Ana María Ibarra
El pasado domingo 30 de mayo, solemnidad de la Santísima Trinidad, quince laicos alumnos del Instituto Diocesano de Teología, sede San Mateo, recibieron su constancia de estudios al concluir cuatro años de formación. Esto durante la celebración eucarística presidida por el párroco Arturo Veleta.
Seis graduados pertenecen a la generación 2016-2020 que, a causa de la pandemia, no pudo tener su celebración y los otros nueve pertenecen a la generación 2017-2021.
Amor y conocimiento expansivos
“El amor de Dios debe llegar hasta el último rincón y llenar de esperanza que nos va obligando a renovarnos interiormente. Queremos un mundo mejor, pero nos da miedo el compromiso. Nos quejamos de problemas sociales, pero todo eso tiene una manera de arreglarse y es desde la raíz”, señaló el sacerdote en la homilía, al reflexionar sobre el amor de la Santísima Trinidad, “que se expande”.
Dirigiéndose a los recién graduados, el padre Arturo señaló que los estudios que cursaron y todo lo aprendido los compromete a cuestionarse para qué les sirve.
“¿Para presumir, para sentirse superiores? Dios quiere llegar hasta el más pequeño. Ustedes que tienen este conocimiento, tienen la responsabilidad de utilizarlo para bien del pueblo de Dios. Tenemos el pretexto de la pandemia, pero también tenemos la creatividad”, dijo.
El sacerdote invitó a la comunidad a pedir por los graduandos para que puedan realizarse poniendo al servicio de los demás los conocimientos adquiridos en sus años de estudio.
Graduados
Después de la homilía, la maestra Irma Meza, representante del director del Instituto, padre Ramiro Rochín, dirigió unas palabras a los graduandos.
Explicó que el documento que ese día se les entregaría es una constancia de estudios, pero el diploma correspondiente les será entregado en el mes de septiembre, de manos del señor obispo don J. Guadalupe Torres Campos.
Luego agradeció a quienes tuvieron la iniciativa de impulsar una sede del Instituto Diocesano de Teología en la parroquia San Mateo, así como a los maestros y a todos los que de alguna manera han hecho posible que dicho diplomado se lleve a cabo.
Mencionó que en seis años que lleva la escuela, 53 alumnos se han graduado. Igualmente nombró a aquellos que formaron parte de la escuela y en este tiempo han regresado a la casa del Padre.
Finalmente, nombró a cada uno de los graduandos, siendo los primeros en recibir su constancia aquellos que concluyeron sus estudios el pasado 2020, para enseguida mencionar a los alumnos de la última generación, lo que mereció aplausos de felicitación por parte de los asistentes.
Los graduandos continuaron la celebración llenos de alegría y agradecimiento.