- Como es bien sabido, el amor de una madre no tiene límites, y en estos tiempos de pandemia Rosalba Ortiz lo demuestra al haber tomado la decisión de ser ella personalmente quien atienda a su hijo de 29 años diagnosticado con Covid-19.
Ana María Ibarra
Desde hace ya dos semanas, Rosalba se encuentra en casa de su hijo para cuidar de él y administrarles los medicamentos necesarios para combatir no solamente el Covid, sino controlar su asma, como lo hacía cuando Manuel Omar era un niño.
El diagnóstico
Después de que un compañero de trabajo presentara síntomas de Covid-19, la empresa se negó a cerrar, por lo que Manuel Omar fue contagiado.
El miércoles 22 de abril, el joven padre de familia presentó los primeros síntomas, y no queriendo alarmar a sus padres, intentó mantenerse callado, pero sus padres avisaron que darían una visita a su casa por lo que no hubo más remedio que explicarles la situación.
“Fue un choque tremendo porque nunca se lo espera uno. Al ver los casos en las noticias y en el Facebook, es difícil para uno pensar que alguien de la familia le pase esto”, compartió Rosalba.
Manuel Omar se agravó debido al problema de asma que padece desde su niñez, por lo que fue llevado al médico, donde le dieron un tratamiento que, no obstante, empeoró su condición.
“Mi hijo es asmático, creyeron que estaba presentando una crisis severa y le dieron como tratamiento vaporizaciones. A mi hijo nunca le hemos puesto eso, solo nebulizaciones. Mi hijo empeoró”, señaló la madre de Omar.
Omar no se recuperaba del primer tratamiento, y en su trabajo le consiguieron una consulta con un neumólogo a través de video llamada.
“Estuve presente porque mi hijo no podía contestar por el ahogamiento por falta de oxígeno. Por los síntomas que presentaba, el médico dijo que era neumonía atípica bacteriana, con posible coronavirus, le mandó tratamiento para combatir la neumonía y otro para el coronavirus”, explicó Rosalba.
El médico propuso que Manuel Omar fuera internado, pero Rosalba no lo aceptó. Pidió a Dios su ayuda y se puso en sus manos,
“Cuando me dijeron que se tenía que internar por la condición en que él estaba, le hablé a toda la gente que conozco para que oraran por mi hijo. Gracia de Dios que las clínicas estaban todas saturadas, y decidimos conseguir oxígeno para poderlo atender en casa y bendito sea Dios resultó”, dijo agradecida.
Los cuidados
Al decidir que Manuel Omar se quedara en casa, su esposa e hijos tuvieron que dejar la casa para evitar contagios y Rosalba se mudó con él para atenderlo.
“Como madre no quise que una persona extraña viniera a cuidarlo, decidí atenderlo yo. En ese momento me puse en las manos de Dios y de mamita María. Nunca me puse a pensar en que me fuera a contagiar, eso pasó a segundo término”.
Rosalba duerme en la habitación continua a la de su hijo, sin embargo, no puede entrar a verlo constantemente, ni siquiera al escucharlo jadear por falta de oxígeno.
“Entro tres veces al día. En la mañana, muy temprano para limpiar y sanatizar su habitación, ponerle el medicamento que necesita, el nebulizador. Al medio día entro a checarle la oxigenación de sus pulmones, y en la noche a las 10 para las nebulizaciones y checar el oxígeno”, explicó la madre de Omar.
Añadió que después de cada atención a su hijo sigue un protocolo de limpieza.
“Uso cubre bocas, guantes, lentes cristalinos, debo entrar bien cubierta. Al salir del cuarto debo sanatizar todo, su puerta y todo el camino hacia el baño. Me meto a bañar inmediatamente, lavo mi ropa inmediatamente, la saco al sol, para después entrar a mi cuarto. Me recomendaron tomar mucha agua, vitaminas, vitamina c… son muchísimas recomendaciones”, señaló.
Rosalba añadió que su hijo ha reaccionado muy bien al tratamiento.
“El puede dormir tranquilo toda la noche, se despierta con hambre al día siguiente”, dijo agradecida con Dios.
Pero Rosalba asegura que su mejoría no solo fue resultado del tratamiento médico, sino de la oración.
“Una hermana –de comunidad- me habló y me preguntó por mi hijo, me dijo que hiciéramos una oración fuerte. La oración ayudó muchísimo. Todo tuvo qué ver para la reacción de mi hijo”, afirmó Rosalba, quien desde hace tres años pertenece al Ministerio de Renovación en la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza.
Sostenida por su fe
Aunque la entrevistada afirmó que es muy angustiante escuchar y ver a su hijo enfermo, su fe la mantiene.
“Soy una mujer de fe y creo en Dios, pero también soy ser humano y como madre ver a un hijo en esa situación es muy difícil, desgastante, preocupante. Es sentir que lo tienes y que en un segundo puedes dejarlo de tener. Ninguna madre deberíamos pasar por esto pero, si mamita María que es la madre de nuestro Señor vivió todo ese calvario, ¿quiénes somos para no merecer ese dolor?”, cuestionó.
Rosalba reconoció que tiene su corazón partido en dos, pues mientras ella cuida a su hijo, su esposo y su hija menor se encuentran solos en su casa.
“Como mamá sé que estoy haciendo lo correcto, y lo volvería a hacer, es mi hijo y el Señor me lo prestó para toda la vida, aunque él ya esté casado”.
Para la madre de familia, este es el inicio de lo que será una cuarentena larga, pues según el médico normalmente son 14 días para que la enfermedad salga definitivamente, pero en el caso de Manuel Omar, quien es asmático, puede durar hasta tres o cuatro semanas, y después de su recuperación tendrá que cumplir 40 días más de cuarentena.
“Siento cansancio, porque es pesado hacer todo esto, es algo diferente a la rutina normal, pero siempre me levanto y doy gracias a Dios, me pongo en sus manos para que sea lo que Él quiera, y al final del día no me pesa el cansancio. La fe es la que me dará fortaleza. La oración tiene poder. El Señor me lo presto para cuidarlo y Él tiene la última palabra”.
Rosalba aprovechó este espacio para decirle a la gente que esto no es una broma, este virus existe y es mortal.
“Se dice que el que obedece no se equivoca, debemos hacer caso a las recomendaciones. Se podrán decir cosas diferentes pero la realidad es esta, el Covid existe, lo estoy viviendo como madre con mi hijo. Es algo muy fuerte no quisiera vivir esto. Este diez de mayo, el mejor regalo es verlo mejorando día con día, aunque sea una mejoría mínima”, finalizó.
Se dice que el que obedece no se equivoca, debemos hacer caso a las recomendaciones. Se podrán decir cosas diferentes pero la realidad es esta: el Covid existe, lo estoy viviendo como madre con mi hijo. Este diez de mayo, el mejor regalo es verlo mejorando día con día, aunque sea una mejoría mínima.
Rosalba