Ana María Ibarra
Con el corazón lleno de agradecimiento y alegría, Celia Arely Ortega López realizó su profesión de votos temporales como Clarisa Capuchina el pasado 10 de julio, en la parroquia Cristo Rey.
La celebración fue presidida por el obispo don J. Guadalupe Torres Campos y concelebrada por algunos sacerdotes de la diócesis.
Tres aspectos para su vida
Fue en el marco de la fiesta de Santa Verónica Giuliani, religiosa capuchina, cuando la aún novicia, Celia Arely ingresó al templo acompañando la procesión.
Llevaba en sus ojos alegría y en sus manos una candela rodeada de flores. Atenta, acompañada de su familia y hermanas de congregación, además de religiosos provenientes del centro del país, Celia escuchó la Liturgia de la Palabra.
Antes de la homilía, la novicia fue llamada por su nombre a lo que respondió: “Aquí estoy Señor, porque me has llamado”.
Enseguida, pidió hacer su profesión de votos temporales dentro de la congregación de hermanas Clarisas Capuchinas y servir fielmente a Dios y al mundo entero con su oración.
Tomando nuevamente su lugar, junto con la asamblea escuchó la homilía del obispo.
“Hoy proclamas, Celia, de una manera solemne. Al levantarte, mantente siempre dispuesta, vigilante, con la lámpara encendida a responder a ese Dios que te llamó desde un inicio y hoy se concretiza”, expresó el obispo.
Luego resaltó tres aspectos importantes para la vida de religiosa que a partir de ese día viviría Celia Arely con mayor intensidad: Una vida espiritual fuerte, la vida en comunidad y su intercesión a través de la oración.
“No estás sola, el Señor derrama en ti su amor. El Señor te pide seguirlo. Dios te bendice, te fortalece, te llena de su espíritu. Hoy nos alegramos como Iglesia Diocesana”.
Profesión
Ante el obispo y la hermana Clara Saucedo, abadesa de la comunidad de clarisas, Celia profesó comprometida a ser esposa fiel de Cristo haciendo sus votos temporales por tres años. La hermana Clara recibió los votos en nombre de la Iglesia y la fraternidad.
Enseguida le fueron entregadas las insignias: velo, constituciones, vela, crucifijo, rosario franciscano, corona de flores.
Después de este momento, el obispo, las religiosas, los frailes y su familia dieron un abrazo de paz a la recién profesa.
Presencia en su llamado vocacional
La Hermana Celia Arely Ortega López, tiene 24 años cumplidos el pasado 3 de julio. Su vocación nació en la parroquia Corpus Christi de Rancho Anapra, a la edad de siete años como una intuición, según sus palabras.
“Comenzó con un gusto extraño de ir mucho a la iglesia y a los 15 se desarrolló en un servicio como catequista y coordinadora en Confirmaciones”, dijo.
Ese deseo de buscar algo más la llevó a preguntarse por la vida religiosa poniéndose en las manos de Dios.
“Tenía tres opciones: ser Dominica, Carmelita o Clarisa. Investigué en Internet y no encontré nada de Dominicas ni Carmelitas. Un señor que me adoptó como nieta me envió un periódico Presencia con un artículo de las Clarisas Capuchinas y esa fue la señal”, expresó.
Decidida por la vida religiosa, recibió otro periódico con toda la información de las Clarisas.
“Busque los medios para venir al monasterio y responder al llamado”.
Con el apoyo de su familia, a pesar de que atravesaban por situaciones difíciles, la recién profesa continuó con su proceso de formación por cuatro años.
“Me siento muy feliz, no pensé que fuera llegar a esto, pero todo es por gracia de Dios.
A las jóvenes les digo: si no lo intentan no van a saber si es su camino, sólo es seguir adelante, no se desanimen, si confiamos en Dios todo es seguro”.
En frase..
A las jóvenes les digo: si no lo intentan, no van a saber si es su camino. Sólo es seguir adelante ¡No se desanimen!, si confiamos en Dios todo es seguro.
Sor Arely Ortega