Agencias
Primero hay que tener en cuenta que se trata de una etapa en la que se viven cambios físicos, hormonales, emocionales, de rutinas… y acontecimientos inquietantes: mueren seres queridos, se pierde autonomía, se puede cambiar de domicilio.
Los expertos recomiendan:
1. Apoyar al anciano durante el proceso de vejez
Apoyar significa acompañar, estar ahí, aportar buen humor, escuchar, consolar… Evitar la soledad y los ambientes dañinos.
2. Es bueno que las personas mayores se relacionen con otras de su edad
Clubes de lectura o costura, centros de día, reuniones de amigos… y por supuesto, la parroquia, son espacios para compartir experiencias y sentimientos con iguales, lo que resulta siempre emocional y psicológicamente muy sano. Los grupos del movimiento «Vida Ascendente» en muchas parroquias están especialmente orientados a vivir esta etapa en clave cristiana y en compañía.
3. Realizar actividad, mantenerse activo el mayor tiempo posible
Estar activo reduce los riesgos de depresión. Puede acudirse a clases de gimnasia, talleres de memoria, salir a pasear, coser, o hacer pasatiempos. Todo eso mejora el flujo sanguíneo y promueve el buen estado de ánimo. Al anciano cristiano no le faltarán además actividades evangelizadoras, caritativas o de oración en las que participar.
4. Hay alimentos que previenen la depresión
Dicen los psicólogos que el pescado azul, la avena, el arroz integral y la fruta rica en vitamina C como el limón, la naranja y el kiwi, ayudan a mantener un mejor estado de ánimo.
5. Tomar el sol y reír
Son dos cosas que por lo general no cuestan dinero y siempre resultan beneficiosas para el ánimo y la salud. Estas medidas ayudan a que se cumpla la oferta de Dios: “Le haré disfrutar de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmo 91 [90], 16).
(Publicado en Religión y Libertad)