Diana Adriano
El emblemático Asilo de Ancianos de San Antonio conmemora su 75 aniversario, ocasión significativa en la que se destaca su dedicación ininterrumpida al cuidado y bienestar de la población anciana de escasos recursos por parte de las Hermanas Misioneras de María Dolorosa.
Faro de esperanza
Fundado por Monseñor Baudelio Pelayo en 1940, este hogar de cuidado ha sido un faro de esperanza y apoyo para los adultos mayores en situaciones vulnerables durante más de siete décadas.
Su historia comenzó en las calles 16 de Septiembre y Oro, donde monseñor Baudelio Pelayo, con una visión humanitaria, decidió fundar un refugio para los ancianos que carecían de un lugar seguro y digno donde vivir. Con el paso de los años, la institución se trasladó en varias ocasiones para adaptarse a las necesidades crecientes de la comunidad.
Después de su primer hogar, el asilo se mudó a la calle 5 de Febrero y, posteriormente, a la calle Pípila # 335 sur. En 1946, en busca de mejores instalaciones y un entorno más adecuado para brindar una atención de calidad, se estableció en las calles Degollado y Francisco Sarabia. Sin embargo, el destino final de este altruista proyecto se concretó el 13 de mayo de 1948 cuando se trasladó al Partido Senecú, lugar en el que ha permanecido hasta la fecha.
Fue el 26 de julio de ese mismo año cuando recibió la bendición y se realizó la inauguración oficial del recinto.
Refugio amoroso y compasivo
A lo largo de estos 75 años, el Asilo de Ancianos de San Antonio se ha convertido en un refugio amoroso y compasivo para aquellos que han alcanzado la vejez y se encuentran en una situación de escasos recursos o falta de familiares que los cuiden. Con el apoyo de personal dedicado y voluntarios comprometidos, la institución ha brindado atención médica, alimentación, alojamiento y compañía a miles de ancianos en una etapa de la vida en la que el apoyo y el afecto son especialmente valiosos.
Hoy en día, el asilo continúa siendo un punto de referencia en la comunidad de Senecú y sus alrededores. La visión humanitaria de monseñor Baudelio Pelayo se mantiene vigente gracias al esfuerzo y el cariño que las religiosas, los trabajadores y voluntarios depositan día a día en la atención de sus residentes.
Además, la generosidad de donantes y patrocinadores ha sido fundamental para garantizar que el asilo pueda seguir proporcionando servicios esenciales a los ancianos desfavorecidos.
Testimonio de amor y entrega
Las religiosas Socorro Solís Escobar y María Piedad Quezada son ahora quienes dirigen este espacio y reflejan la dedicación y el propósito con el que fue fundado este hogar de cuidado en 1940.
La hermana Piedad recordó cómo monseñor Baudelio Pelayo, el fundador, llegó a Ciudad Juárez y se encontró con la impactante realidad de ancianos y niños en situación de desamparo debido a los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
Conmovido por la necesidad de brindar un refugio y atención a los más vulnerables, monseñor Baudelio Pelayo se propuso encontrar espacios para acoger a estos desamparados. En 1940, reunió a un grupo de personas y formó el primer comité de apoyo, cuyo objetivo era atender las necesidades de los ancianos y los niños que deambulaban sin un lugar donde dormir.
«Es muy interesante recorrer la historia porque uno se llena de esa energía que proviene de Dios», dijo emocionada la hermana Piedad.
“Recordar el camino que hemos recorrido a lo largo de 75 años y ver la presencia de Dios en cada etapa nos llena el corazón de alegría. Celebrar este aniversario con los abuelos que tenemos ahora nos hace reflexionar sobre la magnitud de esta gran obra», añadió profundamente agradecida con el Señor, por permitirle vivir esta etapa histórica en la vida de la institución.
Por su parte la hermana Socorro destacó el arduo esfuerzo realizado en los primeros años del asilo, cuando solo unas pocas monjas y unos pocos voluntarios se dedicaban a llevar adelante esta obra humanitaria. Con el tiempo, la congregación creció, más hermanas se unieron y la Divina Providencia nunca dejó de asistirles.
«Siempre hemos contado con la bendición de Dios para sacar adelante a nuestros abuelos», aseguró la religiosa.
“El asilo ha pasado por diferentes etapas: de ser una congregación joven a madurar en edad y, finalmente, estar mayormente conformado por personas de la tercera edad. A medida que hemos envejecido como congregación, hemos necesitado la valiosa ayuda de los laicos y de las personas que trabajan aquí. Su apoyo ha fortalecido la atención y el cuidado a nuestros abuelitos”, explicó la hermana Socorro.
Y la hermana Piedad expresó su gratitud por la acogida y el cariño recibidos. «Me siento muy agradecida con el Señor por permitirme vivir esta etapa de los 75 años del Asilo de Ancianos de San Antonio».
“Es emocionante ver cómo esta institución ha crecido y se ha fortalecido con el paso del tiempo. Aquí he encontrado un hogar, una familia y un ambiente lleno de amor», puntualizó.
Invitan a misa de Acción de gracias
Las religiosas expresaron su más profundo agradecimiento a Dios y destacaron que la celebración más significativa para ellas es una acción de gracias inmensa, llena de gratitud y amor hacia el Todopoderoso.
«Este 75º aniversario es motivo de una acción de gracias inmensa que sale del corazón para dirigirla a Dios», comentó emocionada la hermana Socorro.
«La santa misa se llevará a cabo el domingo 30 de julio a las 11:00 am y a la 1:00 de la tarde. Será un momento especial en el que nos reuniremos con la intención de agradecer a Dios por estos 75 años de caminar junto a los abuelos que han sido acogidos en este hogar de cuidado», añadió.
La celebración eucarística tendrá lugar en la capilla San Antonio de Padua en Senecú y estará dedicada a expresar la gratitud a Dios por todas las bendiciones recibidas a lo largo de estas siete décadas y media de servicio a la comunidad. Será un momento de reflexión, recuerdo y alegría compartida con todos aquellos que han sido parte de esta noble obra.
En frase
Gracias a todos ustedes, querido pueblo de Dios, que con su apoyo y solidaridad han hecho posible este servicio a los más pobres y desamparados. Dios los bendiga.
-Hermanas Misioneras de María Dolorosa
OTRA FRASE QUE QUIEREN QUE VAYA
“Escogí como Patrona de la futura Congregación y de sus obras a la bienaventurada Virgen María de los Dolores, para que como Madre compasiva abrigara en su corazón a los hijos más pequeños, miembros de la Iglesia doliente e imprimiera en las futuras religiosas el espíritu de fe, esperanza y caridad con la ternura de la más dulce de las madres, cuya vida sería su regla de conducta»
-Mons. Baudelio Pelayo