Ana María Ibarra
Aproximadamente 30 niños acuden a los cenáculos de oración a rezar el Rosario de la Llama de Amor. Yolanda Domínguez y Clara Lugo coordinan este grupo hace más de cuatro años en la colonia Praderas del Pacífico, conscientes de que la misión de los padres católicos no es sólo llevarlos a los sacramentos, sino encaminarlos en la fe.
“Tenemos 30 niños. Algunos de ellos van a la escuela en la mañana, otros en la tarde, por eso nuestra reunión son los miércoles a las 7 de la tarde. Al principio comenzamos a invitar a los niños a rezar y les ofrecíamos una bolsita de dulces. En este tiempo han entrado muchos niños, varios de ellos no sabían ni persignarse”, compartió Yolanda.
Agregó que otros tantos no estaban bautizados ni habían hecho su primera Comunión. “Hemos hablado con los papás y gracias a Dios varios ya han recibido sus sacramentos.
Nuestra meta es que este año más niños sean bautizados y reciban la Comunión”.
En los cenáculos los niños han aprendido a rezamos el Rosario de la Llama de Amor y de la Misericordia.
“Una semana rezamos la Llama de Amor y otra semana el de la Misericordia. Cada año hacemos una fiesta al Señor de la Misericordia en el parque y los niños rezan el Rosario.
Para nosotras es una gran bendición, se ha convertido en lo más importante en nuestra vida”, dijo Yolanda.
Y agregó: “Los miércoles son mi día favorito, es maravilloso oír rezar a tantos niños. Cuando me invitan a rezar novenarios a los niños les encanta acompañarme cuando tienen oportunidad, es una misión muy bonita”.
Para Yolanda, los cenáculos son una manera de alejar a los niños de las calles, de la violencia.
“Ellos tienen fe, hacen oración por su familia, por sus enfermos. Saben que hay un Dios y que la Virgencita siempre está con ellos. Nuestra máxima misión, como papás, es encaminar a nuestros hijos a Dios, no nada más es llevarlos a los sacramentos. Ojalá haya una sola colonia donde inviten a los niños a rezar, todos tenemos que trabajar por Dios”, finalizó Yolanda.
Testimonio: Me gusta mucho rezar
América López tiene 10 años y asiste al cenáculo de la Llama de Amor desde hace dos años. La pequeña compartió que fue Yolanda quien la invitó, y los miércoles, al llegar de la escuela y después de hacer tu tarea, acude a rezar el Rosario.
“Me gusta mucho rezar por los que están en los hospitales, especialmente por mi abuelita que está mala, y por los que están en el cielo, por mi abuela también. He aprendido a leer las oraciones. Me siento feliz de estar aquí, soy diferente a otros niños en no decir malas palabras y respetar a los mayores,”, compartió América.
América es acompañada por su hermano que estudia en secundaria, y en este tiempo la pequeña ha aprendido a rezar y usar el Rosario.
“Me siento bien de venir estoy dos años y quiero seguir viniendo. Rezar me ayuda con el examen y saco buenas calificaciones. También vengo al Rosario de los grandes porque me gusta venir. Invito a todos los niños a que vengan a rezar por sus familias”.
Rezar me da fuerza
Briseida Armendáriz tiene 12 años y siete hermanitos, algunos de ellos también acuden al cenáculo. Briseida compartió que le gusta mucho el rezar el Rosario.
“Me da mucha alegría porque le rezo a Dios, me da fuerza y le doy gracias porque me da un pan que comer y me da mi salud, me cuida a todos mis hermanos y saco buenas calificaciones”, dijo.
Aunque dijo que antes rezaba en su casa el Padre Nuestro y Ave María, se siente alegre y contenta de acudir al cenáculo.
“Venir me ayuda para estar alegre y pedir por toda mi familia y por los niños de todo el mundo. Los invito que vengan a rezar, está muy bonito y son buenas personas Yolanda y Clara”.
Cenáculos Llama de Amor
Rezo del Rosario
Miércoles 7pm
Col. Praderas del Pacífico