Diana Adriano
En un mundo cada vez más digitalizado y alejado de los valores tradicionales, los campamentos de verano en las comunidades parroquiales representan una oportunidad invaluable para que los niños se desconecten de las pantallas y se sumerjan en un ambiente de diversión, compañerismo y espiritualidad.
Estas experiencias fomentan un estilo de vida activo y saludable, en el que los niños disfrutan de actividades al aire libre, juegos deportivos y manualidades, que promueven el desarrollo físico y emocional, así lo explicó Mayra García Soto, coordinadora de los campamentos de verano en la parroquia San Francisco de Asís.
Desde el año 2015, Mayra y su equipo, apoyados por el párroco, padre Alfonso García, han impulsado esta iniciativa que ofrece a los niños un espacio seguro y enriquecedor durante las vacaciones de verano.
«Nos dimos cuenta de que no había un espacio adecuado para los niños durante estas fechas. Decidimos crear un campamento pequeño, sin estructura rígida, gratuito, con el objetivo de brindar a los niños la oportunidad de jugar, entretenerse y aprender de manera saludable a través de actividades deportivas,artísticas y culturales», compartió Mayra.
Así, el primer campamento fue modesto, pero gracias a la buena acogida en la comunidad, no han dejado de organizarlos desde entonces, con excepción del año 2020 debido a la pandemia. Cada año han ido mejorando la propuesta, aprendiendo de las experiencias anteriores y ofreciendo un programa cada vez más completo y diversificado.
«Tenemos un cupo límite para garantizar la seguridad y atención individualizada de los niños. Ofrecemos una amplia variedad de clases que incluyen pintura, manualidades, baile, expresión corporal, taekwondo y cocina», agregó.
Gracias a la labor de Mayra y su equipo, los campamentos de verano en la parroquia San Francisco de Asís se han convertido en un evento esperado por la comunidad, llegando a contar con lista de espera.
Desarrollo de habilidades
Para Mayra, “es crucial que los niños dirijan su energía hacia actividades más provechosas”, y por ello considera que los campamentos de verano católicos ofrecen la oportunidad perfecta para que los padres apoyen a sus hijos, permitiéndoles aprender y disfrutar en un entorno sano y seguro como lo es la iglesia».
Al participar en las actividades propuestas en los campamentos, los niños tienen la oportunidad de explorar sus talentos, adquirir nuevas habilidades y descubrir intereses que pueden moldear su futuro.
Además, al estar inmersos en un ambiente católico, los campamentos de verano fomentan valores cristianos como la solidaridad, el respeto y la empatía,que a su vez ayudan en la formación de ciudadanos responsables y compasivos.