Diana Adriano
El pasado viernes 7 de junio la Iglesia Católica celebró la festividad del Sagrado Corazón de Jesús con gran fervor y solemnidad. En la Diócesis de Ciudad Juárez, ese día el obispo don J. Guadalupe Torres Campos visitó la Casa Hogar Evangelina Zaragoza para presidir la Santa Misa con las religiosas Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, quienes atienden la obra dedicada a niños y niñas.
La celebración contó con la presencia del padre Salvador Magallanes, párroco de Nuestra Señora de La Paz, y de los niños atendidos por la Casa Hogar, quienes participaron activamente en la misa y compartieron momentos de alegría y reflexión.
Recibieron sacramentos
Durante la ceremonia los niños María Fernanda, Mía Saraí e Isaac, recibieron su Primera Comunión, siendo este último también bautizado en una emotiva celebración que conmovió a los presentes.
Cómo se sabe, Casa Hogar Evangelina Zaragoza es un albergue atendido por religiosas, en el que viven hijos de madres solteras que trabajan, la mayoría en maquiladoras. La obra tiene capacidad para atender a 90 niños, con edades entre los 4 y 16 años, es decir, en edad escolar.
Los niños se quedan en el hospicio de lunes a viernes, día en que por la tarde son recogidos por sus madres para pasar el fin de semana juntos.
Renovaron sus votos
Durante la Santa Misa, monseñor Torres felicitó a las religiosas por dedicar su vida al cuidado y educación de los niños en la Casa Hogar y ellas renovaron sus votos ante el obispo, reafirmando su compromiso con la fe y la misión de su instituto y de las obras que atienden.
“Ayúdame a ser siempre fiel a los compromisos contraídos y ven a renovar para siempre en mi corazón, a fin de que alcance la plenitud del amor que tú nos enseñas en el evangelio y se manifiesta especialmente en la obra de la redención y protección de la niñez, encomendada a nuestro instituto», se escuchó durante la renovación de votos, como una forma de destacar el profundo sentido de entrega y devoción de las religiosas.
Esta festividad no solo resaltó la importancia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, sino también el valioso trabajo realizado por las religiosas en la protección y educación de los niños, promoviendo valores de amor, fe y esperanza.
El evento concluyó con un convivio en las instalaciones de la Casa Hogar, en un ambiente de fraternidad y alegría.