Los recursos económicos que ha captado la Iglesia para apoyar a los afectados por los recientes sismos, está siendo canalizado de una manera profesional y ética gracias al trabajo de Cáritas Nacional, que no ha detenido el trabajo de misericordia que realiza.
Cáritas/Ceps
En uno de los jardines del ex- convento de San Guillermo, destruido por el sismo del 19 de septiembre, habitantes de Totolapan habilitaron dos carpas: la primera con las imágenes y cuadros recuperados del templo; la segunda como centro acopio. Ambas acogiendo a los que se quedaron sin hogar, los que llevan víveres o bien, los que necesitan un lugar para orar. La Iglesia de Morelos, a pesar de los daños, se ha convertido en el principal refugio después de la tragedia.
Del otro lado están niños corriendo y pintando con colores y materiales que llegaron en las cajas de ayuda humanitaria. Hay otros, los más pequeños, que juegan con peluches. Todos bajo el cuidado de unos jóvenes, de no más de 16 años, quienes improvisaron una «guardería» para que algunos padres de familia dejaran a cargo a sus hijos y pudieran buscar un refugio después de haber perdido sus hogares.
Agradecidos
Justo en la entrada de la Iglesia, donde es visible todo el panorama del templo del siglo XVI, se encuentra sentado Don Mateo, quien platica con un grupo de vecinos. En las manos lleva un cartel con la leyenda «Totolapan les da las gracias por su apoyo, hermanos mexicano. Barrio de San Sebastián», que no suelta en ningún momento.
«Yo hice este cartel y otros los pegué en mi calle para dar gracias a nuestros hermanos mexicanos por toda la ayuda que nos dan» expresó ante la cámara. Repite una y otra vez lo agradecido que está con cada una de las personas que donaron víveres, pero también puede notarse en sus palabras la tristeza por la pérdida de su Iglesia.
«No hubo víctimas mortales, gracias a Dios, pero el templo es nuestro patrimonio y sentimos mucha tristeza porque se derrumbó» finalizó.
Al salir de lo que es considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO, al costado izquierdo, se distingue el mercado que poco a poco empieza a recobrar vida. Algunos puestos se vislumbran y una que otra persona compra; aún se siente una atmósfera de temor e incertidumbre en el aire. Las calles aledañas comparten el sentimiento; para los pobladores no sólo es importante reconstruir lo material, sino hay que sanar el alma, el espíritu.
Sienten angustia
«Con la pérdida del templo hemos perdido nuestra identidad histórica, cultural y religiosa» expresa el Mayordomo (encargado de una cofradía religiosa) Mario A. Ramos, quien además es promotor comunitario.
A pesar de la pérdida de viviendas, explica, la población tiene un sentimiento de angustia porque aún no saben cómo podrán reconstruir la Iglesia, que es vista por algunos como fuente de trabajo, esto por las fiestas patronales de enero y octubre, la cuales tal vez no se realicen el próximo año.
Afuera de su casa, Mario expone lo que debe seguir en los siguiente meses. En un primer momento, deben iniciar los planes de reconstrucción de viviendas, tomando en cuenta las características de su comunidad y haciendo partícipe a sus pobladores. Asimismo, la labor de personas capacitadas que puedan brindar terapia emocional se hará indispensable, ya que las heridas espirituales tardarán en sanar.
A un mes de los sismos, Totolapan es sólo un ejemplo de los que otras comunidades y municipios están viviendo. La ayuda sigue llegando, pero hay debe continuar el ánimo para brindarle en los siguientes meses, los más difíciles, los de reconstrucción.
