor por mí. Tanto me amas Señor, que sufriste en la Cruz para mi redención y el perdón de mis pecados.
- Contemplación
Para la contemplación podemos repetir varias veces un versículo del Evangelio para que entre e ilumine nuestro corazón.
« Todo aquél que me sirva será honrado por mi Padre » (Jn 12,26 )
Si es posible repite este versículo durante la semana.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Como cristiano debo reflejar a Jesús en las acciones de mi vida diaria.
Propuesta: Volver a leer detenidamente durante la semana estas lecturas. En este tiempo de Cuaresma, el Señor me invita a conocerle a acercarme a él y los sacramentos son una vía segura de empezar a estar con Él y conocer su perdón y su amor. Como muestra de querer iniciar o reafirmar mi acercamiento a Jesús debo también tener un acercamiento con mis hermanos, con los más necesitados y olvidados, una obra de amor (caridad) puede ser la mejor manera de dar testimonio de que soy un verdadero cristiano.