Cuatro ancianos que han llegado o estean por llegar al siglo de vida, nos comparten su experiencia y consejos sobre la ancianidad….
Ana María Ibarra/Claudia Iveth Robles
Don Ramón Martínez nació el 01 Octubre 1915. Tiene 101 años. Originario de Ciudad Camargo, don Ramón Martínez vivió una vida de campo, sana, sin vicios y de trabajo duro hasta sus 80 años en el Rancho San Ignacio, de su familia, donde permaneció hasta esa edad al lado de su padre, quien falleció a los 102 años.
Ahora con 101 años de vida, don Ramón vive en casa de su hija, contento por estar cerca de sus hijos, pero añorando el campo y sin poder hacer nada de lo que hacía antes.
Altas y bajas
Hasta los 90 años don Ramón trabajó activamente en una tienda propiedad de uno de sus hijos, pero compartió que aunque su vida de campo fue de trabajo más pesado, le alegraba más aquella esa etapa de su vida, la cual vivió lleno de alegrías.
“Es triste llegar a esta edad y no poder hacer nada. En mi vida he tenido altos y bajos. Todo el tiempo trabajé en el campo, puros trabajos pesados. En el rancho era muy alegre, muy contento, cuando mecasé vinieron los problemas”, dijo en broma don Ramón.
Don Ramón compartió que nunca pensó llegar a vivir más de 100 años, pero en este tiempo, con la gracia de Dios y el cariño de sus hijos, ha podido vivir tranquilo y sin dificultades.
“Cuando era joven, ver a un señor de 80 años se me hacía mucho. Hasta los 90 años trabajé muy bien. He tenido muy buena familia gracias a Dios, mis hijos son muy trabajadores, no son viciosos, ninguno de ellos me ha dado problemas, es lo que me ha ayudado mucho, he vivido muy tranquilo”, afirmó.
Compartió que acude a la Iglesia y le gusta escuchar el Santo Rosario por Radio Guadalupana.
Evitar vicios
Aunque ha tenido problemas de salud graves, como cáncer de próstata, don Ramón hoy se encuentra bien, con una lesión en la columna y dolor de rodilla, pero sin enfermedades que pongan en riesgo su vida.
“A los 20 años me operaron de una costilla. Hace un mes me caí y me golpee la columna, me duele la rodilla. Cuando está uno joven se recupera pronto, pero ahora que me lastimé estuve un mes en la cama. Siempre trabajé en la labor, era muy bonito. Es muy distinta la vida del campo a la de la ciudad”, añoró.
En su juventud, recordó don Ramón, llevó una vida sana, de buena alimentación y como todo joven le gustaba ir a bailes y tomar una copa, pero siempre conociendo sus límites, por lo que aconsejó a los jóvenes evitar los vicios para una larga vida.
“Me gustaba comer mucho pescado, los chivitos, pollo. Casi no me gusta la comida de Juárez, donde venden buenas comidas es cerca de Catedral”.
Y agregó: “Les
diría a los jóvenes que se porten bien, que no tengan vicios, que no anden de peleoneros. No piensa uno a qué edad va a llegar. Quien sabe hasta cuándo esté aquí.
Ya es mucho tiempo vivir, hay que dejarles el camino a los jóvenes”.
Doña Conchita Díaz. Nació el 8 de noviembre de 1911. Está por cumplir 105 años
Con 6 hijos, 18 nietos y 27 bisnietos, Concepción Díaz Muñoz de Nettel es una mujer que el próximo 8 de noviembre cumplirá 105 años de edad. Agradecida con Dios por permitirle vivir tantos años acompañada de su familia, Doña Concepción compartió sus secretos de vida.
Aunque actualment
e se recupera de una fractura de cadera, que sufrió hace cinco meses por una caída, sigue feliz como una mujer muy saludable. No padece ni alta presión, ni diabetes y sólo no escucha bien.
Dice que a veces que le duele algo les dice a sus hijos “¿Qué tendré?”, a lo que sus hijos responden “pues sólo 104 años”.
No pensaba llegar a 80
En entrevista con Presencia, la mujer, madre de la maestra Victoria Nettel de Robles, psicóloga del Seminario, dijo sentirse muy agradecida con Dios porque le ha permitido seguir viva, y que sus seres queridos también, pues solamente han atestiguado la muerte de pocos familiares.
“Ni modo, hay que seguir. Precisamente en estos días, si Dios quiere, voy a cumplir 105 años”, compartió via teleónica, pues vive en la Ciudad de México.
Al preguntarle si se imaginó vivir tantos años, ella responde segura “nunca”…
“Hacíamos burla mis amigas y yo cuando decíamos algo fuera de onda, nos reíamos y decíamos ‘cuando yo tenga 80 años’…nos burlábamos porque la verdad no pensábamos que llegaríamos a esa edad ¡menos a los 100 años!”, recordó.
La familia, su tesoro
Para doña Concepción, lo más importante para vivir en la felicidad, es dejar pasar las cosas cuando molestan.
Y tener siempre presente a Dios.
“Yo no permito que me haga daño, al contrario, todo se lo ofrezco a Dios, así sea lo que me da, o lo que me quita”.
Así, para la entrevistada, todo en su vida está relacionado con Dios, en quien, dice, siempre ha
y que poner toda la confianza.
Y aunque no supo cuáles consejos compartir para que la gente viva más, agradeció a Dios porque le permite vivir más.
“Nuestro Señor se ha empeñado en tenerme acá, pero yo misma me tengo que preguntar que hago porque veo a la gente admirada y yo les digo que desde chamaquita solo como poquito, y casi no tomo agua y todos me critican, pero una de mis hijas está atenta a que tome agua”, dijo.
Y lo que doña Concepción ha disfrutado más de su vida es compartir con su familia, la que para ella “es una preciosidad”.
“Son unas preciosidades que no acabo de admirar y darle gracias a Dios, más porque están sanos, sólo se enferman poquito y yo también”, finalizó.