José Mario Sánchez Soledad
En el caso de las enfermedades es muy difícil comprobar que un evento es la causa de la afectación. Pero sí se puede llegar a tener una idea de las posibles causas que estén generando los eventos, esto al analizar las investigaciones y datos desarrollados al respecto.
Durante esta pandemia de COVID19, esta llamando la atención el alto porcentaje de mortandad que se está viviendo en Ciudad Juárez. Buscando soluciones simplistas se puede responsabilizar a la falta de equipamiento, insumos y hasta la negligencia médica al sentirse vulnerables, lo cual es evidente.
Sin embargo, esta tormenta tenía años avisándonos y el mal gobierno y la misma negligencia de líderes y sociedad ha detonado en una tormenta perfecta.
Históricamente las enfermedades respiratorias en el desierto son de mayor intensidad, esto los sabemos muy bien los habitantes de las dunas. Ya desde el siglo XVIII, en la Gazeta de la Nueva España se comentaban las penurias en el desierto con las enfermedades bronco-respiratorias en Paso del Norte.
Se ha mencionado mucho y siempre ha caído en oídos sordos que Ciudad Juárez es la capital del asma en México. A lo menos se ha estudiado lo alto de la relación entre consultas a urgencias por enfermedad respiratoria y contaminación atmosférica en Ciudad Juárez.
Ya en 1997 en un estudio elaborado con el apoyo del Instituto Mexicano del Seguro Social y del National Center for Environmental Health/Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta (GA), Estados Unidos de América (EUA) se comunicaba lo siguiente: “Se encontraron asociaciones positivas entre las concentraciones de PM10 (micropartículas suspendidas) y el número de consultas por asma y enfermedades respiratorias aun cuando los niveles alcanzados no excedían las normas ambientales mexicanas. Asimismo, se detectó un efecto sinérgico entre ozono y PM10.
En otro estudio sobre “Morbilidad infantil por causas respiratorias y su relación con la contaminación atmosférica en Ciudad Juárez, Chihuahua. La conclusión fue: “La amplitud del riesgo es de suma importancia, ya que puede representar un incremento en los costos de atención en el sistema de salud y la sociedad en general. Nuestros resultados destacan la necesidad de instrumentar acciones preventivas y de control de la contaminación atmosférica para evitar que empeore la situación actual.”
El 2 de febrero de 2019 en su edición el Diario de Juarez informaba: “Las enfermedades de neumonía y bronconeumonía tuvieron un alza de 75 por ciento en el estado entre 2018 y 2019, precisó la Secretaría de Salud. Gumaro Barrios, subdirector de Epidemiología de esa dependencia, indicó que hasta la tercera semana de 2018 habían sido contabilizados 649 casos, mientras que en el mismo período de 2019 fueron mil 136.” El mismo especialista puntualizaba: “Hay toda una gama de enfermedades que involucran toda el área respiratoria, desde la parte externa hasta el pulmón. Cuando se daña realmente el pulmón, nosotros hacemos una diferenciación entre lo que es neumonía y bronconeumonía. Las infecciones respiratorias van desde problemas nasales, de garganta, de laringe, de tráquea, y ya cuando llega los bronquios y pulmón, separamos esa parte”.
En el 2018 netnoticias.mx informaba: “Neumonía la enfermedad respiratoria más letal en Juárez.” En ese mismo artículo se manifestaba que el 2017 se había cerrado con 210 defunciones por neumonía y 12 por influenza.
Por lo anterior, no podemos sorprendernos que el COVID19 ahora nos ataque tan duro.
Es fácil hablar a toro pasado, pero aquí se presenta una lista de pendientes que esta dejando como experiencia la pandemia de COVID19. Aquí se dejan once tareas por las cuales los juarenses tenemos que trabajar y votar. Esto si no queremos vivir más tragedias como la actual.
- Apoyar con fortaleza las obras de las rutas troncales y eficiencia de la movilidad para disminuir la dependencia de los vehículos y aumentar el uso del transporte público.
- Exigirle al Gobierno del Estado crear con firmeza las condiciones operativas, financieras y administrativas del sistema de transporte público. Privilegiando el bien común, la salud al bajar contaminantes y descartar los intereses particulares.
- Fortalecer a los ayuntamientos en sus finanzas para que puedan tener recursos suficientes para atender la población, al ser el gobierno más próximo. Es necesario revivir el municipalismo.
- Ordenar el parque vehicular y exigir a los políticos, partidos políticos y gobiernos no beneficiar a la irregularidad de la tenencia de los vehículos. Hacer todo lo posible por bajar el parque vehicular.
- Demandar mejores gasolinas.
- Exigir la pavimentación de las calles a los tres niveles de gobierno.
- Aumentar, autoridad y ciudadanos, la cobertura de árboles, jardines y su riego con agua tratada.
- Privilegiar que los árboles crezcan altos, fuertes y robustos.
- Exigir al gobierno federal y estatal pare con firmeza la apertura del suelo agrícola en suelos de poca riqueza orgánica. Esto para disminuir la intensidad de las partículas de tierra hacia las poblaciones, sobre todo dentro de la Rosa de los vientos que impacta a Ciudad Juárez.
- Fortalecer en serio los programas de verificación vehicular.
- Fortalecer la inspección y vigilancia de la calidad de aire, en especial dentro de las fábricas y sus esquemas de cambios de aire por temporada. Sobre todo, donde exista soldadura y pintura.