Respuesta activa
De acuerdo a un reporte de Cáritas, la respuesta de las diócesis afectadas fue y continúa siendo activa, luego de la visible destrucción. También ha sido una constante su gratitud por las expresiones de generosidad y amor de todos los grupos religiosos y de la sociedad civil que escucharon el llamado de auxilio. Como Mons. Óscar Campos, Administrador de Tehuantepec, Oaxaca, quien escribió en un comunicado:
“En el dolor pudimos vivir la fiesta de solidaridad, la compasión, la defensa de los más necesitados. Le agradecíamos a Dios por su gran bondad. Renacimos de nuevo. Volvimos a Dios como el hijo de la parábola del Padre Misericordioso. Dios nos recibió, hizo fiesta, todo México de pie, sentíamos la ternura de cada uno de los mexicanos que nos enviaban todo lo que podían para no sufrieramos, nos acogieron”.
Dos años para volver a la normalidad
Durante la reunión de directores y representantes de Cáritas de 15 estados de la República se explicó que los próximos 6 meses, las familias que se quedaron sin hogar tras los sismos y huracanes dormirán en la intemperie y, por lo menos, pasarán 1 o 2 años para que puedan recuperar lo perdido.
Bajo convocatoria de Mons. Alfonso Miranda, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los asistentes escucharon el reporte del P. Rogelio Narváez, Secretario Ejecutivo de CEPS-Cáritas Mexicana, y su equipo con respecto a la situación de emergencia.
Tan sólo en Oaxaca hay por lo menos 70 municipios afectadoS, en los cuales las fuentes de trabajo, como la pesca, se terminaron.
Sobre la colecta
El espacio también sirvió para informar los avances de la colecta de Cáritas, que dio inicio a pocos días de la emergencia y la cual ha recaudado, hasta el momento, poco más de 6 millones de pesos. Asimismo expresó lo aportes internacionales que se están recibiendo, como el de Caritas Internationalis, Caritas Seúl (Corea), Catholic Relief Services (CRS) y del mismo Papa Francisco.
Dichas aportaciones podrán verse reflejadas en proyectos: reactivación de la economía, aportación de materiales de construcción, suministros para dar cobijo a los damnificados y la capacitación de personas para que puedan ofrecer ayuda psico-emocional. De esta forma, la articulación con las Cáritas de todo el país será indispensable para que dichos proyectos puedan realizarse.
“Es la expresión del espíritu de pobreza que anima la vida de un grupo, en el cual se unen esfuerzos, se ponen en común los recursos: capacidades, habilidades, experiencias, responsabilidades, trabajos, bienes. Animar la solidaridad, implica infundir, a las reacciones espontáneas de ayuda ante las desgracias, la capacidad de ayudar sin hacer daño” explican en el documento entregado en la reunión.
Papel de Cáritas
El documento explica que el papel de las Cáritas ha sido y seguirá siendo el de acompañar a las diócesis afectadas, ya sea en la entrega de víveres, o bien, ofreciendo personal capacitado para acompañar en el proceso de sanar heridas emocionales.
También se habló del “apadrinamiento” de Cáritas con solvencia, para que puedan apoyar a una Cáritas damnificada o a un municipio en concreto, por lo menos, los siguientes dos años.
Finalmente, los participantes se comprometieron a estar en constante comunicación con los avances de lo planteado, así como enviar los reportes de la ayuda a las Cáritas. La Cáritas Mexicana, por su parte, ofrecerá información útil para que los reportes de avances puedan realizarse de forma correcta.
Reporte de Cáritas/Sismos Septiembre 2017
150 mil vivendas con afectación
64 730 Oaxaca
58 367 Chiapas
10, 317 Morelos
1 590 Morelos
16 101 Puebla
39 edificios Ciudad de México
767 Templos con afectaciones en estos estados
Proyectos en que se usa el dinero de la colecta
* Apoyo economico para la operación de las diócesis afectadas
* Proyectos de seguirdad alimentaria
* Proyectos de salud
* Habilitación de espacios poara celebraciones eucarísticas
* Reactivación de la economía
* Aportación de materiales de Construcción
* Suministros para dar cobijo a damnificados
* Capacitación a personas para ofrecer ayuda psico emocional
Nota: Lo captado a inicios de octubre supera los 6 millones de pesos