Ana María Ibarra
Agradeciendo a Dios por los hombres y mujeres que han alcanzado la meta siendo santos, la comunidad parroquial de Dios Padre se reunió la noche del 01 de noviembre para pedir también por sus fieles difuntos en espera de que algún día alcanzarán la santidad.

La celebración incluyó la exposición de un altar de difuntos, talleres artísticos alusivos a la festividad y una verbena.

En un primer momento, los asistentes se unieron en oración rezando el santo Rosario por el alma de sus familiares difuntos. Para ello, se colocaron unos recipientes de cristal donde las personas colocaron el nombre de sus seres queridos fallecidos.
Enseguida, participaron de la eucaristía donde el párroco, el padre Juan Carlos López, agradeció por la vida de los santos.

“Damos gracias a Dios porque en esta Eucaristía podemos celebrar a todos los hombres y mujeres que, alimentados por los sacramentos, han logrado la meta que es la santidad. Ser santos, en palabras del Evangelio que acaba de ser proclamado, es ser dichosos, ser feliz, eso es la santidad. Dios nos llama a ser santos porque nos quiere felices”, expresó el párroco en su homilía.
El sacerdote hizo mención también de la celebración del día de los fieles difuntos.
“Mañana celebramos a todos nuestros familiares y amigos difuntos que, si bien algunos se esforzaron más que otros en ser felices, en ser santos, por tiempo, por entrega, por lo que sea, no se alcanzaron a liberar en vida para alcanzar la meta. Por eso rezamos por ellos, porque están todavía purgando, purificándose”.

Después de la celebración, la gente salió del templo rumbo a uno de los salones parroquiales donde se encontraba un altar con fotografías de familiares difuntos que proporcionaron los miembros de la comunidad.
Mientras tanto, en el atrio de la parroquia se realizó una verbena donde los asistentes pudieron disfrutar de ricos antojitos.
Además, niños, jóvenes y adultos participaron de los talleres pintando cruces, elaborando catrinas con material reciclado, y en el taller de corazones Salmo 147, 3, consistente en pintar corazones de distintos materiales con la enseñanza de que Dios restaura corazones.

Otro taller emotivo fue Cartas al cielo que, como su nombre lo dice, consistió en escribir cartas a los seres queridos fallecidos.
Mónica Martínez Sotelo, compartió que este es el segundo año consecutivo en que se realiza esta celebración buscando catequizar a los fieles sobre la festividad del día de difuntos.
“Es un espacio para evangelizar y catequizar, que la gente sepa que todos estamos llamados a la vida eterna. Los elementos del altar nos van diciendo la importancia de vivir buscando la santidad”, dijo.
Para los organizadores fue motivo de agradecimiento ver la respuesta de la gente que se hizo presente y participó en las actividades.


































































