Sus vidas cambiaron gracias a los Talleres de Oración y Vida…hoy invitan a los fieles a vivir esta experiencia…
Ana María Ibarra
Desde los 4 años de edad, Eduardo García vivió cercano a los Talleres de Oración y Vida acompañando a su mamá y después de 13 años de caminar en el encuentro con Dios a través de la oración, próximo a cumplir 18 años, Eduardo es guía del taller para adolescentes “Caminando con Jesús”, que imparte a los alumnos del Seminario Menor.
Su camino en talleres
Eduardo compartió que cuando su mamá tomó su primer Taller de Oración y Vida en la capilla San Antonio, en Senecú, tuvo que acompañarla porque no había donde dejarlo.
“Ese fue mi primer contacto en talleres. Mi mamá se sintió llamada después de dos talleres más, se integró a la escuela de formación para guías y siempre la acompañé. Después, en su servicio como guía, a todos los talleres que impartió la acompañé”, recordó Eduardo.
El joven agregó que conforme fue creciendo, vivió intensamente cada taller que su madre impartía.
“De pequeño me llevaba mi tarea de la escuela, pero siempre estaba escuchando y en los momentos de oración participé también, así como en la meditación comunitaria después de la lectura de la Palabra. Me gustaba mucho compartir”, expresó.
Desde ese caminar, la vida espiritual de Eduardo se fue enriqueciendo a pesar de que todos los talleres eran para adultos.
“Me vi envuelto en un ambiente maduro de espiritualidad y lo adopté. Puedo decir que a los 11 años mi fe era ya una fe adulta y comencé a vivir una estrecha relación con Dios”.
Su inicio como guía
En su adolescencia Eduardo sirvió como monaguillo hasta los 14 años. Después, él pedía a Dios le mostrara el camino a seguir, y fue en el verano del 2017 cuando su mamá ofreció una plática para nuevos guías, Eduardo nuevamente la acompañó y ahí surgió el llamado.
“Ella les explicó que había talleres para niños y para adolescentes y al mencionar ese material para adolescentes llegó a mi mente la pregunta ¿por qué no ser guía?. Ya tenía tiempo intentando en otros ministerios, me sentía sediento de servicio y aquí sentí el llamado”, afirmó el joven.
Eduardo preguntó a su mamá sobre la posibilidad de ser guía y, aunque ya había empezado la formación, el joven se puso al corriente y le autorizaron formarse.
“Actualmente estoy dando mi práctica con los jóvenes del Seminario Menor. Inicialmente estaba en pláticas con monseñor René Blanco para impartir el taller en Nuestra Señora de la Paz, pero antes de formalizar, el Seminario solicitó un taller para los jóvenes y me enviaron”, explicó.
A tres semanas de haber iniciado el taller, Eduardo se siente contento, especialmente por la respuesta de los seminaristas.
“Algo que me ha ayudado mucho es no desistir en la oración. Sin la oración puede que las cosas salgan, pero con la oración las cosas salen mejor, como Dios quiere”, afirmó.
Después de este taller, Eduardo pretende continuar en el Seminario, si así lo requieren, pero también servir en una parroquia. Aunque su mirada está en la parroquia Nuestra Señora de la Paz, reconoció que será la que Dios le indique y él responderá con alegría.
Para Eduardo, construir una relación seria con Dios es algo muy importante, por lo que invitó a los jóvenes y adolescentes a iniciar esta relación través de la oración.
“Sé que es muy fácil sentirse perdidos, lo he sentido, pero construir una relación con Dios es algo maravilloso. En mi caso, no lo pensé, pero a lo largo de mi vida ha tenido un efecto positivo. No sería quien soy si Dios no hubiera entrado en mi vida de la manera en la que entró”, expuso.
Y finalizó diciendo: “Esto que vivo me encantaría compartirlo con todos los jóvenes y adolescentes. Invito a todo adolescente que se sienta perdido, pero que sienta ese llamado, a que se acerque, que no desista. Dios no abandona, solo hay que buscarlo y Él se dejará encontrar. Caminando con Jesús es una plataforma en la que se puede desarrollar una fe adulta”.
Talleres de Oración y Vida
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