Presentamos íntegro el discurso de la abogada Cynthia Moreno durante la Vigilia Ecuménica de oración por la vida, dirigido a la comunidad en general, a las autoridades federales, estatales y municipales, al Congreso del Estado de Chihuahua.
En la reforma constitucional federal del 2011, se integró el concepto de Derechos Humanos, sustituyendo las llamadas garantías individuales. Los artículos transitorios de dicha reforma ordenaron la armonización del resto de la legislación mexicana.
Así en 2019 en el Congreso del Estado se intentó reformar la constitución del estado de Chihuahua en su artículo tercero, fracciones primera y quinta, incorporando el reconocimiento de la libre autodeterminación. Se buscó en ese momento dejar de lado el sentido de armonización y equiparándolo al de leyes iguales. Sin embargo, dicha reforma no prosperó.
Por lo que, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) considerando la reforma federal del 2011 al artículo primero de la Constitución Política, interpreta los tratados internacionales en materia de protección de los derechos humanos de las mujeres como la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la CEDAW, a fin de que las mujeres tengan acceso a la interrupción legal del embarazo a través del derecho a la libre determinación de la personalidad. Argumentando que toda persona tiene derecho a la auto determinación y al libre desarrollo de su personalidad.
Rechazo
A pesar del contundente rechazo de la mayoría de los chihuahuenses, la Suprema Corte de Justicia despenalizó el aborto en Chihuahua a través de un fallo judicial, sin el respaldo ni la consulta del Congreso Local ni de la ciudadanía. Esta resolución, que despenaliza el aborto hasta los 9 meses de gestación, marca un precedente que genera un fuerte rechazo entre amplios sectores de la sociedad del estado, que ven en esta decisión una imposición ajena a sus valores y necesidades reales.
Esta resolución, impuesta desde los tribunales, deja de lado las particularidades sociales, culturales y económicas de un estado que tiene una visión diferente sobre el respeto a la vida y los derechos de las mujeres.
La despenalización del aborto no atiende ni mucho menos resuelve los problemas reales que enfrentan las mujeres chihuahuenses, como la falta de acceso a servicios de salud adecuados, la educación sexual integral y los programas de apoyo en situaciones de embarazo no deseado.
La resolución nos sitúa en una disyuntiva utilitarista, la dicotomía de elección entre la libertad y el derecho a la vida. Y la claridad de que ningún derecho puede existir, si no hay vida. Sin embargo, la Suprema Corte ha colocado en prevalencia la libertad o el libre desarrollo sobre el derecho a la vida, preponderando la libertad de la mujer para no asumir su rol de madre y señalando que el no nacido no tiene personalidad jurídica.
Dictamen violatorio
El dictamen de la Suprema Corte violenta también la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969, la cual aborda en su artículo 12 la libertad de conciencia y religión, reconociendo el derecho a la objeción de conciencia.
Así, además de violentar el derecho a la vida, violenta el derecho de objeción de conciencia; anula el derecho de objeción de conciencia de los médicos, sobre la libertad de la mujer.
Los chihuahuenses no aceptamos que su legislación y valores sean modificados por un fallo judicial ajeno a su voluntad. ¡URGE! crear un entorno donde las mujeres no enfrenten el aborto como la única opción ante un embarazo inesperado, sino que cuenten con alternativas reales que incluyan apoyo psicológico, médico y social. “Creemos en un Chihuahua donde ninguna mujer enfrente sola el dilema del aborto y donde toda vida, desde su concepción, sea respetada y protegida”.
Deuda con las mujeres
¡En Chihuahua tenemos una deuda social con las mujeres! Como lo dijo San Juan Pablo II “es hora de mirar con la valentía de la memoria, y reconociendo sinceramente las responsabilidades, la larga historia de la humanidad, a la que las mujeres han contribuido no menos que los
hombres, y la mayor parte de las veces en condiciones bastante más adversas”.
¡Cuántas mujeres han sido y son todavía… tomadas en cuenta más por su aspecto físico que por su competencia, su profesionalidad, su capacidad intelectual, en definitiva, por la dignidad misma de su ser!
Ni que decir de la deuda social y económica que nuestra ciudad tiene con las mujeres trabajadoras, aquellas que he encontrado en el camino al transporte de personal con sus hijos en brazos o de la mano. Las he visto caminar a las cuatro de la mañana con el clima que cada día abraza esta frontera.
