Ana María Ibarra
Siete pequeños salvados del aborto gracias a la labor del Centro de Atención a la Mujer Juarense, recibieron el sacramento del Bautismo el pasado sábado 25 de marzo en la Catedral.
Con gran alegría y agradecimiento por la vida de esos niños y niñas, colaboradores y voluntariado del CAMJ, así como padres y padrinos, los llevaron a bautizar en la Solemnidad de la Anunciación, en una misa presidida por el párroco, padre Eduardo Hayen, quien además es el capellán de la Pastoral de la Vida en la diócesis.
En su mensaje, el padre Eduardo resaltó que el ser humano ha sido creado por Dios no solo para la vida terrenal sino también para la vida eterna.
“Concebir un hijo es algo tan sagrado que tiene valor de eternidad. Cada niño, cada niña que viene al mundo es imagen de Dios, destinados a compartir la gloria de Dios.
Queridos papás, este camino no es fácil, todos tenemos situaciones difíciles y tenemos que tomar decisiones que se enfoquen a la eternidad”, señaló el sacerdote.
El padre Hayen felicitó a los papás de los pequeños por haber elegido la luz.
“Usted traen a sus hijos a bautizar y Dios los recibe como una bendición. El niño es un ser libre que necesita una educación para ir por el camino del bien”, expresó.
Añadió que el niño debe ser primeramente educado en el amor.
“Estos niños son amados por Dios y les da a conocer ese amor a través de ustedes. El niño debe sentirse incondicionalmente amado por ustedes”.
Citó otros aspectos en los que los niños deben ser educados: en la fe, la esperanza y la caridad.
“Hay que despertar la fe en cada niño. Enseñen poco a poco que Dios existe, que Dios es nuestro Padre. Los niños necesitan también tener en su corazón esperanza y caridad. A esta vida se viene a ser felices sirviendo a los demás”, resaltó.
Rito del Bautismo
Después de las palabras del sacerdote se llevó a cabo el rito del bautismo. Uno por uno, fueron ungidos y bautizados con el agua.
El sacerdote invitó a papás y padrinos a colocarse en torno al altar.
“Esperemos que un día estos niños vengan al altar a hacer su primera Comunión”, dijo el sacerdote.
Enseguida, todos los presentes rezaron el Padre Nuestro.
Una bendición especial otorgó el padre Eduardo a las mamás con sus hijos en brazos, para luego hacer los mismo con los papás.
A los pies de Santa María de Guadalupe rezaron el Ave María pidiendo su protección e intercesión.
Al finalizar la celebración, el padre Hayen felicitó a las familias y a las personas del CAMJ.