Ana María Ibarra
Con la alegría y el dinamismo que lo caracteriza, el padre José Solís celebró el pasado 10 de julio su 50 aniversario sacerdotal con una misa que presidió al lado de monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez, y algunos sacerdotes que lo acompañaron en su parroquia, El Señor de la Misericordia.
Durante la celebración y el festejo que su comunidad le organizó, compartió anécdotas de su vida, su vocación y su vida sacerdotal.
Un don para la Iglesia
Al inicio de la Eucaristía, monseñor Torres felicitó al padre Solís y agradeció a Dios por su sacerdocio.
Durante la celebración los presentes oraron por el sacerdote y por sus finados papás, agradeciendo el haber donado un hijo para el servicio de Dios y de la Iglesia.
Después de la lectura del evangelio, el padre Solís compartió episodios de su vida, no sin antes agradecer a los presentes su asistencia y pedir que sigan orando por él.
“Son 50 años, ¡qué cosa no tendré que decirles! Con mis anécdotas se pueden hacer muchos libros”, expresó.
Elegido por Dios
El padre Solís compartió que las lecturas proclamadas esa tarde fueron elegidas por él, pues desde estudiante le han llamado la atención.
“Con Jeremías me siento identificado. Pensé: ¿quién soy yo? Un chavalo que jugaba descalzo en los campos, y en el Seminario me dijo el Señor: no eres un muchacho. Todos nosotros somos elegidos por Dios, no por méritos propios”.
El sacerdote arrancó expresiones de ternura de los presentes cuando recordó que su mamá, siendo devota de San José, le pedía a Dios un “Josesito” y el Señor se lo cumplió: el padre Solís nació un 19 de marzo.
“Quiero llegar a los 70 años de sacerdote. Como los árboles voy a morir de pie”, expresó.
Festejo
Al concluir la Eucaristía, el padre Solís festejó junto con su comunidad parroquial de El Señor de la Misericordia, así como sacerdotes y amistades.
Antes de la cena, monseñor Torres pidió a la comunidad seguir orando por el padre Solís para que el Señor lo siga bendiciendo.
“En nombre de toda la diócesis le damos una felicitación por estos 50 años”, dijo.
Pbro. José Solís Aguilera.
Nació en Villa Ahumada, Chihuahua el 19 de marzo de 1947, hijo de Juan María Solís y Soledad Aguilera.
Ingresó al Seminario de Chihuahua a los 12 años de edad.
En 1964 fue enviado al Seminario de Moctezuma, Nuevo México.
El 04 de julio de 1971 fue ordenado diácono transitorio.
El 10 de julio de 1971 recibió el Orden del presbiterado en Villa Ahumada de manos de monseñor Manuel Talamás Camandari.
Fue vicario de Nuestra Señora de Guadalupe, Catedral
Su primera parroquia fue Santa María Magdalena, en su natal Villa Ahumada.
Fue formador del Seminario Regional del Norte en Chihuahua.
En 1981 llegó como párroco a la comunidad San Martín de Porres.
Posteriormente, once años párroco en La Navidad del Señor.
Fue párroco de Mártires Mexicanos y Jesús El Salvador.
En el 2004 fue nombrado párroco de El Señor de la Misericordia.
Tiene un gusto por viajar a Tierra Santa y Santuarios Marianos.
Es un sacerdote sencillo y cercano a la gente.
En frases…
“Quiero llegar a los 70 años de sacerdote. Como los árboles voy a morir de pie”.
Pbro. José Solís
“Felicidades por sus bodas de oro. Es usted todo un testimonio de fidelidad al ministerio que Dios le ha concedido. Todo nuestro cariño, todo nuestro aprecio”.
Monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez
“Padre Solís quiero agradecerte mucho el testimonio que nos das con tu servicio sacerdotal, el ejemplo que nos das con la celebración de la misa siendo muy puntual todos los días. Quiero felicitarte por el ejemplo que nos das todos los días presente en las confesiones y preparar a los fieles para que su confesión sea más fructífera”.
Monseñor Isidro Payán
“Muchas felicidades por la dicha de ser sacerdote, por el sí dado a nuestro Señor Jesucristo. Bendigo a Dios por haberlo tenido como compañero estos dos años y cachito, fue una bendición ser testigo de su conocimiento, de su fraternidad, de su riegue”.
Pbro. Jesús Salinas
“Padre Solís, Padre Tibi, nos unimos en la acción de gracias a Dios, por lo bueno y misericordioso que ha sido con la Iglesia y contigo al cumplir estos 50 años de vida sacerdotal, por tu desgaste, por tu cansancio… como dice Jesús, alégrate de que tu nombre está escrito en el libro de la vida”.
Monseñor Gerardo Rojas, obispo de Tabasco