En la historia de Juárez, está la presencia de la mujer. Mujeres de todas las edades y condiciones sociales, económicas, laborales, educativas, cuyas vidas tienen una huella implícita de la lucha que día a día libran comprometidas con lo que consideran valioso. Mujeres que, pese a todo y aún entre la espada y la pared, entendieron que «no había de otra» y que, si ellas no actuaban, nadie lo haría. Esas mujeres que están preparadas para brindar su tiempo, su vigor físico, su reposo, sus destrezas, su bienestar y su propia vida son las mujeres que hoy estamos junto una comunidad reivindicar nuestros derechos.
No se trata de empoderar a la mujer, ¡NO!
Se trata de RE-I-VIN-DI-CAR a la mujer. Se trata de una efectiva igualdad de los derechos de las personas y por tanto igualdad de salario respecto a la igualdad de trabajo, tutela de la trabajadora-madre, justas promociones en la carrera, igualdad de los esposos en el derecho de familia, reconocimiento de todo lo que va unido a los derechos y deberes del ciudadano en un régimen democrático.
Reivindicar
Es tiempo de reivindicar a la mujer. Reivindicar los derechos de las mujeres implica que dejemos de ser un pretexto en las cuotas de género y contribuyamos a hacer propuestas en temas como la violencia familiar, la formación de niños y adolescentes, la prevención de adicciones, el valor de la formación religiosa, la defensa de la vida, la pobreza y el hacinamiento que impide el desarrollo armónico de las familias.
No podemos revertir el fallo de la Suprema Corte, pero tampoco podemos quedarnos inmóviles, en la resignación, o el descontento que nos provoca esta definición legal. Nos toca como sociedad, pensar juntos y actuar unidos.
Señores diputados locales, construir un Chihuahua donde ninguna mujer tenga que plantearse el aborto como su única opción es ahora su tarea. Exigimos que promuevan un marco legal que proteja a las mujeres y garantice alternativas reales y dignas. Tienen ustedes la obligación de definir un marco legal que salvaguarde las vidas en todas las etapas del embarazo y, al mismo tiempo, ofrezca un sistema de apoyo integral a las mujeres en situación de vulnerabilidad.
En ustedes también recae la responsabilidad de salvaguardar la libertad de conciencia del gremio médico y de enfermeras, en general de cada trabajador del sector salud que vea comprometida su conciencia por actuar sobre una práctica que va en contra de sus valores y principios, incluso sobre su propio juramento profesional.
Chihuahua no se rinde
Finalmente, señores diputados, en 2020 se promulgó la ley de adopciones en el estado de Chihuahua reconociendo el derecho de los niños, niñas y adolescentes a tener una familia que les brinde protección, amor, educación y todos los cuidados y atenciones necesarias. Es responsabilidad de ustedes diputados, elevar a rango constitucional la perspectiva de familia, con el fin de promover políticas públicas enfocadas en el desarrollo familiar, favoreciendo la convivencia sana y la formación amorosa de la infancia.
Al poder judicial del estado, les decimos que es su responsabilidad asegurar la aplicación justa del marco legal y la protección efectiva de las mujeres en todo momento.
A las autoridades federales, estatales y municipales, les exigimos que asuman el compromiso activo e integral en este esfuerzo, implementando políticas públicas que respalden a las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, que fomenten el acceso a oportunidades, que fortalezcan los servicios de salud y que promuevan un acompañamiento integral a la maternidad.
A la comunidad ecuménica que hoy estamos reunidos, les exhorto a ser reales constructores de la defensa de la vida, la mujer y la familia. Nuestra misión es defender la vida con una perspectiva de humanismo integral. Y esto significa desde una mirada antropológica y teocéntrica.
Nuestro compromiso está más allá de la mujer embarazada. Nuestro compromiso es con la realidad de la mujer. Que cada uno de nuestros templos, de nuestros lugares de asamblea sea un espacio de protección y seguridad para las personas víctimas de la violencia y la discriminación, espacios de atención y formación para una equidad entre hombres y mujeres, combatiendo las falsas concepciones del feminismo y machismo que imperan en el orden social y político.
El mensaje que este día los juarenses enviamos es claro, Chihuahua no se rinde ante imposiciones externas y SÍ es posible construir alternativas que respeten tanto la vida de los no nacidos, como el derecho de las mujeres a recibir el apoyo que necesitan.
Hoy damos prueba de que ¡la lucha por la vida y el respeto por los derechos de todos es un esfuerzo colectivo!